China ha acumulado victorias estratégicas al expandir su presencia económica y convocar cumbres de liderazgo, facilitar acuerdos de paz y llevar a cabo ejercicios militares conjuntos con la región, señala un análisis de Escenario Mundial.

Esto sucede, dice el medio, en un año marcado por catástrofes en Medio Oriente, como la guerra entre Israel y Hamas y la creciente violencia en Líbano, Irak, el Golfo Pérsico y el Mar Rojo.

“Este año podría ser recordado como el momento en que China comenzó a ganar terreno en Medio Oriente, en un momento en que la participación a largo plazo de Estados Unidos en la región está siendo cuestionada”, agrega.

En una nota de análisis repasa el fortalecimiento de los vínculos económicos, la reducción de la influencia de Estados Unidos, la narrativa de China como alternativa responsable y las perspectivas que plantea la actual situación.

Sobre el fortalecimiento de los vínculos económicos, menciona que los medios chinos destacan los lazos centenarios y que los países asociados con a la Iniciativa de la Franja y la Ruta aumentaron sus importaciones de productos chinos en un 8.9% en la última década, mientras en 2021, el comercio bilateral entre los países del Golfo Pérsico y China creció un 44.3%.

En tanto, “China ha logrado importantes avances estratégicos en Medio Oriente al establecer asociaciones con estados tradicionalmente hostiles hacia Estados Unidos. Además, ha dirigido sus esfuerzos hacia aliados cercanos de Estados Unidos, como los EAU y Arabia Saudita. Tras el ejercicio militar conjunto de 2023, los EAU anunciaron su ingreso al bloque BRICS, alineándose aún más con los intereses chinos.”

En el campo simbólico, “China ha procurado presentarse como una alternativa responsable a Estados Unidos en Medio Oriente, aprovechando la creciente incertidumbre sobre el compromiso estadounidense a largo plazo en la región. Por ejemplo, la retirada de los EAU de la coalición marítima liderada por Estados Unidos, que protege las rutas marítimas de los EAU, coincidió con las tensiones entre Estados Unidos, Rusia y China. La narrativa china destaca las oportunidades económicas para los países de Medio Oriente mediante la Iniciativa de la Franja y la Ruta, mientras compara sutilmente los objetivos de Estados Unidos con una ‘mentalidad de guerra fría de suma cero’”.

La nota también asegura, asimismo, que “la presencia militar de China en la región, destacada por el aumento del 80% en las ventas de armas chinas a Medio Oriente en la última década, se alinea con el objetivo más amplio de China de convertirse en la principal alternativa a la industria armamentística occidental. Estos esfuerzos no solo buscan obtener beneficios económicos, sino también expandir la presencia militar y forjar asociaciones estratégicas.”