Al menos nueve ciudades y condados chinos han sido puestos bajo “administración estática”, que estipula cancelación de todas las reuniones sociales, excepto aquellas para garantizar el sustento de los ciudadanos y el funcionamiento básico de la ciudad, pero no cierres de ciudades que provocan paralizaciones masivas del trabajo y la vida.

Las nuevas medidas se especifican y apuntan a diferentes situaciones locales, tratando de minimizar el impacto en las actividades diarias de las personas.

Ayer Wuhu, en la provincia de Anhui, implementó temporalmente el sistema y lanzó pruebas de ácido nucleico para todos los residentes de la ciudad después de que se encontrara un caso positivo el sábado.

Global Times informa que la “administración estática” también fue adoptada en los distritos de Pudong y Jiading de Shanghai, ciudades y condados de las provincias de Qinghai, Shaanxi y Jiangsu.

También han reforzado el control sobre los eventos y movimientos grupales para combatir el brote de COVID-19 Suzhou, en Jiangsu, Xi’an, provincia de Shaanxi, y Sanya, provincia de Hainan.

Por otra parte, la cadena de televisión oficial CGTN informó que “aunque la cantidad de casos positivos encontrados en los últimos dos días sigue siendo alta, la proporción de personas con COVID-19 que se encuentran en grupos de riesgo en Shanghái está disminuyendo”.

Mientras, las corporaciones mediáticas de los países centrales de Occidente continúan con la campaña que busca desprestigiar el manejo de la pandemia en China. En las últimas horas se ha encendido en cadena la advertencia de que “ya comenzaron las muertes en Shanghai”, anunciando una catástrofe en la que culminaría la imagen que se establecido de una ciudad atacada por una represión y trato inhumano que produjo hambre, descontentos, saqueos y falta de atención médica.

Los datos de las últimas 24 horas que maneja la Organización Mundial de la Salud indican que en toda China se produjeron 4.687 nuevos casos, lo que daría un total de 954.346 casos y un total de muertes desde el principio de la pandemia de 14.440 personas. Estas cifras contrastan de modo extremo con las de países como Estados Unidos, donde ayer hubo 28.845 nuevos casos para totalizar casi 80 millones de casos confirmados, y donde las muertes por Covid-19 ascienden a 979.321. (Argentina tiene más de 128 mil muertes).

Los fallecidos en Shanghai, ciudad de 25 millones de habitantes, fueron de dos mujeres de 89 y 91 años y un hombre de 91, los tres con problemas de salud.

Desde el South China Morning Post, medio que se emite desde Hong Kong y tiene una mirada crítica del gobierno chino, se sostiene que “la lucha de Shanghái para contener el brote actual de Covid-19 y volver a la normalidad no solo han avergonzado en gran medida a los líderes de la ciudad, sino que también han ensombrecido sus perspectivas antes de una importante reorganización del liderazgo del Partido Comunista Chino.”

El medio sostiene que “a pesar de la creciente reacción pública, los funcionarios han insistido en que la política de ‘covid cero dinámico’ de China, que se basa en bloqueos, pruebas masivas frecuentes y restricciones de viaje, sigue siendo la mejor y única estrategia para que Shanghai y el resto del país derroten la enfermedad”.

La nota menciona que “algunos también compararon la lucha prolongada de Shanghai con el éxito relativo en Shenzhen, que logró sofocar un brote reciente de Omicron en unas semanas”.

Asimismo, asegura que “si bien las discusiones públicas y el intercambio de críticas a los funcionarios están estrictamente censurados en China, los informes de protestas esporádicas y enfrentamientos entre los residentes de Shanghái y el personal de cuarentena han seguido circulando en las redes sociales.”