La crisis de Evergrande en la mirada de un argentino
El diario Tiempo Argentino entrevistó al consultor y ex diplomático argentino Mario Quinteros, actualmente residente de Guangzhou, sobre la crisis del gigante inmobiliario chino Evergrande, que tiene su base justamente en esa ciudad. El dueño del grupo en quiebra fue puesto en vigilancia por el Gobierno, temeroso de una corrida que afecte su economía.
En una nota de Alberto López Girondino, el diario informa detalles de la situación y Quinteros cuenta que la construcción, uno de los motores de la economía china, y donde “Evergrande sentó la base para su explosivo crecimiento ‘era una de los pilares de la economía de esos años. Pero alrededor de los 2000 esa etapa terminó’. El ejemplo que pone el actual copropietario de Yi Consulting LTD es el de lo que ocurrió en estas pampas con industrias como la marroquinería o la confección, que dejaron de estar en el candelero, con las consecuencias para la economía y la sociedad que eso acarrea”.
En la entrevista Quinteros afirma que “la caída de Evergrande y de otras empresas de desarrollo inmobiliario (ver aparte) se relaciona con un profundo cambio que en el país asiático se venía registrando desde antes y que las medidas “antichinas” del gobierno de Donald Trump desde 2017 no hicieron más que acelerar. ‘Pasaron de un modelo de producción de baja tecnología centrado en mano de obra barata a uno centrado en más tecnología y salarios más altos’. El ejemplo no podía ser más claro: ‘De fabricar paragüitas y remeras a máquinas herramienta, autos eléctricos y microprocesadores de última generación’. Las trabas al comercio de productos chinos hacia EE UU obligaron a apurar este otro ‘salto hacia adelante’”.
La crisis fue respondida por el Gobierno chino haciendo pagar parte de las deudas al propio accionista mayoritario y fundador del grupo, Hui Ka Yan (foto), quien estuvo algunos días detenido.
La economía “ochentista” tenía el otro pilar en el desarrollo de obra pública y la infraestructura, un sector en el que China estaba muy rezagada. “China entra en una etapa de decadencia a partir de 1820 y cuando se produce la revolución de 1911 (que terminó con la monarquía) es un país muy atrasado. Incluso en el año 49 (con la revolución comunista) el índice de analfabetismo era del 90%. Eso cambia a partir de 1980 y fueron muy exitosos en eso”, añade Quinteros. La pregunta del millón es qué puede ocurrir de aquí en más habida cuenta de que ese modelo está dejando. ¿Hay otro Lehman Brothers a la vuelta de la esquina?
“Cuando la crisis del LB les estalló en la cara (a las autoridades estadounidenses) dijeron ¿y ahora qué hacemos? En China es diferente –detalla Quinteros- el gobierno de Xi Jinping venía dando mensajes muy indirectos y se debe tener en cuenta que el estado chino tiene herramientas de control y la voluntad política de utilizarlas”.
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