Interacción con China en la lucha contra la pandemia
El libro “Pandemia, Efectos en América Latina y la Interacción con China”, editado por Fernando Reyes Matta, será presentado en Chile el martes 6 de octubre. Reproducimos su Introducción.
Reyes Matta, ex embajador de Chile en China, compila artículos de 18 autores de 15 universidades y centros de estudios latinoamericanos.
La obra será presentada el 6 de octubre a las 18 por Gustavo Fernández, excanciller de Bolivia, Jorge Malena, director del Programa Ejecutivo en China Contemporánea de la Escuela de Política y Gobierno de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Católica Argentina, Nicole Jordan, de la Universidad Católica Bolivariana de La Paz, Eduardo Tzil, de la Universidad Autónoma de Puebla y Constanza Jorquera, de la Universidad de Santiago de Chile.
Para participar del evento es necesario inscribirse en celc.china@gmail.com
Esta es su Introducción e Índice de artículos
“América Latina-China: cambió la percepción de la distancia”
Tal vez alguien podría decir que este libro se ha escrito sin toda la perspectiva pertinente, con mayor paso de tiempo para observar los hechos y la derivación de los mismos. Sin embargo, cuando se lee cada uno de los trabajos de los académicos invitados queda en evidencia que escribir rodeado de los acontecimientos les ha dado emocionalidad, riqueza e información inmediata de un momento crítico de la América Latina. Un momento en que la pandemia llegó tras aparecer en China, luego desplazarse hacia Medio Oriente y Europa y finalmente cruzar el Atlántico con el primer caso en Sao Paulo. A partir de marzo el impacto comenzó a ser especialmente crítico y los países latinoamericanos iniciaron la aplicación de políticas diversas, desde el negacionismo de Brasil hasta el confinamiento riguroso en Argentina, Chile y otros países de la región.
A esa altura del año ya China había logrado dominar la expansión de la pandemia en su territorio y estuvo en condiciones de apoyar a otros países con la experiencia vivida por sus médicos, personal de salud, arquitectos e ingenieros, como también dar cuenta de los efectos en su economía derivados de las rigurosas medidas tomadas ante la crisis sanitaria. Al mismo tiempo, en el continente se seguía con cierto estupor las reacciones del gobierno de Estados Unidos, en tensión con científicos y expertos en epidemias como el Covid-19. Más de una vez las declaraciones del presidente Donald Trump parecieron bordear los ámbitos del delirio, mientras sus palabras sólo encontraban pleno eco en el presidente Jair Bolsonaro, que aún con reiteradas pruebas de estar contaminado siguió saliendo al encuentro de sus parciales y entremezclándose con ellos. Pero las cifras fueron contundentes: al 20 de julio, Estados Unidos registraba 145.000 muertos y Brasil 81.500, mientras los contaminados también estaban a la cabeza en el mundo con 4 millones 26 mil en el país norteamericano y 2 millones 167 en el país amazónico.
A mediados de abril la cadena oficial gubernamental en Estados Unidos, la Voz de América, daba cuenta de una reunión realizada en el Council of de America, institución empresarial de alta influencia sobre las relaciones hemisféricas, sobre el momento que se vivía en la región. Y en el análisis se consideraba la presencia china y sus alcances. “Según destaca el vicepresidente de Council of The Americas, Eric Farnsworth, todo este escenario ha puesto a China en una posición en la que comparándose con las formas en las que otros países hacen política, busca demostrar que puede sacar adelante sus metas, ideales y como lo demostró con la reapertura de Wuhan” dijo esa información. Y en la introducción dejaba puesta esta pregunta: “Más allá de la clase trabajadora y de la economía interna de los países afectados, las potencias del mundo se reinventan y así mismo buscan posiciones de poder. ¿Cómo avanzará la relación entre China y la región latinoamericana?”. [1]
Buena parte de las informaciones que han circulado en los primeros meses del 2020 por América Latina al hablar de China se relacionaron con el país asiático como proveedor. El lograr disponer de todos los recursos que China estaba produciendo casi en exclusividad no fue fácil, los países no constituyeron ninguna política común, ni los de Europa ni los de América Latina. Cada cual buscó llevar adelante operaciones impregnadas de secretismos para evitar requisamientos antes de que la carga llegara a su destino final. Pasó en Francia, pasó en Estados Unidos. Pero, sin duda, que el proceso de interacción entre Pandemia- Realidad Latinoamericana- China es un campo de análisis que reclama aportes mayores y diversos. Es obvio que los vínculos con China representan para los países latinoamericanos un desafío de equilibrio político y diplomático cada vez más fino, considerando las tensiones crecientes entre la potencia asiática y Estados Unidos.
