Zhang Daqian y el patrimonio cultural chino

12 junio, 2023

El año pasado se cumplieron 50 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Argentina y la República Popular China. Con ese marco de fondo, la gestora cultural mendocina Juleta Gargiulo escribió para DangDai un artículo sobre el célebre pintor Zhang Daqian, quien viviera en Mendoza en la década de 1950, y el patrimonio cultural chino.

La foto de apertura de este artículo corresponde al Museo Zhang Daqian, cuyo diseño fue encargado en abril de 2010 al estudio catalán EMBT en la ciudad de Neijang, en la provincia de Sichuan, lugar de nacimiento del pintor, y en el que trabajó la arquitecta italiana Benedetta Tagliabue.

Por Julieta Gargiulo, especial para DangDai

Es mi deseo hacer un aporte a la conmemoración de los 50 años de vinculaciones diplomáticas entre Argentina y China para colaborar en estrechar los lazos culturales que nos unen. Existe un puente cultural que conecta tiempos, personajes y espacios que fue el que me vinculó con China a través del gran pintor Zhang Daqian. Fue él quien primero tendió un puente cultural entre China y Mendoza allá por el 1950, y me cautivó su historia.

Los argentinos, también los sudamericanos, aún estamos con un gran desconocimiento de esta cultura a la que poco a poco, y en gran medida gracias a oportunidades como la que hace esa ciclópea tarea editorial de la revista Dang Dai, a la que rindo mi profundo reconocimiento como lectora.

Soy una admiradora de los procesos del desarrollo cultural que se ha producido en estos últimos 50 años en China. Por ello trataré de acercar un granito de arena a este rico puente cultural que une nuestros países haciendo un brevísimo esbozo sobre la historia de las artes, la importancia del mercado y el rol de los museos en China en la actualidad. Y aquí vamos.

China fue una de las principales potencias económicas del mundo durante la mayor parte de los dos milenios que van desde el siglo I al siglo XIX y su vasta cultura transita más de 5000 años de antigüedad. La cerámica en china tiene más de 20.000 años y la porcelana desde su origen allí, más de 2.000 años. Por lo tanto, China era una potencia artística, desde mucho antes del siglo XVI, que fue cuando los europeos llegaron en busca de nuevos horizontes. Había inventado y perfeccionado la porcelana (25 a 250 d.c) durante la dinastía Han del Este, una técnica que la haría célebre y abriría una ruta de comercio con Europa. Ella fue el principal vehículo material para la asimilación y transmisión de diseños y temas artísticos, y la evidencia física de un mundo que estaba cambiando hacia otra escala global. En ese momento, cuando llegan los europeos, reinaba la dinastía Ming (1368-1644), y la fabricación de objetos de porcelana había llegado a niveles de excelencia y sofisticación aún desconocidos por los codiciosos comerciantes. Solamente en una ciudad de la provincia de Jiangxi, que fue el centro productor por excelencia, funcionaban 300 hornos oficiales y privados.

Lago Aachensee (1968), una de las obras más cotizadas de Zhang Daqian

China, desde el siglo IX, con su enorme producción, abastecía a su mercado interno, al Sudeste asiático, a la India, Medio Oriente y África. Los primeros que se involucraron en este comercio fueron los portugueses afincados en Malaca y Macao, quienes pronto tuvieron el monopolio de estas mercancías. Sus reyes demandaban especialmente la porcelana azul y blanca, que luego sería la marca distintiva de un imperio en extensión.

Esto desató una furia consumista en las principales ciudades de Europa. Para darnos una idea del fenómeno, se estima que entre 1604 y 1647, los holandeses introdujeron 3 millones de piezas a Europa. Al mismo tiempo, China desarrolló escuelas de pintores de una técnica tradicional relacionada a la caligrafía con tinta que, en Oriente, es considerada un arte a la vez que una disciplina. Las obras deben tener la caligrafía en diferentes estilos de acuerdo a lo que el artista quiere expresar a través de las inscripciones ya que la vida de la pintura depende de su elección y de sus posiciones. Ellas incluyen el título, el contenido (poema, prosa, historia) el nombre del autor y su sello. Sin ellas, la pintura es sólo un cuerpo sin vida. Los materiales involucrados fueron papel de xuan, seda, pincel y cepillos. El género más valorado es la pintura de paisajes, junto con los signos caligráficos. Pero desde fines del siglo XIX y durante el XX los pintores chinos se vieron confrontados con el arte europeo. Surgieron algunos que rechazaban de plano la tradición y otros que intentaban integrar los dos mundos. Los pintores más famosos del siglo XX fueron Qi Baishi (1864-1957) y Zhang Daqian (1898-1983) del que hablaremos en unos momentos.

