Por Lucas Gualda, especial para DangDai

Baidu viene desarrollando desde hace años la inteligencia artificial Ernie, que se perfila para ser la contendiente en un mercado sacudido por la irrupción de ChatGPT.

Cuenta el célebre escritor Simon Sinek en su libro “Start with Why” (“Empieza con el Porqué”, en su traducción oficial al español), que uno de los puntos de quiebre de las grandes corporaciones es cuando su CEO fundador, por el motivo que sea, da un paso al costado. Para el autor, la figura de esta persona suele ser la encarnación de los valores de la compañía (o de la marca, si comparte nombre con esta). Y su desaparición deja a la organización “a la deriva”.

En el caso de un buen CEO, como Sam Walton, fundador de Walmart, cuyo negocio era vender barato a las clases trabajadoras más humildes, vivía frugalmente. Su rutina, siendo el fundador de una de las cadenas de supermercados más grandes del mundo, incluía viajar en clase turista a sus reuniones, o manejar su propio auto, además de tratar a la gente como un par, sin jamás faltar el respeto ni hablar con arrogancia. Su pérdida sin dudas fue irreparable, ya que sus hijos, que a diferencia de su padre eran descendientes de una persona rica…no pudieron continuar con ese estilo de vida, con esa representación de la marca.

Baidu es Robin Li. La gigante tecnológica, cuya inicial da inicio a la sigla BAT (Baidu, Tencent, Alibaba), los tres leviatanes que fueron emblema del crecimiento y el avance chino en la década del 2010.

El pasado 10 de enero se desarrolló la conferencia Baidu Create, en la que Li, al mejor estilo Steve Jobs o Tim Cook, presentó todas las novedades de la empresa al periodismo especializado, y a sus propios empleados, en un intento por levantar el espíritu. Motivos sobran, la empresa está muy bien posicionada en lo que algunos expertos han llamado la nueva “carrera armamentística”: la Inteligencia Artificial.

Tras años de letargo, la figura del gran CEO chino se vuelve a agrandar, en un terreno para que el que se venían preparando (su empresa y él), hace varios años. Aunque no hayan sido ellos quienes dieron el primer paso.

En los últimos meses del año pasado el asistente en línea ChatGPT, a cargo de OpenIA (ahora bajo el control de Microsoft), sorprendió a los usuarios por su versatilidad para comunicarse, y dar respuestas más que satisfactorias. Esto ha sido tan así que no solo la empresa dueña de la tecnología ya comenzó a vender versiones premium, sino que comenzaron a salir competidores. Y los que aún no salieron, están avanzando al galope para poder sacar sus propios asistentes de IA.

Descartando algunas situaciones fraudulentas, como algunos chatbots deficientes, e incluso otros directamente eran un engaño para quitar dinero a los curiosos, China ha sido uno de los países más interesados en esta herramienta. Entre sus usos más populares, se recurre a ChatGPT para que escriba documentos. Lo cual pareciera ser un aspecto del trabajo que más irrita a estudiantes y profesionales. A pesar de su difusión, la herramienta oficialmente no inició una actividad comercial dentro del país.

Baidu ingresa al mercado de los asistentes de IA de la mano de Ernie (文心 wenxin, en chino mandarín), su propia versión de un chatbot, que lejos de ser una copia barata de ChatGPT, dado que lleva más de 10 años de desarrollo. A diferencia de varias copias baratas diseñadas en China, y de calidad inferior, que se están comercializando para empresas interesadas.

En la opinión de Kevin Xu, funcionario del NIST (siglas del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, dependiente del Departamento de Comercio de los EEUU)  durante la gestión Obama, en su blog “Interconnected”,  Ernie tiene todo para convertirse en la tecnología central de una ya no tan futura, canasta de negocios de Baidu.

Sus proyectos futuros (futuro muy cercano) son alucinantes. Es un mundo que se acerca cada vez más a los bocetos de Hanna y Barbera y sus famosos Supersónicos que en un ya no tan lejano 2062 se movían por el mundo con utilizando tecnología de punta, especialmente los autos voladores.

