El diario La Nación enumera los proyectos en danza con posible financiación China, en tanto Infobae cuestiona las condiciones de esos créditos. Y en El Economista, el embajador Eduardo R. Ablin recorre la reciente vinculación argentina con China, desde el viaje de 2004 del entonces presidente Néstor Kirchner a Beijing y Shanghai hasta la actualidad.

Este último artículo resalta la continuidad alcanzada al ritmo, sobre todo, de los logros chinos en su inserción global.

En el diario mitrista, Néstor Scibona cuenta cómo, mientras se negocia la deuda heredada con el FMI el Banco Mundial, el Gobierno reactiva sus contactos con Beijing para captar fondos que concreten demoradas obras de infraestructura (como la nueva central nuclear o las que potenciarán Vaca Muerta) o avancen nuevas (5G, Hidrovía, etc.)

A su turno, en el portal más refractario a los vínculos con China, Sergio Serrichio califica de “peligrosos” los créditos de ese país, por cláusulas que ahí se interpretan. El periodista fue corresponsal en Washington muchos años y debe conocer en detalle los beneficios de los créditos que desde EE.UU. se otorgan. Sin embargo, priva a sus lectores de contarlos. Por caso, las bondades de los programas que por décadas otorgó el FMI. O los que, en caso de litigio, contaban con la intervención de jueces imparciales como el ya fallecido Thomas Griesa.