El nuevo Palacio San Martín frente a Beijing y el Sur Global
Sendas notas en el diario El Cronista y en la revista Acción ofrecen elementos para analizar la decisión anunciada por el futuro gobierno de Javier Milei de tomar distancia con China desistiendo de la invitación al grupo BRICS.
Con la decisión de no incorporar el país a los BRICS, dice una nota del primero, “Xi Jinping deberá despedirse del sueño de controlar la hidrovía, el 5G y de construir el puerto en Tierra del Fuego”. La escribe Agustín Barletti, autor del libro “El hambre del dragón”, un compendio de críticas al gigante asiático publicado a principios de este año por un sello editorial de autoedición de cada autor.
El artículo relata que el embajador de China en Argentina, Wang Wei, “tuvo que armarse de paciencia” en una reunión de la Cámara del Asia y el Pacífico para “escuchar cómo la futura canciller descartaba el ingreso de Argentina al bloque BRICS que conforman Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.”
“Este ejercicio de estoicismo, propio de un pueblo como el chino, que posee cinco mil años de historia sobre sus espaldas, le servirá como entrenamiento al embajador y lo preparará para los tiempos que vendrán. Serán sin duda muchas las malas noticias que deberá transmitir a Pekín durante los próximos años”, añade gozoso.
El artículo analiza los proyectos en los que China ofrece invertir en Argentina en clave anti China, hablando de una “intención china de controlar desde el sur argentino al Estrecho de Magallanes”, asegurando que Huawei “está demasiado ligado al gobierno chino como para ser tenido en cuenta” y acusando “escándalos de corrupción, irregularidades y múltiples trabajos fallidos” de Shanghái Dredging, que busca participar de la licitación de la red troncal del Paraná (foto).
En tanto, Néstor Restivo escribe en la revista mencionada en segundo lugar, que la futura canciller Diana “Mondino ya delineó cómo sería su estrategia (…): “No al BRICS, porque está en las antípodas de su ideología y de la reconfiguración global en marcha”, y “relaciones radiales con algunos de los países que integran ese bloque, en particular Brasil y China, pero solo por razones comerciales”.
La línea a seguir con China y el Sur Global, es lo que “expertos en relaciones internacionales bautizaron ya como la ‘Internacional reaccionaria’, que gusta blandir políticas exteriores conspiratorias.”
El artículo anticipa que para la asunción presidencial China no enviarán a sus líderes, sino a funcionarios ministeriales.
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