El vicepresidente Wang Qishan asistió a la jura de Lula
La jura de Lula Da Silva como presidente, por tercera vez, de Brasil, fue observada por numerosas delegación extranjeras. La china que llegó a Brasilia se destacó por el tamaño de la aeronave que la transportó, la mayor del evento. Y algunos analistas de renombre escribieron sobre los lazos sino-brasileños en esta nueva etapa.
Quien encabezó la delegación fue el vicepresidente Wang Qishan.
“Recibí del vicepresidente de China, Wang Qishan, una carta del Presidente Xi Jinping con sus saludos y la expresión de la voluntad de ampliar la cooperación. China es nuestro principal socio comercial y podemos ampliar aún más la cooperación entre nuestros países”, dijo Lula.
De acuerdo con Aviación Online, aunque han llamado la atención reactores como el Airbus A350 de la Luftwaffe, un raro A340-200 y el Ilyushin IL-96 ruso, el centro de atención de la aviación mundial sigue estando en el Boeing 747, conocido como el Jumbo.
Y el Jumbo que llegó a Brasilia es operado por la compañía de bandera y estatal Air China, el único 747-400 de pasajeros del país en funcionamiento sirve a la cúpula del Partido Comunista de China (PCCh).
El avión B-2472 voló de Beijing a Milán, donde hizo una parada técnica, y llegó a última hora de la tarde del sábado a Brasilia.
Para Rebelión, el analista Pepe Escobar escribió sobre las relaciones comerciales y políticas entre Brasil y China, un vínculo que se posiciona como de los más importantes en el actual mapa global. Recordó que China ha sido el principal socio comercial de Brasil desde 2009, por delante de Estados Unidos. El comercio bilateral en 2021 alcanzó los 135 mil millones de dólares. “El problema es la falta de diversificación y un bajo valor agregado”. escribió.
Y Mónica Hirst y Juan Gabriel Tokatlian comentaron para Nueva Sociedad sus impresiones sobre la nueva política exterior que intentará seguir Lula. “Tanto para Beijing como para Brasilia es más deseable que sus respectivos vínculos se desarrollen dentro de una dinámica intracapitalista de competencia económica y tecnológica, evitando la contaminación derivada de una lógica bipolar de rivalidad geopolítica”, dijeron los académicos.
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