Repercusiones de la victoria del oficialismo en las elecciones en Taiwan
El vicepresidente y candidato del Partido Democrático Progresista (PDP) Lai Ching-te, obtuvo el 40,05% de los votos, imponiéndose a los candidatos del Kuomintang (KMT), Hou Yu-ih (33,49%), y del Partido Popular de Taiwán (PPT), Ko Wen-Je (26,46%).
El médico William Lai Ching-te, de 63 años, apareció acompañado por la vicepresidenta electa, Hsiao Bi-khim, exrepresentante ante los Estados Unidos.
La victoria fue mayor de la esperada, aunque el oficialismo perdió la mayoría parlamentaria.
El especialista en China Xulio Ríos evaluó que “los dos pilares del bipartidismo reafirmaron su solidez, con un KMT en insuficiente remontada, pero salvando algo más que los muebles en una proyección territorial que cuenta, desde 2022, con un poder local consolidado. Ambos deben convivir con la tercera vía representada por el PPT de Ko Wen-je, que será clave en la legislatura. El juego político se abre y, dejando de lado los vínculos por regla general, no está del todo claro cuál será la inclinación final a la hora de establecer alianzas que podrían oscilar más allá del binomio KMT-PPT.”
La trascendencia de las elecciones tiene dos frentes. Por un lado el externo, primero en la relación con la República Popular China (RPC) y en el escenario mundial, con los Estados Unidos apostando a Taiwan como foco de conflicto contra China. Por otra parte, el resultado electoral tiene la natural incidencia sobre la vida de los taiwaneses.
Lai Ching-te pertenece a la “nueva ola” del PDP, que sostiene la declaración formal de independencia de Taiwán. Como su compañera de fórmula Hsiao Bi-khim ha hecho del distanciamiento con la RPC un eje de su propuesta. La RPC les ha prohibido viajar a China continental y Hong Kong.
El presidente electo prometió gastar más que el gobierno actual en el ejército de Taiwán, continuar con el programa local de construcción de submarinos y construir una relación aún más estrecha con Estados Unidos, Japón y Europa
La RPC no ha reaccionado de un modo enfático en el discurso, aunque la semana que sigue a las elecciones en Taiwan comienza con la noticia de que Nauru, una pequeña isla de Micronesia, cortó los lazos con la isla a favor de Beijing.
Nauru pertenecía al pequeño grupo de países que reconocen a Taiwan como nación, el que incluye a Paraguay, Guatemala, Belice, Haití, y las islas de San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y Las Granadinas, en América; Esuatini (antigua Suazilandia), en África; las islas Marshall, Nauru, Palaos y Tuvalu, en Oceanía, y el Vaticano.
En Egipto, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, dijo que “cualquier miembro de la comunidad internacional que viole el principio de Una China está interfiriendo en los asuntos internos de China e infringiendo la soberanía de China, y se enfrentará a la oposición conjunta del pueblo chino y la comunidad internacional.”
En tanto, los medios le han dedicado escaso espacio al resultado de las elecciones. Entre ellos, el Global Times, que representa una de las posiciones exteriores del gobierno, ha difundido las declaraciones del portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado, Chen Binhua, quien dijo que “las elecciones no cambiarán el panorama básico ni la tendencia de desarrollo de las relaciones a través del Estrecho” y “no alterarán la aspiración compartida de los compatriotas a ambos lados del Estrecho de Taiwán de forjar vínculos más estrechos y no impedirán lo inevitable. tendencia de la reunificación de China.”
La RPC parece responder manteniéndose firme en el centro de su posicionamiento frente a la isla que quedó en poder de una de las partes que libró una guerra civil por el control de toda China entre 1927 y 1949. “Nos adheriremos al Consenso de 1992 que encarna el principio de una sola China y nos opondremos firmemente a las actividades separatistas encaminadas a la ‘independencia de Taiwán’, así como a la interferencia extranjera”, dijo Chen.
Agregó que “la parte continental trabajará con partidos políticos, grupos y personas relevantes de diversos sectores en Taiwan para impulsar los intercambios y la cooperación a través del Estrecho, mejorar el desarrollo integrado a través del Estrecho, promover conjuntamente la cultura china y promover el desarrollo pacífico de las relaciones a través del Estrecho.” En este sentido, sostuvo que “los resultados revelan que el Partido Democrático Progresista no puede representar a la opinión pública mayoritaria de la isla.”
En tanto, Xin Qiang, subdirector del Centro de Estudios Estadounidenses de la Universidad de Fudan dijo que “el peligro de provocación por parte de los secesionistas de Taiwán y el riesgo de una mayor tensión a través del Estrecho son mayores si el PPD continúa en el poder, por lo que China necesita intensificar sus advertencias a Estados Unidos contra la provocación de los secesionistas de Taiwán que desencadene un enfrentamiento”.
Por otra parte, el día de las elecciones China Daily informó que la Comisión de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado expresó “serias preocupaciones” por las medidas discriminatorias de Taiwán contra las importaciones procedentes de China continental, que “violando el Acuerdo Marco de Cooperación Económica (ECFA, Cross-Strait Economic Cooperation Framework Agreement), ha retirado las concesiones arancelarias sobre determinados productos continentales”.
