Por Gustavo Ng, desde Beijing. Cerca de Beijing, la Villa Olímpica de Yanqing, construida como una de las sedes de los Juegos Olímpicos Invernales de Beijing 2022, se perfile como espacio que generará una portentosa industria turística y deportiva.

Una playa en invierno o un centro de esquí en verano en cualquier lugar del mundo dan un golpe melancólico al corazón. Uno cree que la agitación, la multitud, los colores del momento en que estaba pleno, están escondidos en algún lugar, pero se anda por los senderos vacíos, se husmea por una ventana, se pisan los espacios que estuvieron recargados de multitudes, y todo está desmayado. Las paredes se han despintado, las maderas se han doblado, hay basura acumulada en cualquier lugar.

Esta sensación podría ser más desoladora en la Villa Olímpica de Jianqiin, una de las tres sedes de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022, porque todo el complejo gigantesco, las imponentes máquinas, las pistas de esquí, los enormes espacios, el Sendero del Dragón por el que se deslizaban los atletas a velocidades supersónicas en las competencias de bobsleigh, luge y skeleton en sus 1,9 kilómetros de longitud, todo fue construido especialmente para las olimpíadas. Antes, el lugar era montaña virgen.

Sin embargo, la playa de estacionamiento está poblada de autos, el espléndido teleférico que sube 11 kilómetros está andando y el patio de comidas está repleto.

Y es que ir a visitar aquel lugar que detuvo a China durante unos días, que China llevó adelante pese a la pandemia, que salió a la perfección, que convirtió a Beijing en la única ciudad en haber albergado juegos olímpicos de verano y de invierno, y que hace que a cualquier chino se le infle el pecho de orgullo patriótico, es un buen plan.

Máxime, tomando en cuenta que Yanqing alberga la sección de Badaling de la Gran Muralla China, la sección más visitada de la Gran Muralla, y además, tiene innumerables fuentes termales y parques nacionales. Ya en 2019, el distrito de Yanqing recibió a más de 17 millones de turistas, lo que generó ingresos de más de 170 millones de dólares, y entre 2015 y 2019, los preparativos para los Juegos impulsaron un crecimiento de 35% en la renta per cápita disponible en la zona.

Todo lo que la gente vio por televisión, allí está. Con mamá, papá viejitos, con el esposo, la esposa, con los hijos niños, la familia entera está allí, en el medio del mágico escenario donde China irradió la luz blanca de la nieve, envuelta en los mejores deportistas y las coloridas banderas de todos los países del mundo.

Todas las residencias, construidas con los estándares de edificaciones de ahorro energético y que suman un millar de plazas distribuidas en una superficie de 330.000 metros cuadrados, se han transformado en un hotel. También aguardan cientos de cañones de nieve y un ejército de robots, y las pistas en las montañas y el enorme deslizador.

En algún lugar aguardan los esquiadores y deportistas chinos que tienen ingresos robustos y desean dar un paso más en su nivel de vida y su status. La cantidad de personas de clase media alta es grande y creciente. En 2012 se definió a la clase media alta china como un hogar que tenía ingresos de entre 16 y 47 mil dólares al año. En ese momento, este segmento de la población estaba creciendo 28% al año. En 2017, el Gobierno anunció que China tenía el “grupo de ingresos medios” más grande del mundo (mayor que toda la población de los Estados Unidos), considerando que la riqueza per cápita había aumentado de 156 dólares en 1978 a más de 10 mil dólares en 2020.

Los chinos que tienen el poder adquisitivo necesario pueden ir a Aspen, a Saint Moritz o a Whistler Blackcomb, pero también son patriotas y la villa queda a 75 kilómetros de Beijing.

Es posible que muchas de las personas que pertenecen a esa franja hayan quedado impactadas por los Juegos Olímpicos, y no sorprendería que inicie en el próximo invierno una bola de nieve que sustente a la Villa Olímpica de Yanqing. Los centros de esquí son un gran negocio.

Más allá de esa industria, las olimpíadas entusiasmaron a muchos chicos con los deportes invernales. Es el tipo de entusiasmo que genera deportistas. Además del negocio turístico y deportivo que resulta la villa olímpica, debe esperarse el negocio –de fuerte incidencia en la política internacional– que es tener deportistas de primer nivel.

La diplomacia del deporte genera ganancias rotundas.

El día de la Ceremonia de Clausura de Beijing 2022, la Federación Internacional de Bobsleigh y Skeleton (IBSF), la Asociación China de Bobsleigh y Skeleton, el Distrito de Yanqing, el Ayuntamiento de Beijing y la Beijing Enterprises J.O Construction Co. firmaron un Memorando de Entendimiento para que en los próximos cinco años, el Yanqing Sliding Center albergue carreras de la Copa del Mundo, carreras de la Copa Asiática y campamentos de entrenamiento.

Ivo Ferriani, presidente de la IBSF, dijo que “durante los últimos seis años, hemos trabajado muy de cerca con las diversas partes interesadas para preparar no sólo los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022, sino también el uso posterior a los Juegos. Nuestra visión compartida fue dejar un fuerte legado para esta destacada instalación, que servirá para deportes de alto nivel y al mismo tiempo para fines turísticos. Con el MoU de hoy, logramos la visión que ahora se hará realidad”.

La inversión en la villa olímpica, en los espacios deportivos, en la infraestructura, fue descomunal. Si uno se pregunta para qué China hizo tanto gasto, basta asomarse ligeramente al futuro, para comprender que fue una inversión medida al milímetro.