El día que los chinos comprendieron “El Eternauta”
Por Gustavo Ng, desde Beijing. Una editorial independiente local está preparando la publicación de “El Eternauta” para el mercado chino. En esta nota habla el editor, para quien la obra de Héctor Germán Oesterheld representa la cultura argentina.
El término chino para “brillo“ combina los signos del Sol y la Luna, implicando la suma de todas las luces. Los chinos aman la luminosidad. El presidente Xi Jinping explica que el país vive en este momento un proceso de “rejuvenecimiento“. No sólo los edificios del centro financiero de Shanghai son un espectáculo, convertidas sus titánicas fachadas en pantallas, sino que irradian luces que van cambiando de colores los puentes, los cielorasos de las galerías comerciales, los árboles, los contornos de las construcciones. La China rejuvenecida es una fiesta radiante.
A principios de los 80, cuando se abrieron al mundo, los chinos se entusiasmaron con el resplandor de los Estados Unidos. Los norteamericanos resplandecían de lo que ellos admiraban. Cuarenta años, después han avanzado tanto que ya no tienen nada que envidiarle al gran imperio americano, y el brillo de los Estados Unidos se va opacando —mucho más cuando Estados Unidos se empeña en tratar a China como un enemigo.
Superman, el Capitán América, la Mujer Maravilla, han perdido su magia. Sus superpoderes parecen ya no tener efecto en el Lejano Oriente.
Es en este escenario que el periodista argentino Fernando Capotondo, interpelando los vericuetos culturales de Beijing con su curiosidad irrevocable, dio con la historia de una pequeña editorial independiente emprendida por millennials chinos que ya no están interesados en los norteamericanos. Lo que encontró Capotondo es que estos jóvenes buscan superhéroes que superen a los individualistas, belicosos y moralistas superhéroes de los Estados Unidos. Y en esa búsqueda, dieron con la historieta argentina El Eternauta.
Para su nota publicada en la agencia Télam, el periodista habló con Zhao Lei, el joven que decidió publicar una versión de “El Eternauta” en mandarín y concluyó que “lo que más les interesó fue la idea de mostrar una versión antagónica a la del superhéroe estadounidense, con gente común dispuesta a dar pelea desde sus lugares cotidianos para salvar al mundo”.
En el blog de la editorial, Zhao habla del proyecto destacando que en la historia de “El Eternauta”, “la salvación del mundo no depende de un superhéroe con poderes, sino de un grupo de personas comunes que pueden usar los objetos que tienen a su alrededor para construir armas. La verdadera batalla no ocurre en el espacio o en otros planetas, sino en las calles y los lugares de nuestra vida cotidiana.”
El foco, entonces, pasó de Estados Unidos a un (¿otro?) país del Tercer Mundo. Guillermo Bravo, escritor y editor cordobés que lleva diez años promoviendo la literatura argentina en Beijing, también consultado por Capotondo, explica que “China está buscando otros horizontes, más allá de Europa y Estados Unidos, y en esa búsqueda Argentina tiene mucho para ofrecer”.
“El Eternauta”, publicado en 1957 con guión de Oesterheld e ilustraciones de Francisco Solano López, es la historia de la resistencia de algunos habitantes de Buenos Aires a una invasión extraterrestre.
Zhao Lei le dijo a Fernando Capotondo que “a medida que logré una comprensión más profunda del entorno político y social de Argentina en ese momento, me sorprendió aún más la metáfora implícita de la obra y su elogio al espíritu de justicia”.
En sintonía con el editor, Sabino Vaca Narvaja, embajador argentino en China, le dijo a Capotondo que la publicación de “El Eternauta” en mandarín “es una forma de mantener vivo el recuerdo de esos grandes militantes que desde su arte alimentaron la llama de la resistencia y el compromiso como acción transformadora, y de la acción colectiva como el único camino para lograrla”. El diplomático adelantó que propondrá la obra para que sea leída en las escuelas chinas.
Para Zhao, el contexto político cultural de “El Eternauta” es parte de la motivación que lo lleva a emprender el proyecto de publicarlo para un mercado de 1.400 millones de personas, desde el trágico presagio que planteó la historieta hasta el camino de obstáculos que ha transitado para conseguir los derechos para publicarla.
La obra y sus escenarios le hicieron escribir que “esta obra, al igual que su protagonista Juan Salvo, sobrevivió innumerables veces, no sólo convirtiéndose en una importante pieza de la riqueza cultural de Argentina, sino extendiendo su influencia a lectores de toda América Latina e incluso del mundo. Su importancia ha ido mucho más allá de los cómics e incluso de las obras de arte en sí, y se ha convertido en un monumento a los tiempos, para recordarle a la gente: no cedas, no olvides”.
Por ahora, la versión china está en estado de crowdfunding. Los editores esperan lanzar en octubre “永航员” (永 yǒng, eterno y 航员 háng yuán, piloto), “El Eternauta”.
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