¿Por qué bajar a Tik Tok puede subir a China?
Por Lucas Gualda, para DangDai
Hace casi 3 años, cuando la pandemia arreciaba en todo el mundo, y todos vivíamos una dura cuarentena, al mismo tiempo (potenciado por esta reclusión) explotaba el uso de Tik Tok. La aplicación de videos cortos que se apoderó de un mundo que desde su casa mostraba al resto de los encerrados, recetas de cocina, desafíos de baile, y en algunos casos como en China (a través de Douyin, la versión original) se vendían productos y servicios.
Y también en esas fechas junto a mi colega Juan Patterson, escribimos sobre el posible “caballo de troya” que sería la aplicación creada por Bytedance para los Estados Unidos, al cual tildaban como capaz de influir en los resultados de las elecciones presidenciales a favor de Donald Trump (pasó todo lo contrario). Ya en esa época, en que la guerra comercial fue sustituida por el coronavirus, los funcionarios temían que TikTok fuese una excusa para robar datos personales de cientos de millones de usuarios norteamericanos.
Y fue hace muy poco, apenas unas semanas, que en la nación del Norte se prohibió primero el uso de la aplicación en los teléfonos de los funcionarios públicos, para luego, a condición de que sus dueños chinos no acaten la orden de desinvertir, extenderse a todos los usuarios en los Estados Unidos. Y como siempre pasa en estas cuestiones de seguridad, otros países e instituciones rápidamente seguirán la tendencia (a la fecha, Francia, el Reino Unido, los Países Bajos, y la Comisión Europea, ya han prohibido la aplicación a sus funcionarios).
Parecería entonces que los días de Tik Tok en Occidente están contados.
Pero esta breve opinión lejos está de ser una elegía, muchos menos se rezarán dos Padrenuestro frente al féretro de Tik Tok recordando sus mejores videos, pero sí se tomará una frase que suele decir un cura en sus responsos: que toda muerte es el inicio de nueva vida. Y así como en Blasphemous Rumours, Depeche Mode recuerda que Dios tiene un sentido extraño del humor, y que cuando muera me recibirá a las carcajadas, en Beijing pueden en este momento (de manera no irónica) estar descorchando un champagne, o abriendo una bella botella de baijiu, ante este nuevo escenario.
¿Cómo es esto posible? ¿En serio a China le conviene la caída de Tik Tok?
Mucho se está hablando estos días sobre la Inteligencia Artificial. Si de algo sirve para tranquilizarlos, les cuento que aún está lejos de poder replicarse a sí misma, y necesita de entrenamiento (ser alimentada por humanos) para lograrlo. Y se está pidiendo una tregua de 6 meses como mínimo para organizar cómo va a ser este paso a una nueva era…porque que se viene, se viene. Pero si prestaron atención recién, para que la tecnología avance aún se necesitan humanos. Personas formadas en carreras técnicas. Segmento que como bien saben, escasean y poco.
Al factor demanda, que ya es un problema, dado que eleva costos (los que quieren bajar masificando la IA), súmenle el factor ideológico. Hay muchos ingenieros huyendo (esa es la palabra) de las grandes empresas tecnológicas de Estados Unidos, hartos de la falta de ética de sus empleadores. Y una pequeña pero valiosa aclaración, respecto de estas empresas, es que a diferencia de Tik Tok, hay evidencia probada de que han influido electoralmente. Y ahí andan, rampantes, despidiendo a mansalva.
En los tiempos del greed is good, los que hacen la tecnología posible están diciendo basta. Ya lo decía Viktor Frankl, ¿que es de un ser humano sin una vida con sentido, no? Teniendo claro el “para qué”, podremos resolver los distintos “cómo” que nos dejan muchas veces sin dormir. Y soy certero cuando digo que ningún ingeniero se quemó las pestañas estudiando para que un posteo obtenga más likes. Es una verdadera porquería, uno de los subproductos más detestables de la modernidad. Y lo saben.
En China hace ya varios años que el gobierno está intentando atender la situación. Y noticias que para nosotros suenan extrañas, como que hayan impedido a Alibaba su oferta pública (la cual estaría por pasar, pero lo harían de manera dividida), tiene que ver con que estas empresas han crecido de manera desmedida, ocupando a sus ingenieros en tareas que solo sirven para agrandar sus bolsillos, pero que poco hacen por el avance tecnológico del país.
Seamos sensatos, difícilmente un país crezca si sus habitantes están todo el día mirando videos o jugando videojuegos. Lo de siempre, cuando el medio se vuelve un fin, las cosas no van bien.
Beijing está trabajando arduamente por el desarrollo tecnológico. Hace unos años, 2017 para ser preciso, lanzaron un ambicioso (me queda chica la palabra) plan de desarrollo de Inteligencia Artificial de nueva generación (pueden leerlo acá, es largo) donde detallan los objetivos a cumplirse en 2025 y 2030. La planificación recorre detalladamente todas las variantes de aplicación de estas tecnologías, que son mucho más profundas que aquellas que ya podemos observar, como el asistente Ernie de Baidu, del cual escribimos para la Revista 38 de DangDai, que aparecerá este mes, y otras innovaciones de consumo. Rápido ejemplo, en China se están fabricando cremas corporales personalizadas según la piel de cada persona, usando inteligencia artificial.
Estas metas son imposibles de realizar sin mano de obra humana. Y sin TikTok en el medio, la nación asiática tendrá un motivo de peso para invitar a estos técnicos a sumarse a un proyecto con mucho futuro.
Aunque no es la única aplicación china que es usada por la mayoría de los estadounidenses. Los chinos también se metieron en el retail, SHEIN y Temu (versión internacional de Pinduoduo) son furor, y también están en el ojo de la crítica de los funcionarios del Capitolio y la Casa Blanca.
En un contexto de enorme inflación, ante un gobierno que sigue haciendo todo (mejor dicho, lo único que puede hacer, imprimir billetes) para salvar a las corporaciones, todavía se dan el lujo de cuestionar a la gente por buscar precio (consecuencia de imprimir billetes sin parar) y lanzarse de a millones a comprar las accesibles prendas de ropa de Shein o los productos de uso cotidiano de Temu.
Rand Paul, Senador republicano, hijo de otro gran defensor de la libertad individual, el ya extinto Ron Paul, fue una de las pocas mentes lúcidas, y desde su banca logró frenar que la prohibición salga “por un tubo”, alegando que esta medida ataca a la libertad de expresión. También lo hizo en la cámara baja la demócrata neoyorquina Alexandria Ocasio-Cortez, la cual se vale principalmente de TikTok para llegar a los votantes más jóvenes de su distrito.
Lo que pasa en EEUU respecto a ese tema da para un debate mucho más extenso del que me permiten estas líneas, pero a muy grandes rasgos, permítanme asegurar que no se ve alentador el panorama, ni para TikTok, ni para la libertad de expresión.
En resumen, sin dudas la prohibición de Tik Tok es una medida miope, que parte de una lectura muy sesgada de la realidad. Y que en su afán por castigar, terminará siendo una bendición encubierta para China.
Quizás, pensándolo bien, sí era un caballo de Troya.
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