Los potreros de fútbol de Xinjiang
En la remota Región Autónoma de Xinjiang pareciera aparecer la pasión por jugar al fútbol que brota exiguamente en el resto de China para alimentar el anhelo oficial por el desarrollo del deporte más popular del resto del mundo.
“Aquí, el fútbol es un deporte popular para todos. Jugar al fútbol y formar parte de un equipo profesional es una de las formas en que muchos niños locales logran el éxito”, dice una nota de ayer del Global Times.
El medio refiere que en un potrero, con ladrillos marcando un arco y “un balón de fútbol hecho jirones, Nurmemet Sherip, un niño de Xinjiang, practica su tiro, ejecutando un gol impecable en cada intento”. Aclara que “los videos de su rutina de entrenamiento han obtenido casi 1,3 millones de seguidores en las plataformas de redes sociales chinas.”
Turahong Abudurhman, vicepresidente de la Asociación de Fútbol de Xinjiang, dice que “el amor de la gente de Xinjiang por el fútbol es puro, simple e instintivo. Siempre que haya un espacio abierto bastante grande, los niños correrán con el balón a sus anchas. Todo el mundo conoce las historias de las principales estrellas del fútbol mundial”.
La escena de niños jugando en potreros es marginal en China. La mayoría de los chicos que juegan lo hacen en canchas reglamentarias de escuelas y clubes, en los horarios debidos y obedeciendo la disciplina de las autoridades. En cambio, en Xinjiang parece estar ocurriendo el fútbol que tomó cuerpo auténtico y gigante en países como Brasil, Inglaterra, Italia o Argentina. “Xinjiang es el ‘mercado de talentos’ del fútbol chino”, dice Turahong, y Tuluxun Maimaiti, fundador del Pamir Soccer Club de la prefectura de Kashgar sostiene que, a diferencia de la mayoría de los clubes de fútbol profesionales chinos, que tienen “dificultades para seleccionar talentos, aquí hay demasiados niños superdotados inscritos.
En esa ciudad —donde la etnia uigur es ampliamente mayoritaria—,hay alrededor de 200 jugadores de fútbol que juegan para los principales clubes de fútbol de China continental. Según Adil Yunus, jefe de la oficina local de deportes, “más de 82.000 adolescentes en nuestra prefectura juegan fútbol regularmente. Cada aldea tiene un equipo de fútbol”
En Twitter el influencer Alex From Xinjiang postea: “Tres jugadores uigures comienzan para el equipo nacional de fútbol sub-20 de China (Afrden Asqer es el capitán) contra Arabia Saudita, los otros 4 jugadores uigures están en el banquillo. Para el fútbol masculino de China, Xinjiang es el futuro.”
En 2017, Subi Ablimit ganó el premio Golden Boy en los premios al Futbolista del Año de China, la primera vez que se entregaba el premio al talento joven. El jugador admitió que no podía hablar una palabra en mandarín cuando llegó a la escuela de fútbol Luneng Taishan en la provincia de Shandong.
El comentarista deportivo, también de Xinjiang, Sherep de Nurmuhammed, asegura que “la pasión por el fútbol corre por mis venas y también está en la sangre de muchas personas en Xinjiang”. Relata que cuando era joven, “no teníamos muchas instalaciones deportivas, excepto un gran baldío. El fútbol era el único deporte al que todos teníamos fácil acceso. Todo lo que necesitábamos era una pelota”
En otro artículo, el Global Times dice que “el auge de los futbolistas de Xinjiang se ha convertido en un fenómeno en China en los últimos años. En los Juegos Nacionales de China de 2021, comúnmente conocidos como Shaanxi 2021, el equipo masculino sub-20 de Xinjiang venció a todos sus oponentes, se abrió camino hasta la final y realizó la mejor actuación del equipo de Xinjiang. Algunos jugadores de Xinjiang se han convertido en jugadores clave en los clubes de otras provincias y regiones.”
En 2017 Abduhalik Hemdulla había ahorrado durante dos años y le dio el dinero a su profesor de educación física para que le comprara una pelota de fútbol. Tenía menos de diez años. El profesor publicó la historia en redes sociales, se volvió viral y periodistas deportivos la tomaron y gestionaron que pudiera conocer a su ídolo mayor, Lionel Messi. Messi le regaló la pelota, una camiseta y un abrazo. Durante el mundial de Qatar el Diario del Pueblo publicó fotos de Abduhalik Hemdulla en su casa de Kashgar, viendo un partido de Argentina.
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