Para los países latinoamericanos la pandemia del 2020 les mostró a un Estados Unidos ausente, ajeno a sus programas de cooperación en el pasado, y a una China presente con diversas formas de cercanía y cooperación. A su vez, el país asiático se convirtió en el principal proveedor de equipamientos, mascarillas, vestimentas sanitarias y otros insumos. Por otra parte, como voz cercana por vía de diversas videoconferencias (webinar) donde sus médicos entablaron diálogos directo con médicos y expertos en salud pública de los países latinoamericanos. La relación de China con América Latina en estos meses ha demostrado que la distancia ya no es un obstáculo mayor, mucho más fuerte son las razones y oportunidades de contacto frente a temas de agenda común. Un ejemplo son los eventos organizados en el marco de la relación CELAC-China, como la videoconferencia del 24 de marzo (noche del 23 en América Latina), donde representantes de 25 países de la región sostuvieron un encuentro con sus contrapartes chinas encabezadas por el vicepresidente de la Comisión Nacional de Salud de China, Zeng Yixin.
CELAC-China: veamos que pasa ahora
En el mismo marco tuvo lugar la reunión especial sobre Covid-19 convocada en forma simultanea por el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, y el de México, Marcelo Ebrand, en su carácter de responsable de las relaciones internacionales de su país y coordinador del CELAC durante este año. Allí los diversos cancilleres participantes o sus representantes vivieron vía zoom una sesión especial del Foro CELAC-China donde dieron cuenta de la forma como estaba su país enfrentando la pandemia, pero también la visión que tenían sobre la realidad económica que se avecina para la región y para sus vínculos con la economía global. Las tensiones en el comercio son parte de las preocupaciones regionales, los cambios en los flujos de intercambio para países exportadores de materias primas, como también obstáculos en las áreas de servicio, especialmente en turismo, que son fuente principal de ingresos en países del Caribe. [2]
En ese encuentro vía digital estuvieron presentes, además de Ebrad y Wang Yi, los altos representantes de Argentina, Barbados, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, Panamá, Perú, Trinidad y Tobago y Uruguay. Allí Ebrard agradeció también el respaldo del régimen chino y sus socios en América Latina y el Caribe a la resolución ante la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la cooperación internacional para garantizar el acceso mundial a los medicamentos, las vacunas y el equipo médico con los que hacer frente a la COVID-19, adoptada por el organismo con el copatrocinio de 179 países más. Así mismo, aseguró que durante los próximos meses la prioridad común debe ser el paso a la acción para el desarrollo de tratamientos y vacunas, además de la creación de mecanismos efectivos para su distribución universal. “La resolución fue una importante expresión de solidaridad y compromiso político que ahora debemos transformar en acción”, expuso Ebrard ante sus homólogos.
El Ministro Wang Yi, que además es miembro del Consejo de Estado de China, agradeció la cooperación de los países de América Latina durante la época más difícil de la pandemia en su país. Luego señaló que China está dispuesta a trabajar con América Latina para hacer frente a los múltiples desafíos generados por la COVID-19 y a contribuir conjuntamente a la recuperación económica mundial. No es un concepto político menor lo implícito en la idea de “contribuir conjuntamente”, ello cuando se extiende por el mundo la idea que hemos entrado en una etapa de reordenamientos internacionales en múltiples aspectos. El ministro Wang señaló que desde el inicio de la epidemia, China y América Latina han superado los obstáculos geográficos y han emprendido una cooperación integral en el combate al virus. En ese contexto el alto funcionario chino destacó, además, que la vacuna en desarrollo en su país “será un bien público de acceso universal y que se destinará un préstamo de mil millones de dólares para apoyar el acceso de las naciones de la región al antídoto”, según dieron a conocer en Ecuador, México y otros países de la región. Desde Beijing, se señaló que los ministros también expresaron “su oposición a politizar o estigmatizar la epidemia y su disposición a trabajar con China para profundizar la cooperación en todos los campos y a impulsar la asociación integral de cooperación entre América Latina y China para llevarla a un nuevo nivel”.[3]
En ese marco, los vínculos entre China y sus contrapartes en el continente se han ido reforzando con declaraciones o momentos cuyos significados son más amplios y sutiles que ellos mismos. Un ejemplo es la declaración conjunta que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile y el Ministerio de Comercio de China emitieron el 17 de julio con el objeto de mitigar los efectos del Covid-19 en el comercio e inversión internacional, acelerar el restablecimiento del orden económico y comercial común, y promover el desarrollo a largo plazo del comercio e inversión internacional. Allí ambos países hicieron un llamado a la cooperación estrecha y coordinada para enfrentar la pandemia “con un firme compromiso en presentar un frente unido ante el COVID-19 en materia económica y comercial, y oponerse al proteccionismo comercial”. En otros términos, la vigencia del Tratado de Libre Comercio entre ambos países, llevado hace poco a un nivel superior, sirvió de marco para referirse a los desafíos planteados por la pandemia al desarrollo futuro en los escenarios económicos. Aquí sus párrafos principales:
