La multiplicación de las inversiones
Una investigación de la Fundación SOL indica que “se espera que se duplique en la próxima década”, explicando que “si en los 2000 China participaba de menos de 2 % del comercio de América Latina, para el 2035 este podría llegar a un 25 %.”
El think tank chileno menciona datos del Foro Económico Mundial para afirmar que entre el 2000 y 2020 el intercambio entre América Latina y China se multiplicó por 26.
En ese contexto, “Chile es más relevante el mercado chino que para Argentina y Uruguay, que muestran un nexo comercial significativo con Brasil.”
China, como país de origen y destino representa un 37,2 % de las exportaciones y un 27,3 % de las importaciones chilenas, mientras que para Uruguay el porcentaje es de a 21 % en ambas dimensiones, y las exportaciones de Argentina a China representa el 9,8 % de sus ventas al exterior y las importaciones de China son el 20,5 % del total.
Por otra parte, el informe sostiene que en 2020 las Inversión Extranjera Directa (IED) en Argentina equivalieron a un 21 % de su PIB, mientras en el caso de Uruguay fueron del 96% y de 111 % en Chile (porcentaje sólo superado por Panamá —119 %— y Jamaica —126 %).
La investigación sostiene que “entre 2005 y 2019 se contabiliza un total de 86 proyectos de Inversión Directa en Infraestructura por parte de China en América Latina y el Caribe, por un total de US$76.868 millones”, especificando que “entre 2005 y 2009, se contabilizó una inversión de US$1,089 millones, luego entre 2010 y 2014 US$21,044 millones y US$54,735 millones de dólares entre 2015 y 2019.”
El informe destaca que “Chile es el que más inversión extranjera directa recibe en relación a al PIB, y al mismo tiempo, tiene el mayor volumen de inversión en términos absolutos. Durante 2021 se ha producido una entrada inédita de IED proveniente de China: en los primeros seis meses del año la IED proveniente de ese país ascendió a de US$5.500 millones.”
Benjamín Sáez, coautor del estudio e investigador de la Fundación SOL dijo a Cooperativa.cl que los flujos de inversión contemplados en el estudio podrían cambiar las características de los sectores de minería, energía, infraestructura y alimentos, “en su uso de tecnología, en sus volúmenes de producción/extracción de bienes de comunes naturales y en sus impactos locales y globales”.
AQUÍ el informe completo.
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