Cooperación en energía nuclear
Argentina y China avanzan en la construcción de nuestra cuarta central nuclear, proyecto que muy posiblemente será ratificado en el viaje que el presidente Alberto Fernández tiene programado para 2021 a Beijing. DangDai habló del tema con el delegado de la Comisión Nacional de Energía Atómica en Nucleoeléctrica, la encargada de operar las centrales nucleares del país, Isidro Baschar.
En el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y en el primer tramo del de Mauricio Macri, Argentina y China realizaron varias rondas del Diálogo Estratégico bilateral, suspendido en 2017 sin razones explícitas por Buenos Aires. En su reanudación, comprometida en los contactos que han mantenido los líderes Alberto Fernández y Xi Jinping, se estima que en el plano de inversiones habrá unas veinte obras conjuntas a definir que el Presidente argentino acordará con su par de China en mayo de 2021, cuando está previsto su viaje a Beijing. Entre ellas, la más importante en magnitud e inversión es la continuación del proyecto para construir la cuarta central atómica de nuestro país.
Se negocian con el país asiático dos contratos. Uno es el comercial con la China Zhongyuan Engineering Corporation (CZEC), subsidiaria de la Corporación Nuclear Nacional China (CNNC), que incluye la cuestión del combustible nuclear a utilizarse. Y el otro es el financiero, a cargo del banco ICBC, pero del que participan otras instituciones bancarias como el Ex Im Bank de China.
La obra sería por un total de 8.500 millones de dólares, de lo cual China financiará 85% (a comenzar a saldarse 8 años después, cuando el reactor comience a generar energía eléctrica.) y el presupuesto argentino 2021 ya contempla partidas para la obra.
Pero el gobierno de Fernández quiere aprovechar los meses que se fueron demorando las decisiones (cambio de autoridades, refinanciación de deuda externa argentina con revisión de los intereses y los seguros, pandemia mediante) para buscar mejorar los términos de los contratos.
El delegado de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en Nucleoeléctrica SA (NASA), la encargada de operar las centrales nucleares del país, Isidro Baschar, dijo a Dang Dai (*) que un objetivo nacional es que el combustible se haga aquí con transferencia de tecnología, entre otros aspectos, o sea que no sea sólo obra civil lo que aporte Argentina.
“En el contrato original se había hablado de 60/40 de participación de cada uno en la obra civil. Ya que hubo que renegociar, se aprovecha para buscar mejorar aquellas cuestiones como la del combustible, o en todo caso quizá una mayor participación local en las obras”, señaló.
Por lo que pudo averiguar este medio en Beijing, la parte china no abandonó la idea de ofrecer el esquema anterior de dos centrales (la cuarta y la quinta para Argentina) porque eso bajaría el costo, pero por ahora el gobierno de Fernández se concentrará en la cuarta. En realidad, el esquema doble se había pensado con una central con tecnología Candú de Canadá y otra china Hualong One, también conocida como HPR-1000. En ese esquema, la operación financiera representaba una inversión de 12.500 millones de dólares. China estaría dispuesta a la doble obra, pero Argentina por ahora prefiere ir paso por paso.
En septiembre, el entonces embajador argentino en Beijing, Luis María Kreckler, junto al representante especial para la Promoción Comercial e Inversiones, Sabino Vaca Narvaja, y el jefe de la Sección Inversiones, Leandro Compagnucci, recibieron a los vicepresidentes de la CNNC, Li Qingtang y Ding Jiang, y en octubre nuestros diplomáticos visitaron la planta modelo Fuqing5, que cuenta con tecnología HPR-1000 y es considera de referencia, ubicada en Fuqing, provincia de Fujian. Es una tecnología que ya se usa en otros países y avanza por el empuje que quiere darle China a su modelo. En la foto de esta nota se ve a Vaca Narvaja -ahora reemplazante de Kreckler, tras su reciente salida de la sede diplomática- junto a técnicos chinos en esa planta.
De hecho, pocos días después de la visita argentina, la CNNC informó que el reactor que habían visitado los diplomáticos alcanzó su primera criticidad (el 21 de octubre), cumpliendo así un hito fundamental en el proceso de puesta en marcha de cara al inicio de su operación comercial.
El reactor HPR-1000 de Fuqing 5 comenzó su construcción tras el otorgamiento de las autorizaciones correspondientes por parte de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear china y tras el primer hormigonado concretado el 7 de mayo de 2015. El 10 de septiembre de 2020 se completó con éxito la carga de los 177 elementos combustibles y, de esta forma, se dio inicio a la etapa de puesta en marcha nuclear.
Actualmente, China opera 49 centrales nucleares y construye otras 11. En el exterior, sus mayores avances están en la obra nuclear que construye en Karachi, Pakistán.
Baschar señaló que China ofrece “oportunidades para una asociación inteligente con nuestro país” desde una mirada de largo plazo.
La Asociación Estratégica Integral que tienen hace años Argentina y China se encontró, en materia de cooperación nuclear, con dos cuestiones paralelas que terminaron confluyendo. Por un lado, tras la reactivación del programa nuclear argentino iniciada en 2006 el gobierno de entonces comenzó a proyectar la “cuarta central nuclear”, y China, que se había involucrado en la cuestión atómica para fines pacíficos en la década de 1980, consolidaba el desarrollo de su tecnología de centrales nucleares y empezaba a apuntalar su potencial exportador, recordó el entrevistado. Lo hizo con la directriz de la poderosa Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma. Y Argentina, un país con mucha experiencia y prestigio mundial en la materia, asomó con un socio posible, con beneficios para ambos.
“El inicio de ese trabajo conjunto fue a mediados de2010, cuando el entonces Ministerio de Planificación argentino y la Agencia Nacional de Energía de China firmaron en Beijing un Memorando de Entendimiento en donde, a través de la CNEA, se invitaba a la CNNC a conocer el plan nuclear argentino y sus principales proyectos. En agosto de ese mismo año, la CNEA, Nucleoeléctrica y la CNNC suscribieron en Buenos Aires un Acuerdo de Intención de Cooperación en materia nuclear y, posteriormente, la CNNC se presentó en el proceso de calificación de potenciales proveedores argentinos con el modelo ACP-1000 —actualmente denominado HPR-1000 o Hualong One—, del que posee los derechos de propiedad intelectual y lo respalda con el dominio completo de su ciclo del combustible nuclear”, agregó Baschar.
Otros hitos del proceso fueron cuando el presidente Xi Jinping visitó Buenos Aires en julio de 2014 (firma del Acuerdo sobre la Cooperación en el Proyecto de Construcción del Reactor de Tubos de Presión y Agua Pesada) y cuando la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner visitó Beijing en febrero de 2015 (firma del Acuerdo sobre la Cooperación en el Proyecto de Construcción de un Reactor de Agua Presurizada). En mayor de 2017 se conoció la existencia de fondos chinos para proyectos varios, que contemplarían —entre otras esferas— a la cooperación nuclear. Hubo avances en el gobierno de Mauricio Macri pero no pudieron concretarse, entre otras cosas por desinteligencias entre diversas áreas del Estado nacional.
Ahora asoma la posibilidad de que la cuarta central atómica argentina, a sumarse a Atucha I, Atucha II y Embalse, comience a ser realidad en 2021 y aporte a la ciencia y tecnología argentina así como al servicio energético del país.
(*) Esta entrevista fue publicada en nuestra revista impresa DangDai Número 30, este verano de 2021.Colaboró en la producción Marcelo Seijas.
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