El submarino USS Connecticut en el Mar de China Meridional

15 noviembre, 2021

El 2 de octubre, el submarino de propulsión nuclear USS Connecticut de la Armada de Estados Unidos chocó contra un cuerpo no identificado en el Mar de la China Meridional. La información emitida por el gobierno de Estados Unidos fue considerada por insuficiente por China. Hasta hoy, los Estados Unidos apenas han ofrecido datos sobre el incidente.

El silencio del gobierno norteamericano sido acatado por los medios de comunicación, tanto locales, como del resto de los países de Occidente.

China ha preguntado cuál era la misión del submarino nuclear, con qué chocó exactamente y cuáles fueron todas las causas del accidente. También quiere saber si se produjo una fuga nuclear y si eso causó contaminación nuclear en el entorno marítimo.

Un mes después, la cadena de televisión CNN finalmente emitió un comunicado de “un portavoz de la Séptima Flota” —la mayor flota operativa de los Estados Unidos, que opera en el Océano Pacífico Occidental y el Océano Índico y está preparada para desplegar alrededor de 40 a 50 barcos que operan desde sus bases en Corea del Sur, Guam y Japón, donde tiene su sede en Yokosuka.

La información fue la siguiente: “La investigación determinó que USS CONNECTICUT estaba encallado en un monte submarino inexplorado mientras operaba en aguas internacionales en la región del Indo-Pacífico”. Agregó que el submarino sufrió “algunas averías” y que algunos miembros de la tripulación tuvieron lesiones que no pusieron en peligro sus vidas.

Finalmente, sostuvo que la investigación del caso “se ha presentado al vicealmirante Karl Thomas, comandante de la Séptima Flota, para su revisión”.

El parte fue tan escueto que más bien confirmó la decisión del hermetismo comunicativo y dio a China ocasión de reavivar sus reclamos por ser informada de lo que realmente sucedió.

La actitud poco inquisitiva de los medios que dominan la comunicación en el mundo occidental, que no ha buscado responsables ni ha desplegado su capacidad de investigación, tiene la misma homogeneidad que se le critica a China en su gestión de la comunicación social.

Esta conducta ha sido confirmada por los excepcionales casos que reconocen y cuestionan el silencio, como el asesor Craig Hooper, que en la revista Forbes sostiene que “el continuo silencio de la Marina está haciendo más daño que bien”, y “es hora de que la Marina comience a hablar” porque “el percance del USS Connecticut es un gran problema y ya no es un cómodo asunto interno de la Marina”.

Ante la falta de datos claros, a través de Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, China afirma que Estados Unidos les deben una respuesta debida a los países de la región y la comunidad internacional.

El funcionario sostuvo que Estados Unidos “lleva mucho tiempo provocando problemas en el Mar de China Meridional en nombre de la ‘libertad de navegación’, que plantea serias amenazas y enormes riesgos para la paz y la estabilidad regionales”.

“El Mar de China Meridional”, afirmó, “no debería convertirse en un coto de caza para que Estados Unidos persiga sus propios intereses geopolíticos”.

Preguntas como ¿en qué misión estaba cuando se sumergió silenciosamente en el Mar de China Meridional? o ¿cuántas veces ha estado aquí antes? han permanecido ignoradas, mientras China argumenta que necesitas saber cuál es la situación para contener eventuales consecuencias que puede haber tenido el accidente. Pide datos “creíbles y verificables” sobre un eventual escape nuclear causado por la colisión y una consecuente contaminación del ambiente.

Por otro lado, China advierte que Estados Unidos debe dar cuenta de sus acciones en el Mar de China al explicar que “envía con frecuencia y en gran escala buques y aviones de guerra al Mar de China Meridional para hacer provocaciones, mostrar su fuerza militar, socavar la libertad de navegación y amenazar la soberanía y la seguridad de China y otros países”, tal como especificó Zhao.

El portavoz indicó, además, que esto “convierte a Estados Unidos en el mayor impulsor de la militarización en la región”. Por su parte, el exoficial de inteligencia de la Infantería de Marina norteamericana Scott Ritter, quien fue inspector de armas de la ONU entre 1991 y 1998, escribió en Global Times que el USS Connecticut, “un submarino de 353 pies encargado en 1998 con una tripulación de 116 personas”, probablemente  “estaba involucrado en el tipo de actividades de reconocimiento encubiertas descritas en el Commander’s Intent for the United States Submarine Force, publicado en 2018.”

Ritter recuerda que el documento consigna: “Somos excepcionalmente capaces y, a menudo, mejor empleados en operaciones sigilosas, clandestinas e independientes”, así como también “aprovechamos las ventajas del ocultamiento submarino que nos permite realizar operaciones sin ser detectadas, como patrullas de disuasión estratégica, recopilación de inteligencia, apoyo de las Fuerzas de Operaciones Especiales, tránsitos no provocativos y reposicionamiento”.

El especialista especuló que “el USS Connecticut podría haber estado trazando un nuevo pasaje encubierto que colocó al barco cerca de islas controladas por China en el Mar de China Meridional. También puede haber estado rastreando submarinos chinos que pueden haber sido desplegados para controlar los ejercicios navales conjuntos liderados por Estados Unidos. El hecho de que el USS Connecticut chocara contra un monte submarino inexplorado implica que el barco estaba operando en aguas que ni su tripulación ni la Marina de los EE. UU. conocían previamente. Cualquiera de estas actividades, cuando la lleve a cabo un barco capaz de emplear hasta 40 torpedos o misiles de crucero Tomahawk, sería considerada extremadamente provocativa por China”.

Ante esta situación, China puntualiza la necesidad de que la comunidad internacional contenga a los Estados Unidos en el Mar de China Meridional.

El Global Times, medio que asume una posición exterior oficial china, ha hecho un “llamado a la comunidad internacional para que se ponga de pie y pida una explicación a los Estados Unidos, país que tiene la mayor cantidad de operaciones militares marítimas, que también son las más activas que cubren todas las aguas importantes del mundo. La actitud de Estados Unidos es que cualquier cosa que haga su Marina es la regla. No acepta ningún interrogatorio ni supervisión. Es necesario que la comunidad internacional establezca reglas para las operaciones de la Marina de los Estados Unidos, y la primera regla debería ser que proporcione la debida información y detener sus acciones clandestinas sobre temas importantes que amenazan la seguridad de otros países.”

El presidente del Instituto Nacional de Estudios del Mar de China Meridional (NISCSS), Wu Shicun planteó en una conferencia de prensa organizada por el NISCSS y el Centro de Investigación China-Sudeste Asiático sobre el Mar de China Meridional (CSARC), que su preocupación es por el futuro de las operaciones submarinas en la región.

“Imaginemos que los protagonistas del incidente del 30 de septiembre de 2018 hubieran sido dos submarinos de propulsión nuclear, en lugar del destructor chino Lanzhou y el destructor USS Decatur, que tuvieron que maniobrar para evitar una colisión en un momento de crecientes tensiones entre China y Estados Unidos”, señaló Wu, y concluyó: “Eso podría haber sido una catástrofe”.

En este sentido, indicó que, “como Australia podría construir submarinos de propulsión nuclear utilizando tecnología proporcionada por los Estados Unidos, en virtud del pacto AUKUS lanzado por el Reino Unido, Estados Unidos y Australia en septiembre, habría más submarinos en el Mar de China Meridional”, ante lo cual “se necesita urgentemente una conducta para los submarinos para evitar enormes desastres nucleares.”

Categorías: China

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