Por Belunn Se*

En los últimos años, la competencia estratégica entre las principales potencias se ha intensificado, centrándose en el campo tecnológico. Estados Unidos ha definido los próximos diez años como la “década decisiva” de competencia entre grandes potencias y considera a China como su “desafío geopolítico más serio”.

En este contexto, la administración Biden ha priorizado la competencia tecnológica en su rivalidad estratégica con China y ha seguido intensificando su “ofensiva” contra el país asiático. Además de desdeñar la economía china en un intento de hacer mella en la confianza de los inversores globales, Estados Unidos, mediante estrategias que incluyen la Ley de Reducción de la Inflación, ha estado haciendo el mayor esfuerzo posible para impedir que China adquiera capacidades avanzadas de fabricación de semiconductores.

¿Pueden los intentos de Washington frustrar el crecimiento tecnológico de China?

Para empezar, algunos occidentales parecen haber subestimado la fuerza de China, que se ha convertido en la segunda economía más grande precisamente porque se ha consolidado como una superpotencia tecnológica. La determinación de Washington de contener el desarrollo tecnológico de China no significa que tenga la capacidad para hacerlo.

En áreas de aplicaciones como la inteligencia artificial, el comercio electrónico y los pagos a través de dispositivos móviles, tanto Estados Unidos como China son actores líderes. China, hogar de alrededor de 40 por ciento de las “fábricas faro” mundiales, cuenta con la red 5G más grande del mundo y ocupa el segundo lugar en potencia informática. De 2016 a 2022, la escala de la economía digital de China aumentó en 4,1 billones de dólares, con una tasa de crecimiento anual compuesta de 14,2 por ciento.

“China lidera en 37 de las 44 tecnologías analizadas en un proyecto de un año de duración realizado por el grupo de expertos del Instituto Australiano de Política Estratégica”, dijo The Guardian, añadiendo que Estados Unidos y otros países occidentales “están perdiendo la carrera con China” en tecnología avanzada. .

Además, las sanciones de Washington harán que China esté más decidida en la innovación tecnológica y, por lo tanto, acelerará aún más su progreso tecnológico. En medio de los intentos occidentales de impedir que las empresas chinas accedan a tecnologías de chips de origen avanzado, muchos, incluidos algunos occidentales, consideran que el chip fabricado en China en el corazón del teléfono Mate 60 Pro de Huawei es una victoria para que China desafíe las sanciones occidentales. El lanzamiento del teléfono Huawei Mate 60 Pro “ha provocado una silenciosa preocupación en Washington de que las sanciones estadounidenses no han logrado impedir que China realice un avance tecnológico clave”, dijo el Washington Post.

El deseo de China de convertirse en un actor destacado en la Cuarta Revolución Industrial explica, hasta cierto punto, la resiliencia de su economía. Como resultado del crecimiento tecnológico de China, la estructura del comercio de exportación del país ha seguido mejorando desde los “Tres Antiguos”, representados por ropa, electrodomésticos y muebles, a los “Tres Nuevos”, representados por vehículos de nueva energía, baterías de litio y paneles solares fotovoltaicos.

Según la Asociación China de Fabricantes de Automóviles, las exportaciones de automóviles de China aumentaron 57,9 por ciento interanual en 2023. Impulsada por el fuerte crecimiento de los vehículos eléctricos, China superó a Japón para convertirse en el principal exportador de automóviles del mundo el año pasado. La continua optimización y mejora de la estructura de productos de exportación y la tecnología de China reflejan la nueva tendencia de desarrollo de alta calidad de la economía china.

Frente a la contención desde el exterior, China continuará fortaleciendo la construcción de importantes plataformas de innovación científica y tecnológica, apoyará a los científicos líderes en la realización de investigaciones científicas y tecnológicas originales y pioneras, se esforzará por superar los desafíos tecnológicos centrales y lograr la independencia tecnológica en áreas clave.

Las voces pesimistas no lograron hacer mella en el impulso del desarrollo tecnológico de China ni en la vitalidad de la economía china. A pesar de los fuertes vientos en contra, la economía china –impulsada por su sólido crecimiento tecnológico– ha estado mejorando continuamente.

* Observador senior de la industria con sede en Shenzhen, China.