Foco en las relaciones entre América Latina y China
Luego del viaje del presidente de Brasil a China y del anuncio de que Argentina incorporaría el yuan a su comercio con el país asiático, medios de toda Hispanoamérica publican, en tono de alarma o meramente informativo, sobre el crecimiento de las relaciones entre China y la región.
Para el Diario Financiero de Chile, Evan Ellis, analista del Colegio de Guerra del Ejército de los Estados Unidos (que tiene colaboradores también en Argentina), informa que el FMI “registró 445.000 millones de dólares en comercio de China con la región en 2021 (un salto de 26 veces en dos décadas), mientras que la red China-América Latina y el Caribe, con sede en México, documenta 524 provectos de inversión chinos en la región por valor de 172.000”.
Ellis advierte que “estos negocios crecientes y el lenguaje cordial de China de camaradería ‘Sur-Sur’, donde todos salen ganando, no deben distraer a la región del hecho de que la potencia asiática y sus entidades también persiguen objetivos, entre ellos capturar la mayor parte posible del valor añadido en las cadenas de suministro y dominar industrias estratégicas. La debilidad de las instituciones de la región y sus interacciones poco transparentes ayudan a menudo a los chinos a sacar lo mejor del trato.”
Otro medio chileno, La Tercera, ofrece un pormenorizado informe sobre el crecimiento de la apuesta de China en toda América Latina.
Clarín se hizo eco de funcionarios y militares de la administración estadounidense y expertos en seguridad regional que participaron en la 8ª Conferencia sobre Seguridad Hemisférica para advertir “sobre los peligros de la influencia china sobre el litio y otros minerales críticos en América latina”.
“Todos, de alguna manera, mostraron la preocupación sobre el avance de China sobre la región, en especial sobre minerales estratégicos como el litio –Argentina es uno de los principales productores del mundo— y también energía”, dice el medio, que difunde conceptos de Juan González, asesor especial del presidente Joe Biden para América Latina, y de Laura Richardson, jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, también participó de la Conferencia.
En Prensa Libre, de Guatemala, Pedro Trujillo refiere a la “mala noticia” de que, “de forma similar a como ocurriera con la revolución china y la rusa, todo surge de movimientos ideológicos de izquierda revolucionaria-radical, y eso puede terminar por desintegrar la compleja alianza de los países latinos y polarizar o radicalizar la oposición de aquellos que no comulguen con el movimiento o, para ser exitosos, tener que sumar regímenes autoritarios ‘aliados’ como China y Rusia.”
En España, Tercera Información sostiene que “América Latina necesita resistir la dominación que ejerce el imperialismo estadounidense y la dependencia económica que se ha generado con China”, lo que “serviría, ante todo, para recuperar la soberanía latinoamericana frente a la injerencia imperial de Washington. Pero facilitaría también el desenvolvimiento de la zona, frente a la regresión productiva que generan los convenios de cada país con Beijing.”
Fuera del tono alarmista, América Economía cita un informe publicado por el Centro de Políticas de Desarrollo Global de la Universidad de Boston sobre las últimas tendencias en la relación económica entre China y la región latinoamericana, en el que Rebecca Ray, Investigadora Académica Principal de la institución sostiene que “con nuevos acuerdos de libre comercio propuestos en negociación y nuevos acuerdos de inversión en litio sobre la mesa, los países de América Latina y el Caribe están construyendo sobre sus relaciones con China para promover sus propias agendas económicas. Esta es una buena noticia, ya que puede ofrecer un nuevo camino a seguir para la relación, menos atado a las materias primas y con más espacio para el valor agregado para la región”.
El diario Página 12 informa sobre la última publicación del Boston University Global Development Policy Center, que asegura que en 2023 las relaciones económicas entre América latina y el Caribe y China comenzaron a recuperarse desde la pandemia.
La recuperación es evidenciada en “tres nuevos préstamos a la región por primera vez desde 2019, junto a un crecimiento de la inversión extranjera directa de China y significativos movimientos hacia nuevos acuerdos de libre comercio.”
El medio destaca, por otra parte, que “A raíz del litio, Argentina, que ingresó el año pasado a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, ocupa un lugar privilegiado en la compra de empresas y las inversiones directas.”
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