El clásico “El discurso sobre el Arte de la Guerra”, en español
Por Sofía Solari Arena
La obra de Wu Qi ocupa un lugar significativo entre los manuales militares clásicos de la antigua China imperial. Junto a ella está también el famoso “Arte de la guerra”, de Sun Tzu, y ambos son conocidos bajo el término común “El arte de la guerra de Sun y Wu”. Recientemente se publicó una primera traducción directa en Argentina.
No hay registro alguno de un libro que recopile ambos trabajos citados, sino que esa es la forma que los intelectuales chinos usan en la oralidad para referirse a las dos obras.
Wu Qi fue un estratega militar y estadista que sirvió a varios estados durante los años 440 a 381 a.C, lo que se conoció como el período de los Reinos Combatientes. Entre algunos de los estados a los que sirvió se ubica el reino de Chu, situado en lo que hoy es China central. Allí fue nombrado primer ministro por el Rey Dao de Chu y fue el terreno donde pudo poner en práctica sus apuntes en torno al ejercicio del poder.
Wu Qi obtuvo altísimos logros, tanto en los asuntos internos como en los militares, pero sus intervenciones y reformas también generaron críticas por parte de quienes sostenían un orden más tradicional, hasta el punto de acusarlo de belicista y admirador de las fuerzas armadas. De hecho, al morir el rey, y en el preciso momento de su funeral, Wu Qi fue atacado con flechas y cayó junto a su cuerpo.
Las acciones y directrices de Wu Qi estuvieron marcadas por el pensamiento confuciano, y su tratado sobre estrategia militar -considerado en China como un clásico del género- fue su única publicación.
Ahí radica la importancia de la apuesta de Rodrigo Cipiliano, licenciado en Filosofía y traductor literario, al ser un pionero en publicar la traducción del “El discurso sobre el arte de la guerra” al idioma castellano, que lanzó recientemente la editorial argentina Granica.
“Traducir del chino antiguo al español es una tarea titánica”, dijo entrevistado por DangDai. Y explicó: “Por más que uno sepa, es un trabajo muy fino y sutil”. Cipiliano vivió y se formó en Uruguay, donde, además de hacer la Licenciatura en Filosofía, estudió chino, árabe y latín. Desde su juventud, estuvo vinculado con la comunidad china, primero a partir de actividades comerciales y luego a través de la literatura. En sus inicios, Cipiliano recuerda haber leído mucha poesía y las enseñanzas de Confucio.
“El discurso sobre el arte de la guerra” fue publicado en mayo de este año y condensa el trabajo fino que Cipiliano realizó durante casi un año.
Hay al menos cinco textos que se conocen bajo el nombre “El arte de la guerra” y la elección de Cipiliano por los escritos de Wu Qi no es arbitraria.
En la entrevista, el traductor destacó que el pensamiento de Wu Qi tiene un atenuante potente y significativo con respecto al aparataje bélico. “Hay mucho de confucianismo en él, se ven esos atenuantes, cierta coherencia y conciencia respecto del otro en épocas donde estaba involucrada la carne de la gente. Pese a todo ello, Wu Qi plantea un no al abuso del poder y un no al salvajismo en una actividad tan compleja y delicada como es la guerra”, sostiene Cipiliano. Ese lugar desde el cual el autor leyó y tradujo a Wu Qi está señalado de forma explícita en los comentarios que agregó al final de cada capítulo, y enfatiza que es una de las tantas interpretaciones posibles: “Intenté darle un giro -dijo- como hizo también quien tradujo el arte de la guerra, Sun Tzu. Yo no sé sus motivos, pero si los míos. Creo que, hoy por hoy, en la sociedad en la que vivimos el tema de la jerarquía y de los mandos cosen toda nuestra vida social, incluso hasta en la institución más íntima que es la familia. Y corresponde, creo yo, leer a un hombre que en una época más cruda que la nuestra, enseñó cómo manejar el poder desde un lado más humano”.
Las enseñanzas de Wu Qi se estructuran en seis capítulos (administración del estado; análisis de la situación del enemigo; gobierno de las tropas; discurso sobre el general; gestión de los cambios; y estimulación de los soldados y oficiales) y están atravesados por tres ejes bien claros: la importancia de las relaciones jerárquicas, el contrato social basado en la benevolencia de los gobernantes hacia el pueblo y el énfasis en la ética, la armonía y el rechazo al lucro como forma adecuada de ejercer el gobierno.
La cuestión de los límites y la medida justa es también algo que, siguiendo la línea interpretativa que ofrece el traductor, aparece como preocupación en el pensamiento de Wu Qi. El límite para un líder entre una cuota de indulgencia y una laxitud tal que implique pérdida del respeto por parte de los otros -algo que también preocupaba a Maquiavelo- o una conjunción adecuada entre coraje y cautela.
En definitiva, Cipiliano apuesta a que su traducción permita un acceso amplio a las tácticas de Wu Qi de manera que sirvan como enclave para pensar las relaciones actuales, tanto a nivel interpersonal como en esferas profesionales.
Nota de la Redacción. El año pasado DangDai publicó un trabajo de otro traductor de la obra, Ignacio Villagrán, el director del Centro de Estudios Argentina China en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, que reproducimos aquí.
PUBLICAR COMENTARIOS