En la nota, firmada por Tang Yonghong, del Centro de Investigación de Taiwan de la Universidad de Xiamen, recuerda que “acordados por los dos lados del Estrecho de Taiwán en 2010 y basado en el Consenso de 1992 de que existe una sola China y Taiwán es parte de China, el ECFA ha desempeñado un papel fundamental en el fomento de la cooperación económica entre el continente y Taiwán. Los dividendos del ECFA que Taiwan ha disfrutado a lo largo de los años muestran el compromiso de la parte continental de beneficiar a Taiwan, particularmente en campos clave como petroquímicos, plásticos, maquinaria, componentes de automóviles, acero y textiles.”
Xulio Ríos analiza que las selecciones plantean a las autoridades chinas “el dilema de sus políticas, siempre a caballo entre el palo (para los soberanistas) y la zanahoria (para los unionistas). Es evidente el agotamiento de los conceptos básicos que han guiado su política hacia Taiwán en los últimos 40 años. Xi necesita innovar dando primacía a la seducción si realmente aspira a erigirse en referencia decisiva para la reunificación.”
Mayor firmeza ha mostrado Beijing en el aspecto más sensible del resultado electoral, el apoyo de Estados Unidos a Lai. Un mensaje de la Cancillería sostiene que “el Departamento de Estado de EE.UU. emitió un comunicado sobre las elecciones en la provincia china de Taiwán que violó seriamente el principio de ‘una sola China’ y los tres comunicados conjuntos entre China y EE.UU.”.
El sábado, el secretario de Estado Anthony Blinken felicitó a Lai por su victoria y dijo que su país está comprometido con la “paz y la estabilidad” en la región.
Pese a estas manifestaciones, la actitud general del Gobierno de Xi Jinping fue de impasibilidad. No obstante, la conflictividad entre Taiwan y la RPC parece ser alentada por Occidente y la sola reafirmación de “una sola China” es leída como “amenaza” (“China volvió a amenazar a Taiwán tras la victoria de William Lai en las elecciones presidenciales de la isla: ‘La reunificación es inevitable’”, titula Infobae, haciéndose eco de un consenso mediático).
La posición independentista de Lai aparece fogoneada por Estados Unidos, que pendulando (poco después del comunicado de Blinken, el presidente Joe Biden, reiteró la oposición de su país a una eventual independencia de Taiwan) busca elevar la disputa, la mayor hoy, entre una serie de focos que incluyen el Tibet, Hong Kong, Xinjiang, los derechos humanos en general y la acusación de régimen dictatorial.
La relación de Lai con Estados Unidos es uno de los frentes que se abren, especialmente ante la hipótesis de un triunfo de Donald Trump en las próximas elecciones.
Por lo pronto, apenas concluyeron las elecciones, el ex asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Stephen J. Hadley y el ex subsecretario de Estado James B. Steinberg llegaron a Taipei.
Las reacciones oficiales de China se expresan en posiciones como la del profesor de la Universidad de Asuntos Exteriores de China, Li Haidong: “la visita de exfuncionarios estadounidenses a la isla de Taiwán revela nuevamente la habitual indulgencia de Estados Unidos hacia los secesionistas de Taiwán y está enviando señales equivocadas a esas fuerzas en la isla de Taiwán”.
Para Li, la misión es “otra señal de que Estados Unidos está impulsando las conexiones con las fuerzas secesionistas de Taiwán para manipular y explotar mejor la isla para contrarrestar a China.”
Las políticas de Estados Unidos sobre la cuestión de Taiwán tienen dos caras. Por un lado, Washington no quiere que los secesionistas de Taiwán sean “alborotadores” que desencadenen conflictos a través del Estrecho y, por otro lado, Washington no desea ver relaciones más estrechas y cálidas a través del Estrecho, ya que quiere utilizar a Taiwán como herramienta para contrarrestar a Beijing, dijo el sábado al Global Times Xin Qiang, subdirector del Centro de Estudios Estadounidenses de la Universidad de Fudan.
El consenso de medios occidentales críticos con China celebra la vitalidad y el buen funcionamiento de democracia, expresado en las elecciones. La aclamación implica la oposición democracia-dictadura, un esquema que no tiene pocos cuestionadores, comenzando por la RPC. En los últimos años, la República Popular ha abierto la discusión sobre la democracia, con algunos de sus intelectuales revisando las democracias de los países que la usan como rasero para medir a los gobiernos de todo el mundo y como bandera para intervenir en algunos, y por otro lado exponiendo el sistema político chino como un tipo de democracia, que a diferencia de otras, tiene resultados positivos para toda la sociedad (“Una democracia que funciona” es un libro blanco que sintetiza esta posición).
Es la misma BBC la que plantea que la democracia taiwanesa “también dejó clara su insatisfacción con el PPD: el aumento de los precios de la vivienda, el estancamiento de los salarios y la reducción de las oportunidades laborales alejaron a los votantes jóvenes.”
En este sentido, agrega que “es por eso que parece que el PPD perderá su mayoría en el parlamento. Es probable que el KMT, en coalición con un tercer partido, el Partido Popular de Taiwán, consiga los escaños que le darán un dominio absoluto sobre la legislación y una oportunidad de bloquear la agenda de Lai.”
El sinólogo argentino Jorge Malena hizo un análisis de las elecciones para Detusche Welle.
Por su parte, el exembajador en China Diego Guelar expuso su punto de vista en CNN Radio.
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