El embajador Wang Wei negó el uso militar de la estación científica de Neuquén
En declaraciones exclusivas a DangDai, el embajador de China en Argentina, Wang Wei, criticó las “mentiras” y “especulaciones” en torno a la estación de exploración espacial en Neuquén, una “instancia de cooperación entre ambos países” que “ni tiene personal militar alguno ni está vedado a todo aquel que quiera visitarla, con permiso no de China, sino de la CONAE o del gobierno de Neuquén”.
Ya vía la red social X, la embajada de la República Popular China había respondido a declaraciones del embajador estadounidense Mark Stanley al diario La Nación y otras tantas de la jefa del Comando Sur de EEUU Laura Richardson, quien visita Argentina. En ese twit, la delegación diplomática del país asiático había aclarado cuál es la función del observatorio en la provincia patagónica, al que “en lugar de los llamados militares mencionados, los científicos tanto de Argentina como de China tienen acceso al uso de esta estación para investigación científica”.
En una larga entrevista con DangDai (foto), cuyo contenido completo será parte de la edición impresa de este otoño, el diplomático se detuvo especialmente en la Estación de Espacio Profundo CLTC -CONAE-Neuquén, que algunos medios insisten en llamar “base militar”. La CONAE es la Comisión Nacional (Argentina) de Actividades Espaciales, cuyos científicos pueden investigar en el lugar. Y CLTC es el Centro de Lanzamiento, Seguimiento y Control chino, que como en su organigrama está asociado al Ejército Popular de Liberación (las fuerzas armadas chinas) algunos lo emparentan a un organismo militar y no científico.
A pocos kilómetros de Bajada del Agrio, Neuquén, donde está la estación argentino-china desde 2014, en Malargüe, Mendoza, Argentina tiene un contrato y una antena muy similares con una estación científica de la Unión Europea, que fue inaugurada hace unos veinte años y sobre la cual nunca se ha generado inquietud. Con China sí, en el marco de las presiones que ejercen EE.UU. y sus voceros y de una visión de doble rasero que emerge de disputas geopolíticas. El año pasado, visitó Argentina el titular de la NASA, Bill Nelson, quien a pesar de la insistencia periodística para que criticara a China, aclaró “qué es esa antena de comunicación para el espacio exterior. A medida que la Tierra gira, vemos que nos estamos comunicando con la Luna o nos estamos comunicando con Marte. Estados Unidos tiene estas antenas de comunicación para el espacio exterior en tres lugares en la tierra. Tenemos una en Madrid, en España, en Europa. Tenemos otro en California, en Estados Unidos, y después tenemos otra del otro lado de la tierra, en Australia, en Canberra. Entonces, a medida que la tierra va girando, siempre una de nuestras antenas está mirando hacia allí. Entonces yo supongo que esa antena del espacio profundo que tiene China en Argentina es con ese fin”.
El embajador Wang señaló a DangDai: “No hay militares allí, es solo una estación científica, las tierras son 100% argentinas y los guardias son argentinos también”, fueron algunas de las definiciones del embajador Wang en el reportaje.
Según él, “han visitado la estación funcionarios argentinos, también estadounidenses, estudiantes, científicos y público en general, pidiendo autorización a CONAE o al gobierno neuquino. Obviamente hay estrictas normas de seguridad y cuidado como en todo lugar de ciencias, pero en absoluto hay impedimento”.
Preguntado sobre la supuesta intención del gobierno argentino ante la visita de Richardson, de hacer una “inspección técnica”, insistió en que eso lo gestiona la propia Argentina, que “controla cada rincón”, a través del organismo y el gobierno provincial mencionados. Y que si se aprueba China participa en organizar la recepción de los visitantes.
Ver el acuerdo binacional sobre el observatorio astronómico.
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