La Universidad Nacional de Tres de Febrero y la Red China América Latina Enfoques Multidisciplinarios, con apoyo de otras instituciones entre las cuales estuvo Revista DangDai, organizó ayer el webinar “El triángulo del litio: Inversiones de China en América del Sur”, donde hablaron varios expertos de la región.

Estuvieron presentes Sergio Cesarin y Ramiro Trost de UNTREF, Pamela Arostica de RedCAEM y Gustavo Ng de DangDai, entre otros presentadores.

El académico chileno Pablo Ampuero-Ruiz, de la Universidad de Amsterdam, se concentró en el rol de China en la industria global del litio. Si bien hizo aportes sobre el Cono Sur (sostuvo por ejemplo que en Chile hay limitantes frente al mayor dinamismo que se observa en ese sector en Argentina), su centro fue poner el foco en cuestiones técnicas sobre el recurso y en políticas del país asiático, del que citó medidas sobre electromovilidad, sus planes de la “civilización ecológica” y otras variables, muchas de ellas enmarcadas en el proyecto Made in China 2025 y el plan de fabricación estratégica de vehículos con nuevas energías, que incluye sobre todo a los eléctricos. Ampuero Ruiz detalló alcances que lo ponen a la vanguardia internacional.

El argentino Bruno Fornillo, de la Universidad de Buenos Aires, se hizo preguntas sobre la estrategia de China en electromovilidad y energías alternativas y sobre cómo fue creciendo la importancia  china en el sector. “Su desarrollo autocentrado y endógeno ya es indiscutible. Así como su presencia extractiva en América Latina, en Argentina determinante”, expresó. Sobre Bolivia, juzgó interesante el método directo de extracción, para ver al cabo si resulta menos contaminante. Y alertó sobre cuestiones ambientales. Ve peligroso que, por ejemplo, empresas de Europa están “abandonando estándares ambientales” para poder compartir con China. Asimismo, se preguntó si China “reproduce y asienta en patrón económico, para garantizar su abastecimiento de recursos, si bien sin la injerencia tradicional y nociva de EEUU y  Europa previamente. Pero, por ahora no hay diferencias sustanciales en el modo del Sur Global para nuestro desarrollo”. ¿Hay un nuevo paradigma? ¿Y la transición energética es corporativa, con dominio de las empresas? ¿O hay descentralización y participación de la sociedad en un marco desconcentrado y desmercantilización? ¿Cómo se posicionará China en ese debate?, fueron otros de los interrogantes que puntalizó.

El académico de Bolivia David Schröter por su parte habló de la industrialización del litio en su país. Historió el proceso y la reacción de las comunidades bolivianas sobre los últimos emprendimientos, sobre todo del consorcio chino Catl, BRUNP y CMOC (CBC) en los salares de Coipasa (Oruro) y Uyuni (Potosí). Informó que se hizo un acuerdo para la explotación conjunta con Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) que motivó resistencias. También historió otros antecedentes con empresas extranjeras, por ejemplo el caso de un grupo alemán ACISA previo al golpe de Estado de 2019, que también se había asociado al gobierno boliviano para operar de manera conjunta sobre el recurso litio. “Hay en general mala fama de empresas extranjeras en Bolivia… eso atenta contra un mejor armonía popular con la presencia china en el país”, sostuvo.

Cesarín dio algunas conclusiones del webinar: “Nos posiciona a AL en una nueva oportunidad de potencialidad a nivel internacional a partir de recursos estratégicos, como en otras etapas históricas (estaño, cobre, mineral de hierro, ahora litio…). Pero, ¿cómo somos partes de eso? ¿depositarios solamente de inversiones extranjeras? Debemos ponerlo en debate, así como el dominio tecnológico o de las partes de las cadenas de producción. Hay un área amplia de opciones para que nuestros Gobiernos negocien. Del otro lado, hay grandes empresas estatales multinacionales. En nuestras historias nos posicionamos mal y se generó subordinación y dependencia. ¿Qué pasará ahora?”.

Finalmente, Ng planteó que “la situación de la explotación del litio como foco de la relación entre Argentina y China, siendo un foco nuevo desafía los escenarios en los que se desarrolla. Por un lado, la matriz comercial argentina, desde que se plantea superar el esquema de vender materia prima y comprar productos industrializados. Argentina agregaría valor al litio industrializándolo, lo que significa fuentes de trabajo y actividad en empresas proveedoras, logísticas, financieras, académicas, científicas, etc.”

“Esto pone en juego”, dijo, “el tema de la distribución de la riqueza que generará el litio. Las empresas chinas se conducen en América Latina estrictamente según las reglas del neoliberalismo, que tiene como consecuencia inefable una distribución desigual de la riqueza que generan en los países donde actúan. La explotación del litio pone en juego la posibilidad de que puedan crearse mecanismos para que la actividad se traduzca en una distribución justa de las riquezas.”

“Por otro lado, el litio interpela el tema de minería y medio ambiente, en una Argentina en la que la minería es blanco de la mayoría de los sectores ecologistas, que traen al caso la presunción de poco cuidado ambiental de parte de empresas chinas, afirmó Ng, y agregó que “otro escenario son las comunidades originarias, teniendo en cuenta que el litio está en sus territorios y, nuevamente, que en Ecuador, Brasil y otros países, las empresas chinas han tenido conflicto con los pueblos originarios porque trabajaron en sus territorios con permiso de los gobiernos nacionales, pero sin negociar con los pueblos originarios.”

El director de Revista DangDai sostuvo que “asimismo, el litio demanda articulaciones entre el Estado nacional y los estados provinciales, teniendo en cuenta que los recursos mineros pertenecen a las provincias y sólo hay tres involucradas con este recurso.”

“Otra relación ineludible”, concluyó Ng, “es entre Argentina, Chile y Bolivia, que representan un filón planetario del litio. Pueden competir o acordar políticas conjuntas, lo que decidirán en el marco de une efervescencia de los Estados Unidos para bloquear la presencia de China aen Latinoamérica, y sus funcionarios vienen mencionando la explotación del litio como una de las áreas de conflicto.”