Lo que necesita Mendoza para vender más vino a los chinos
La consultora Eva Blanco Lu advierte que “los productores argentinos de vino de calidad deben saber aprovechar el prestigio que la cepa más popular de la Argentina se ha ganado en Oriente”.
En Perfil, la empresaria china radicada en Argentina, dice que en su país “se consumen cuatro tipos de bebidas alcohólicas: huangjiu, baijiu, cerveza y vino. Este último mercado, el del vino, es el que más creció en las últimas décadas de expansión económica. Y si bien China tiene una producción propia, los chinos de mayor poder adquisitivo consumen vino importado. Se trata de un mercado de lujo en este país, que mueve unos 12 mil millones de dólares anuales”.
La autora de la nota encuentra una ”oportunidad de oro” en el hecho de que a los chinos les gusta el Malbec y de que Australia, segundo país de origen de las importaciones chinas de vino después de Francia, está teniendo muy malas relaciones políticas con Beijing.
Sin embargo, para capitalizar el momento, es necesario tener en cuenta que “Chile lleva ventaja” porque “la cultura comercial de los bodegueros chilenos es superior. Son más agresivos en la venta, y más flexibles al realizar las operaciones. En mi opinión, eso se debe a que los bodegueros argentinos se sienten más cómodos, porque tienen un mercado interno importante, mientras que los chilenos dependen totalmente de la exportación.”
Blanco Lu, que es exportadora de vino a China, sugiere que para alcanzar a Chile, nuestyro país necesita tomar la iniciativa. “Por ejemplo”, dice, “montar un depósito propio en Beijing. En principio, porque la pandemia y la política de covid cero complicó todos los procedimientos, y los exportadores necesitan más ayuda. A partir de 2022, las exportaciones a China requieren un nuevo código de registro de las autoridades sanitarias chinas, lo que agrega casi un mes adicional de demora en la preparación de los envíos. Si agregamos los dos meses de flete en el océano –un poco menos si los barcos salen de Chile–, los trámites de la aduana –ahora tanto los contenedores como cada una de las cajas que transportan deben ser desinfectadas al llegar, por las nuevas reglas anticovid–, todo eso significa que un envío de vino a China puede demorar cinco meses. Esto es mucho más de lo que los consumidores chinos están dispuestos a esperar”.
Explica que “si los productores argentinos tienen un depósito en Beijing, se ajustarían a los “tiempos actuales” a un bajo costo y ganarían “la oportunidad de promocionar sus productos y de vender todo el año –especialmente en los meses del Año Nuevo chino”.
Por otra parte, señala que “otro aspecto importante de la estrategia mendocina para conquistar el mercado chino debe ser la promoción. La “marca malbec” es conocida, pero necesita desarrollarse más. Podría crearse una escuela de malbec en China, presencial y virtual, con la participación de todas las bodegas, con sus sommeliers, distribuidores y exportadores. Esta escuela podría reunir a los amantes chinos del vino con los productores argentinos. Y con los vinos ya en el depósito, se podría realizar una interesante campaña de promoción y cata”.
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