El caso del genetista que fue encarcelado en China por incumplir normas éticas y que desde el año pasado trabaja para curar la distrofia muscular de Duchenne, es repasado por Página 12.

“Mientras que algunos colegas lo señalan como un pionero, otros apuntan a He Jiankui y lo comparan con los médicos nazis”, escribe Pablo Esteban, y se pregunta: “¿Por qué no es posible propiciar mejoras en humanos si se evitan problemas de salud? ¿Qué conflictos envuelven estos avances tecnológicos? Si las científicas que desarrollaron las tijeras genéticas fueron reconocidos con el Nobel de Química en 2020, ¿por qué este investigador chino fue encarcelado por ponerlas en práctica? Pensar que su accionar fue adecuado es tan erróneo como tildar a este científico como un lobo solitario: el sistema capitalista engendra –como no podía ser de otra manera– una ciencia capitalista.”