Sobre la hegemonía

27 abril, 2021

En la última edición de la revista Ciclos, la Nº55, de la UBA, el investigador Rubén Laufer escribe el artículo “China: de la Teoría de los Tres Mundos a la transición hegemónica”, donde plantea que ese país tiene ahora “intereses mundiales que promover y proteger” que explicarían “cambios radicales” en la política exterior de Beijing.

El autor los observa en “un nuevo nacionalismo, la creciente centralización política estatal, la acelerada modernización militar con perfiles extra-defensivos, y la multiplicación de alianzas plurifuncionales (BRICS, OCS) y de asociaciones estratégicas con países y regiones que van configurando verdaderas áreas de influencia afines a China en varios continentes”.

Laufer marca un abismo entre la política exterior del período maoísta y la que siguió tras el liderazgo iniciado por Deng Xiaoping hasta la actualidad (en el marco de lo que llama “reversión capitalista”): desde un “amplio frente unido” contra todos los hegemonismo en las décadas de 1950 y 1970 a una actual donde la hegemonía suya, afirma, es un dato (”objetivas aspiraciones hegemónicas”, define).

Antes, con Mao, primaba la teoría de los Tres Mundos, según la cual había dos superpotencias imperialistas -Estados Unidos y la Unión Soviética- que constituían el Primer Mundo eran”los mayores enemigos de los pueblos”.

Pero el viraje de fines de los años 1970, escribe Laufer, “cambió la naturaleza social de China y de su partido dirigente; en consecuencia, cambiaron su visión del mundo y sus relaciones con el mundo”. Solo pervivió el principio de “coexistencia pacífica”, afirma.

En su nuevo paradigma de política exterior, que ubica en una “transición hegemónica”, señala que el elemento central es la Iniciativa la Franja y la Ruta. La ubica “en el centro de un nuevo orden mundial -una globalización con características chinas-, y proyecta a las corporaciones chinas y sus asociaciones en el extranjero como motor de grandes inversiones en la construcción de proyectos gigantescos, abriendo nuevos mercados para los productos y servicios de China, facilitando una vía de salida a su sobreproducción industrial, allanando el camino hacia la internacionalización del yuan como moneda global de comercio y de reserva -en competencia ya abierta con el dólar-, y constituyendo un paso sustancial  en la conformación de un nuevo modelo de globalización que aspira a diversificar sus ejes económicos desde el comercio a un verdadero “consenso de infraestructuras” con China como centro”.

Categorías: China

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