China establecerá un control sobre las exportaciones de ciertos metales ampliamente utilizados en la industria de los semiconductores, según anunció el Ministerio de Comercio chino.

Los controles tienen como objetivo principal proteger la seguridad y los intereses nacionales del gigante asiático, al requerir que los exportadores soliciten permisos para enviar productos específicos de galio y germanio.

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Mao Ning declaró en rueda de prensa que las nuevas medidas “no están dirigidas a ningún país en particular” y afirmó que su país aplica medidas de control de las exportaciones “justificadas y no discriminatorias” y se compromete a proteger la seguridad y la estabilidad de las cadenas de suministro internacionales.

Ámbito Financiero destaca que el anuncio se produce en un momento en el que se informa que Estados Unidos está considerando imponer nuevas restricciones al envío de microchips de alta tecnología hacia China.

Además, este verano tanto la Casa Blanca como Países Bajos están a punto de aplicar duras sanciones contra los fabricantes chinos de chips, restringiendo aún más las ventas de equipos de fabricación. Estas acciones forman parte de los esfuerzos por evitar que la tecnología sea utilizada para fortalecer al ejército chino.

Las medidas de control por parte de China entrarán en vigencia el 1 de agosto y se aplicarán a ocho productos relacionados con el galio, incluyendo antimonuro de galio, arseniuro de galio, galio metálico, nitruro de galio, óxido de galio, fosfuro de galio, seleniuro de galio y arseniuro de indio y galio.

“China es dueña y señora de estos metales”, asegura Xataka, y agrega que el país asiático lleva exportándolos años a costes relativamente bajos, “y eso ha hecho que el protagonismo de este país en la producción y exportación de estos metales sea enorme. De hecho, un reciente estudio de la Unión Europea mostraba cómo China es responsable del 94% del suministro de galio a nivel global, y del 83% del germanio.”

El medio añade que los bajos precios de esos metales hicieron que muchos países delegaran esas tareas en el gigante asiático —Alemania, por ejemplo, dejó de producirlo en 2016—, pero si la escasez y los precios aprietan, eso hará más viable que otros países impulsen su producción.