Un argentino en Wuhan, un año después de la aparición del coronavirus
Javier Pérez, un argentino de 45 años, cuenta cómo se vive en Wuhan, la ciudad donde se inició el Covid-19.
Consultado por la agencia Télam, Pérez aseguró que en la actualidad “el ritmo de vida es igual al que había previo a la pandemia” aunque “hay hábitos que no se fueron” como el uso del barbijo, de alcohol en gel en espacios públicos o el control de la temperatura en el acceso a los trabajos, comercios y escuelas.
“Estamos muy bien”, dijo en una charla con la agencia de noticias, “nada comparado con lo que fue al principio y nada comparado con lo que pasa en el resto del mundo ahora”
Pérez vive en Wuhan junto a su esposa Joy Chen, su hija de 5 años y su hijo de 18 meses. Llegó a China en 2006 y a Wuhan hace cuatro años.
“Actualmente no hay transmisión comunitaria, los casos que aparecen son de personas que viajaron pero como existe todavía cuarentena obligatoria para cualquiera que regresa a la ciudad la situación está controlada”, detalló Javier.
El argentino, que trabaja en una importante fábrica automotriz de origen alemán, describió: “En los espacios públicos de casi toda China hoy se siguen usando barbijos y en Wuhan particularmente nosotros seguimos con mascarilla todo el tiempo que no estamos con nuestro grupo familiar. En la fábrica, por ejemplo, yo tengo una oficina solo, cuando entra alguien inmediatamente me pongo el barbijo”.
Aunque están permitidas las reuniones sociales, Javier sostuvo que “todavía se intenta evitar que se junte mucha gente”, pero dijo que “el resto de las cosas funciona como antes con protocolos; por ejemplo, mi hija va en micro a la escuela y le miden la temperatura antes de subir al micro y antes de entrar a la escuela”.
“Durante meses no usamos aire acondicionado sino que abríamos las ventanas en espacios cerrados; ahora como no hay prácticamente casos en la ciudad esto cambió, pero estimo que si aparecen nuevos contagios se retomará la práctica”, detalló.
El alcohol en gel sigue estando disponible para el ingreso a cada espacio, tanto oficinas como supermercados y escuelas, y otra medida que se mantiene es que al entrar a los comercios en muchos casos hay que escanear el código QR que tiene cada persona en su celular.
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