Si bien no hemos logrado aún que vuelen, Baidu en los últimos Juegos Olímpicos de Invierno, a través de su división de “robotaxis” Apollo, demostró que al menos ya se pueden manejar por sí mismos. A mitades del año pasado la empresa informaba que sus vehículos autónomos (el automóvil ha sido diseñado por Baidu, así como su sistema operativo, y su aplicación para “llamar al robotaxi”) ya han recorrido más de 32 millones de km por todo el país, algo equivalente a 20 años de manejo. Datos para nada desestimables.

Los vehículos autónomos son uno de los objetivos más perseguidos por sus destacables ventajas. Un parque automotor autónomo, en condiciones normales de funcionamiento, podría reducir a un mínimo técnico los accidentes viales.

Mencionando nuevamente a Apollo, división de negocios de servicio de taxi mediante vehículos autónomos de Baidu, en la opinión de Xu, podría potenciarse con Ernie para facilitar el servicio de los “robotaxis”, los cuales serán implementados en 65 ciudades chinas para 2025. Una inteligencia artificial que permita un diálogo fluido con los pasajeros puede ser la llave a nuevos ingresos. Las posibilidades son infinitas cuando se trata de servicio al cliente.

Por otro lado, está también la gema de las grandes tecnológicas, la nube. Este segmento de negocio conocido en la jerga como “cloud computing”, es la vaca lechera de Microsoft, Oracle, y otros jugadores de peso. Se trata de una necesidad vital de cualquier empresa, que rápidamente puede almacenar y conectar a sus trabajadores sin tener que recurrir por sí misma a una compra de costosa infraestructura tecnológica. Es en estos servicios donde no destaca tanto la tecnología de punta sino la calidad del servicio, donde está la tajada del león. Pero en China, donde dominan Tencent y Alibaba, Baidu apenas ostenta un 9% de la torta.

Pero la empresa de Li, a diferencia de las otras, tiene en Ernie una ventaja competitiva que, cuando efectivamente se afiance, permitirá que crezca enormemente su participación. El antecedente de Azure (Microsoft) y ChatGPT es suficiente, la integración del asistente en la nube, además de la posibilidad de los clientes de desarrollar sus propios chatbots utilizando la tecnología, ha disparado las contrataciones del servicio.

Más allá de lo que significa Ernie por sí mismo, estos ejemplos de sus futuras aplicaciones son un buen augurio para el regreso a la gloria de Baidu. En tanto y en cuanto el gigante acepte renunciar a su tradición y abrazar la modernidad. Y además deberá rodear de buenos jugadores a este Messi de la inteligencia artificial —léase, invertir, y comunicar este valor potencial.

En resumen, Baidu tiene en su manos la mejor carta del mazo. Dependerá de la visión de negocio de Li si terminan ganando la partida o no.

IA y la redefinición del negocio de Baidu

A Baidu se lo llama comúnmente el “Google chino”. Efectivamente, se trata del buscador más utilizado en China, así como Google lo es a nivel mundial. Esta situación fue potenciada justamente por la salida del famoso buscador de Alphabet (Google es subsidiaria de esta corporación) del territorio chino. Pero limitar el negocio de la empresa americana a las búsquedas sería un gran error. El negocio es la publicidad, y el buscador no ha sido más que un medio para conectar a los usuarios con las marcas, que siempre están ávidas por conseguir nuevos clientes, por cerrar nuevas ventas.

Hoy en día, si hay una función que está en franco declive, es justamente la de los buscadores. Queramos o no, hoy en una navegación que realicemos, hay una enorme posibilidad de que vayamos clickeando, e ingresando en webs en las que no habíamos pensado, ni nos habíamos imaginado previamente. Porque alguien ya lo hizo por nosotros, y ese alguien no es una persona humana, sino una inteligencia artificial. Este “servicio” oculto se llama “post-búsqueda”, y en China, por lo menos, no es Baidu quien domina ese mercado sino “la otra B”, Bytedance, empresa dueña de Toutiao y Tik Tok (y su versión china Douyin).