Julieta Gargiulo

A partir del siglo XIX China fue asediada por potencias europeas, que terminarían dominando el comercio de ese país con el mundo exterior. El siglo XX, para China, fue turbulento en términos políticos y recién después de la II Guerra Mundial comenzó a emerger como una posible potencia. En el período de la Revolución Cultural (1966-1976), con el fortalecimiento de Mao Zedong, el país se cerró a influencias externas y tampoco participaba activamente de los movimientos del mundo artístico mundial ya que la actividad artística estaba regulada por el Estado. Durante ese siglo, la presencia del arte chino en los centros del mundo capitalista y acaudalado, se reducía a anticuarios especializados en arte oriental, dedicados a la porcelana, piezas de jade, etc. La pintura contemporánea china era totalmente desconocida y carecía de mercado. Pero a partir de la de la década del ’80 del siglo XX, durante el gobierno de Deng Xiaoping, que fomentó la apertura de China, comenzó el intercambio de artistas con el resto del mundo y la incorporación de técnicas y temas propiamente occidentales. Esta apertura provocó también el surgimiento de las primeras galerías de arte contemporáneo, que debieron adaptarse a reglas del mercado mundial. En un mundo que iba hacia la globalización, las casas de subastas decidieron ir en busca del comprador en el afán por encontrar nuevos mercados, como lo hicieron en la Rusia de la Perestroika en los ’80. Las grandes galerías de arte contemporáneo del mundo occidental, que funcionan con sucursales en los principales centros comerciales, pusieron foco en esta región. Sotheby’s fue la primera en organizar remates en Hong Kong (1973); Christie’s llegó después (1984), alentados porque en Hong Kong no se cobraban tasas para importar o exportar obras de arte, a diferencia de China continental que cobraba el 34 %.

Así fue como Hong Kong se transformó en uno de los tres lugares más importantes del planeta en el mercado de subastas mundial, junto a Nueva York y Londres. China se ha convertido de este modo, en el mercado de arte más poderoso del mundo en el sector contemporáneo, desplazando al tradicional gran jugador, los Estados Unidos. En el continente, los remates fueron permitidos recién en 1992, cuando el gobierno chino legalizó las transacciones privadas. Esta iniciativa tuvo tanto éxito que, en la década del ’90, se abrieron más de 100 casas de subastas, algunas de corta vida. Las condiciones para un mercado en expansión estaban dadas.

Y así llegamos al comienzo del siglo XXI: en el que hace su aparición un nuevo protagonista, el mercado, y produce el cambio de paradigma

No es posible separar los datos de un mercado de arte floreciente, con los de un país alrededor de mil cuatrocientos millones (1.400 millones) de habitantes, que se ha convertido en superpotencia, con un crecimiento sostenido durante casi tres décadas, una política exportadora agresiva y que es el principal importador de materias primas que ha modificado el mapa mundial.

El segmento de los “súper-ricos” y de los “nuevos ricos” también crece año a año. Esto alienta el mercado de los objetos de lujo, y el arte es parte de ese mundo exclusivo. El año 2000 marcó, en el mundo cultural, el momento en que el Estado reconoce la importancia del arte contemporáneo, desde el punto de vista político, y el poder que la cultura actual puede llegar a ejercer en el ámbito internacional. La Bienal de Shanghái 2000, comienza a dar visibilidad a toda una generación de artistas. Empieza el intercambio entre China y Occidente; los artistas chinos empiezan a ser tenidos en cuenta en la agenda de los poderosos operadores culturales, los curadores. El año 2013 es un año bisagra, ya que es la primera vez que se rompe la barrera de los mil millones de dólares en operaciones; pero no todos los récords se los lleva el sector contemporáneo. El núcleo de este nuevo mercado de arte sigue siendo la pintura china que sigue la tradición. Esto ha posicionado a artistas como Zhang Daqian y Qi Baishien las listas de artistas globales mejor cotizados. Estos pintores son considerados por las nuevas generaciones como los maestros modernistas del siglo XX, que permitieron la entrada de nuevos vientos, y forman parte del patrimonio simbólico chino, al haber integrado parte de colecciones públicas y privadas en la China de Mao.