“Ambos países reconocen la importancia de la liberalización del comercio e inversión en este momento crítico, manteniendo abiertas y conectadas las cadenas globales de abastecimiento. Ambos países trabajarán para garantizar el libre flujo del comercio, y asegurar que las líneas de comercio exterior y la infraestructura crítica se mantengan abiertas, incluyendo a través del transporte aéreo y marítimo. Los dos países reconocen la importancia del Tratado de Libre Comercio (TLC) para promover el crecimiento bilateral del comercio e inversión y el desarrollo sostenido de ambos países. Desde que ambas partes firmaran el TLC en el año 2005 y su Protocolo en el 2017, hemos presenciado el rápido crecimiento del comercio e inversión de ambos países. Nuestro comercio creció desde 7 billones de dólares en el 2005 (fecha de la firma) a 41 billones de dólares en 2019 (480%). Ambas partes colaborarán estrechamente para implementar de mejor manera nuestro TLC bilateral, el que desempeña un importante rol en facilitar el libre flujo de bienes y servicios, apoyando la integridad de las cadenas globales de abastecimiento, mitigando los impactos de la pandemia en el comercio e inversión bilateral, y contribuyendo a un crecimiento económico más sustentable después de la crisis. Los dos países tomarán las medidas necesarias para garantizar el flujo continuo de suministros y equipos médicos vitales, productos agrícolas críticos, y otros bienes y servicios transfronterizos, necesarios para proteger la salud de nuestros ciudadanos. Ambos países colaborarán para asistir a los países en desarrollo vulnerables y a los países menos desarrollados. Ambos países se comprometen a apoyar al Sistema Multilateral de Comercio y acuerdan que las medidas de emergencia para enfrentar el COVID-19 deberán ser concretas, transparentes y temporales, y deberán también ser compatibles con las reglas establecidas en la OMC.” [4]
Si Chile es un socio comercial importante (no tanto en volúmenes, pero si en las áreas donde abastece a China: cobre, frutas, maderas y productos forestales, especialmente), México es otro país importante, en particular este año, para el devenir de la presencia china en América Latina. En el comercio siempre el diálogo ha sido difícil por el fuerte desequilibrio existente en favor de China y, naturalmente, por las derivaciones del intercambio de un 85% de México con Estados Unidos. Sin embargo, siempre ha estado latente en el gobierno mexicano la búsqueda de un tipo de relación estratégica con China, la cual también busca el país asiático. Dado que México asumió en el 2020 la presidencia pro tempore de la CELAC y esta entidad (aunque ahora decaída) tiene un Foro especial con China, el gobierno del presidente López Obrador se ha propuesto reforzar ese vínculo al mismo tiempo que maneja los acercamientos con Washington tras la firma del nuevo Tratado de Libre Comercio, el T-MEC, que le une además a Canadá. Y la oportunidad de los acercamientos se los ha dado el Covid-19, no sólo por apoyos bilaterales, sino también por la gestación de reuniones diplomáticas y de especialistas en el marco del Foro Celac-China.
Puentes aéreos y múltiples webinars: algo cambió
Y en este contexto cabe subrayar dos fenómenos registrados en la relación de China con los países de América Latina desde que el impacto de la pandemia se hizo fuerte en esta región: a) el desarrollo de diversos puentes aéreos, tanto desde la América del Sur como de México; b) el uso de las plataformas digitales como zoom y otras para organizar encuentros múltiples con dinámicas no conocidas previamente.
El puente aéreo entre China y México para abastecer de insumos a hospitales mexicanos durante la pandemia por la COVID-19, considerado por ambos gobiernos un hito en la cooperación, cumplió el 28 de junio una primera etapa de 21 vuelos y de inmediato se programó un segundo plan de 20 vuelos más. Durante dos meses y medio llegaron a la ciudad los aviones de carga procedente de Shanghai. Los primeros 20 vuelos aterrizaron con decenas de toneladas de material adquirido por México a empresas chinas, mientras que el segundo ciclo del puente inició con un viaje especial que transportó insumos donados por China al pueblo mexicano. “Un acto de simbolismo importante con un nuevo hito de cooperación entre los tiempos difíciles que vivimos”, dijo la vicecanciller mexicana para Asuntos Multilaterales, Martha Delgado, en el aeropuerto de la capital al cumplirse dicho plan y celebró “21 vuelos del puente aéreo México-Shanghai”. A su vez, el embajador chino Zhu Qingqiao señaló que la COVID-19 no conocía fronteras y todos formaban parte de una comunidad de futuro compartido (concepto central en la política exterior china), por lo que se requería de unión y cooperación para hacer frente a la pandemia y recuperar la economía. “China y México promoverán la cooperación bilateral al insistir en la igualdad y el beneficio mutuo”, indicó Zhu, quien agregó que “la parte china reforzará la comunicación en acciones como la reanudación de las actividades productivas y la reactivación económica”.
