Un allanamiento a supermercados del Barrio Chino de la Ciudad de Buenos Aires y una serie de protestas ecologistas contra el proyecto de granjas porcinas incitaron ayer en Argentina al odio contra China y alentaron la sinofobia local.

Ámbito Financiero atribuye a fuentes que no identifica de la Unidad Fiscal especializada en materia ambiental (Ufema) de la Ciudad de Buenos Aires el dictamen: “Se comercializaban productos exóticos en su gran mayoría de procedencia oriental, principalmente especies y alimentos de origen agrícolas y malacológicos, que se encuentran siendo clasificados. y por otra parte se determinó el arrojó indebido de efluentes líquidos conteniendo material orgánico sin su debido tratamiento”.

Por su parte, Minuto Uno titula “Desastre bromatológico en el Barrio Chino: encontraron hasta un tiburón en mal estado” y La Nación afirma que el fiscal a cargo del operativo, Carlos Rolero Santurian, dijo que “más allá de la calidad del producto, que pueda estar en condiciones bromatológicas o no para su venta, que en este caso se comprobó que algunos alimentos no estaban en esas condiciones, los productos deben tener un origen legal determinado que tiene que ser constatable”.

También sin identificarlos, La Nación habla de “responsables del operativo” que “advirtieron además que ‘muchos de los peces se encuentran en peligro de extinción’”.

En C5N un notero mostraba en su mano, como prueba de especies en peligro de extinción, tres caracoles. Sobre la imagen de un supermercado del barrio chino, el graph informaba “ENCONTRARON DOS MIL KILOS DE ALIMENTO PODRIDO”, mientras el periodista relataba que el alimento en mal estado no estaba en los locales allanados, sino en Matadero: “la causa por alimentos en mal estado es lo que arranca en un depósito en Matadero. Yo creo que siguiendo la ruta de esos alimentos, intuyeron que podían llegar a venir, terminar siendo expedidos aquí, en esta zona”.

Sin explicitarlo, gravitan en el episodio las representaciones de China alentadas por Estados Unidos como país culpable por la pandemia (el notero de C5N lo explicita mencionando a la ciudad de Wuhan), la bestialidad de comer animales y la amenaza que eso representa para los países civilizados. Utilizar la expresión “la ruta de” connota también delincuencia y clandestinidad.

Las mismas representaciones gravitaron en una imponente serie de protestas frente a la Casa Rosada, sede del gobierno argentino y al Congreso nacional, en Buenos Aires, y en otras 33 ciudades y localidades de Argentina.

“Somos parte de la juventud que rechaza el acuerdo porcino con China. El capitalismo es un sistema que explota al trabajador y destruye nuestras condiciones de vida, si el lucro es la única variable para analizar cómo llevar adelante la producción, esto va a ser una catástrofe para la humanidad”, dijo a Sputnik Guillermo Kane, dirigente del trotzkysta Partido Obrero, que integra el Frente de Izquierda.