“Argentina necesita una estrategia para las inversiones chinas”
Un informe de Fundar elaborado por Florencia Rubiolo y Santiago Bustelo plantea que la ola de expansión del financiamiento de China a nivel internacional “ya ha alcanzado su pico en América Latina” y depende de Argentina “establecer una estrategia para aprovechar los beneficios potenciales que puede brindar la nueva configuración de la economía global.”
El documento sostiene que el estancamiento de las exportaciones hacia China desde 2011, junto con el aumento de las importaciones provenientes del país asiático, “consolidó una posición estructural deficitaria para Argentina, la cual alcanzó su máximo en 2017 con un saldo negativo de USD -7,7 mil millones. En 2021, el saldo comercial acumulado fue un déficit de USD -7,2 mil millones (INDEC, 2022).”
Esta situación contrasta con la de otros países de América Latina, que también tienen importantes exportaciones del sector primario o del complejo agroindustrial, como Brasil, Chile y Perú, pero mantienen significativos superávits con China.
Al referirse al financiamiento de China a Argentina, el informe asegura que las “tasas aún se encuentran por debajo de las tasas que Argentina podría obtener en los mercados financieros internacionales, debido a la inestabilidad económica del país y al alto riesgo crediticio.”
Advierte, sin embargo, que las inversiones de China “no eximen de responsabilidades a los países receptores en términos de planificación y coordinación institucional a nivel doméstico para que el diseño y la implementación de los proyectos realmente genere los efectos positivos deseados.”
Así, “los proyectos financiados por China, si bien contribuyen a la mejora de la infraestructura nacional, no implican directamente la generación de divisas o saldos exportables. Si bien varios de los proyectos suelen ser lucrativos en moneda nacional, no generan ingresos directos en divisas extranjeras para el repago de los compromisos asumidos.”
Los autores sostienen que “si no se toman medidas concretas para aumentar la participación de las empresas nacionales y del contenido local en los proyectos de infraestructura, la estrategia de financiamiento actual tenderá a profundizar el déficit comercial con China.”
Por otra parte, el documento asegura que la ola de expansión del financiamiento de China a nivel internacional “ya ha alcanzado su pico en América Latina. Los indicadores sugieren que en los próximos años los desembolsos serán menores y las condiciones y los términos de los préstamos por parte de los bancos serán más estrictos debido a las dificultades de repago. En 2022, casi el 60% de los préstamos internacionales de China están en manos de países que se consideran en dificultades financieras, en comparación con el 5% en 2010. Los bancos chinos ya han reducido drásticamente los préstamos para nuevos proyectos en países de bajos y medios ingresos, concentrando sus esfuerzos en reestructurar y sanear sus carteras de préstamos existentes.”
En la relación general con el gigante de Asia, dicen Bustelo y Rubiolo, “depende de Argentina establecer una estrategia para aprovechar los beneficios potenciales que puede brindar la nueva configuración de la economía global. Existen claras señales de que el contexto actual aún se caracteriza por enormes posibilidades y oportunidades, típicas de tiempos de crisis y cambios de paradigmas. La creatividad y el uso de ventanas de oportunidad pueden dar lugar a nuevos escenarios para los países en el sistema internacional.”
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