 Otro dato muy importante de las acciones culturales de China es el del patrimonio cultural recuperado.

 El mercado no se reduce a las Bellas Artes, sino que incluye las antigüedades. China quiere recuperar sus obras saqueadas o desperdigadas por el mundo, ya que considera un orgullo recobrar lo que ha sido expoliado o llevado fuera del país por siglos. El gobierno para ello, ha creado una organización, la Administración Estatal China de Patrimonio Cultural especializada en esa misión, con oficina en Londres, que ya ha repatriado más de 25.000 reliquias culturales. Esta acción del gobierno, acompañada por el coleccionismo privado, ha revolucionado los precios de las antigüedades chinas.
Un capítulo destacado en este desarrollo es el de los Museos

Este nuevo coleccionismo chino, privado y público, está abocado a construir nuevos museos destinados a mostrar el patrimonio. En 1949, cuando el partido comunista tomó el control, China tenía 25 museos. Muchos fueron quemados durante la Revolución Cultural y sus colecciones desperdigadas. A partir de la reapertura y las reformas económicas de Deng Xiaoping (1978) se inicia un boom museístico que abarca también a las ciudades del interior y a coleccionistas, que construyen museos para albergar sus colecciones. El rol que han cumplido en este florecimiento de las artes los planes quinquenales ha sido importantísimo. En 2010 se lanzó el plan quinquenal XII que incluía la construcción de 3.500 museos. A finales del año ya había 3.866 museos, 451 de los cuales solamente habían abierto en ese año. Hoy deben superar ampliamente los 5.000. Los hay actualmente de todo tipo, y presentare algunos que muestran de qué manera China protege su patrimonio. La Presa de las Tres Gargantas, a lo largo del río Yangtzé en la provincia china de Hubei, es el proyecto hidroeléctrico más grande jamás construido. La presa es una fuente de energía hidroeléctrica, con esclusas de transporte y control de inundaciones para el río Yangtzé medio y bajo. Sin embargo, hubo bastantes inconvenientes de un proyecto que inundó un área de más de 600 kilómetros cuadrados. A medida que aumentaba el nivel del agua, casi 1,5 millones de personas se vieron obligadas a trasladarse. Los efectos de este desplazamiento fueron devastadores para la población y para muchos sitios culturales chinos, ya que los lugares que tuvieron que dejar atrás poseen parte de la historia más antigua de China. Pero el gobierno chino cuando proyectó la colosal presa no atendió a las objeciones de numerosos grupos conservacionistas, ecologista y proteccionistas que alertaban sobre la pérdida de numerosos tesoros arqueológicos e históricos que el monstruoso dique iba a ocasionar. Sin embargo, tuvo un sentido de protección patrimonial ya que organizo dos fantásticos museos que en parte resguardo su historia: un antiguo templo budista que es ahora una isla en el centro del nuevo lago, rodeada por un dique de hormigón. Trasladó además el Templo Zheng Fei, moviendo ladrillo x ladrillo ensamblándolos en una elevación más alta. Los museos a los que haré referencia pertenecen a la región de la Presa de las 3 gargantas en la antigua provincia de Shichuan en el área de su municipio vecino Chongqing, donde aparece la primera humanidad en el este de Asia. Uno es El museo de las 3 gargantas y el otro el Museo subacuático.

