Con la aparición de un caso de vaca loca en Brasil y la consecuente suspensión de las exportaciones a China, aparecen especulaciones sobre las consecuencias que esta situación tendría para Argentina.

Consultado por La Nación, Francisco Ravetti, analista de ganados y carnes de AZ, sostiene que “las posibilidades de embarques están casi toda tomadas; por más que se quisiera crecer, no hay muchas posibilidades de aumentar los volúmenes de exportación de vacas en China con los precios internos vigentes y con el tipo de cambio atrasado y con retenciones que se debe operar”.

Las oportunidades de Argentina también estarían determinadas por el tiempo que se extienda la suspensión. Para La Nación, “si la suspensión de exportaciones de Brasil dura solo 15-30 días como se vislumbra, podría verse afectado el volumen embarcado desde sus puertos, pero no de manera significativa”.

En cambio, la Revista Chacra recuerda que “China y Brasil firmaron un protocolo por el cual, ante casos como este, las ventas de carne deben detenerse al menos por cuatro semanas.”

Por otro lado, las empresas bovinas brasileñas Minerva y Marfrig dijeron en comunicados separados que utilizarían instalaciones en la Argentina y Uruguay para compensar el impacto de la prohibición de exportar desde territorio de su país.

Revista Chacra repasa que “China explotó como comprador excluyente de carne bovina a nivel global desde hace alrededor de una década. Básicamente se abastece en Brasil (40% del total), la Argentina (18%) y Uruguay (15%) como proveedores de peso. El gigante explica el 75-77% de las exportaciones de carne vacuna de nuestro país y es igualmente clave para los otros dos integrantes del Mercosur.”