El museo de las 3 gargantas relata la secuencia completa de la cultura antigua de China, desde el nacimiento del primer ser humano, hace más de 2 millones de años, hasta la fusión de la cultura Ba Shu con la cultura de la llanura central. Exhibe la obra de arte tallada más antigua del mundo y la cerámica más antigua en el tramo superior del río Yangtzé. Ocupa un área de 30.000 metros cuadrados, con un área de construcción de 42.500 metros cuadrados. Fue el primer gran museo con el título de “China” nombrado por la Oficina del Consejo de Estado de la República Popular China más allá de Beijing. Al construir el Proyecto de la Presa de las Tres Gargantas, China eligió el preservar el sitio, la apariencia y el entorno originales de las inscripciones de Baiheliang y para que no todo se perdiera el gobierno chino construyó un museo subacuático, con un escudo elíptico y transparente que permite ver perfectamente el Baiheliang. Se trata de un bloque de piedra de 1.600 metros y un ancho de 15 metros que es visible solamente durante el invierno y la primavera, las estaciones secas, y posee una serie de marcas, principalmente estatuas de peces, para medir la altura de las aguascon los que los campesinos regulaban las labores agrícolas y ayudaba a predecir la cosecha. Cuando el pez de piedra nadaba fuera del agua, esto era un presagio de una cosecha abundante. Las inscripciones son un archivo impresionante sobre el nivel de las aguas que abarca más de 1.200 años. Esta información hidrológica era muy importante para guiar la producción agrícola, la economía del transporte de agua y la seguridad del transporte marítimo a lo largo del río Yangtzé. En ese bloque de piedra hay 165 inscripciones que son reliquias caligráficas de todas las escuelas, desde las dinastías Tang, Song, Ming y Qing hasta los tiempos modernos. Además, en la roca hay grabados más de 30.000 caracteres de poemas chinos, esculpidos en la piedra por cientos de poetas de diferentes dinastías, 18 peces de piedra tallados, dos figuras talladas de Guan Yin, la Diosa de la Misericordia y la talla de una grulla blanca.

El Museo Subacuático de Baiheliangque fue elogiado por la UNESCO como “un fabuloso primer ejemplo mundial de la presentación del patrimonio cultural subacuático en un sitio accesible por el visitante que no bucea”.

Es también en esa provincia donde se han construidos dos grandes museos sobre Zhang Daqian. Quiero destacar en esta brevísima mirada como ese puente cultural del que hacemos mención se plasma en el museo Zhang Daqian en Neijiang, símbolo de La ciudad Cultural de Zhang Daqian. 

En este museo, una obra premiada de la arquitecta Benedetta Tagliabue, la filosofía del diseño se apoya en la reunión de los dos pintores, Pablo Picasso y Zhang Daqian.  Neijiang y Málaga quieren continuar esta relación que nació entre ellos y las dos ciudades que los vieron nacer, integrando así la esencia cultural del Este y del Oeste. El sitio se encuentra en la cima de una montaña. Los motivos y los trazos extraídos de la pintura de Zhang dan forma a las secciones verticales en metal mientras que la interpretación que el pintor chino hizo de la cara de Picasso ayudo a las geometrías del plan. En la actualidad se está construyendo otro gran museo en Chengdu, donde se reproducirá su Jardín brasilero de las 8 virtudes.

Estos dos museos impulsan el turismo a través del arte como un digno homenaje a su hijo destacado.

Pero para realizar todos estos proyectos ha sido muy importante la planificación y ejecución de los planes quinquenales. Actualmente se está cumpliendo el plan XIV 2021-2025 del desarrollo económico y social.

Tienen  gran presencia las tareas principales de desarrollo de la cultura y el turismo, incluidos el avance de la civilidad social, el establecimiento de sistemas de creación artística para una nueva era, la mejora de la protección, la herencia y la utilidad del patrimonio cultural y la mejora del sistema del turismo moderno. Destaca la voluntad de  ofrecer servicios culturales públicos de mayor calidad y eficiencia mejorando la estructura de la industria cultural y promoviendo el empleo de nuevas tecnologías y la digitalización. Se alienta la cooperación cultural internacional y la cooperación con los países a lo largo de la Franja y la Ruta. Los productos turísticos serán enriquecidos con nuevas ofertas como los parques culturales nacionales, las rutas de turismo rojo y las atracciones de turismo de hielo y nieve.

En este país, como hoy vemos, cubierto por un mar de museos, se necesitan obras y esto alienta al mercado. Como en todos los ámbitos, hemos visto que el gobierno también juega un papel importante en el desarrollo y protección de la cultura.

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