En el caso de México, la ruta entre la capital mexicana y Shanghai ya se encuentra establecida con los vuelos de Aeroméxico. Distinta fue la situación de los vuelos de LATAM y de Aerolíneas Argentinas, que nunca habían hecho la ruta hasta China directamente. A partir de la experiencia denominada “Avión Solidario” se puso en marcha el plan China. LATAM aterrizó en los aeropuertos de Shanghai, Beijing, Guangdong y Fujian, totalizando 24 vuelos, desglosados en 13 viajes desde y hacia Chile (no todos son charters), una suma idéntica para Brasil y dos vuelos a Perú, en modalidad interlíneas, para traer mascarillas, pruebas rápidas para testear COVID-19 y medicamentos. Además se realizaron 3 vuelos desde Corea del Sur con destino a Colombia. Para lograrlo, se reconfiguraron dos aviones Boeing (787 y 777), retirando los asientos para dar mayor espacio de transporte en cabina, y se recurrió a más de 30 personas para llevar a cabo cada vuelo, que demanda en promedio un total de 60 a 70 horas de viaje (dependiendo si es hasta Chile o hasta Brasil).
Según lo señalado por la compañía en su página web, ello requirió de un complejo procedimiento de coordinaciones logísticas, que van desde obtener con los gobiernos los permisos requeridos para volar -algo que en condiciones normales puede demorar meses– aterrizar, cargar combustibles, además de coordinar equipos en cabina y de apoyo en tierra. Además la cantidad de cupos para el vuelo es limitada, de forma que se tiene que privilegiar el viaje de pilotos y operadores terrestres, los que deben hacer labores de apoyo dentro de la aeronave. Estando en China, además la firma tercerizó a los equipos de apoyo en tierra, lo que implicó el desafío de superar la barrera del idioma y las formas de trabajar. Y todo ello contra reloj, ya que por la alta demanda de vuelos y carga se otorga a cada aeronave un máximo de 5 horas para estar en la losa.[5]
Para Aerolíneas Argentina (AA) también constituyó una experiencia inédita. Habituados a volar hacia Sydney en Australia, su ruta ha sido siempre cercana al Círculo Polar. Esta vez debía buscar más al norte, en un corredor similar al usado por los vuelos de LATAM. El 18 de abril llegó al aeropuerto internacional en Buenos Aires lo que allí se denominó un histórico “puente aéreo”, por el cual arribaron procedente de la ciudad china de Shanghai con unas 13 toneladas de insumos, como material sanitario y de protección contra la COVID-19 puestos a disposición por China. La operación fue calificada por las autoridades como “una muestra más de la amistad y cooperación que existe entre ambos países”. La iniciativa exigió acondicionar las cabinas de pasajeros de las aeronaves, aviones Airbus 330-200, mediante el uso de mallas contenedoras para que puedan transportar un 84 por ciento más de carga que un vuelo habitual. “Para nosotros es muy emotiva esta situación, nos tiene contentos, satisfechos y emocionados. Sabe todo el mundo hoy lo complicado que está para acceder al equipamiento y elementos de protección personal ante esta pandemia”, dijo el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, al recibir el primer vuelo. Los trayectos de los vuelos tienen una duración total de 56 horas, con escala para cargar combustible en Auckland, y se conformaron tripulaciones con 12 pilotos y copilotos, cuatro técnicos y dos despachantes encargados de coordinar la carga.
Tanto el comandante de la nave argentina, como también los chilenos coincidieron en señalar que era la primera vez en volar directo hasta China. Para AA los trayectos de los vuelos tuvieron una duración total de 56 horas, con escala para cargar combustible en Auckland, y se conformaron tripulaciones con 12 pilotos y copilotos, cuatro técnicos y dos despachantes encargados de coordinar la carga. En cada caso la tripulación permanecía en el avión, sólo tenían cinco horas para estar en pista y recibir toda la carga y tomar la ruta de regreso. Derivado de este “puente aéreo” queda flotando un plan de futuro: ¿será posible tener vuelos comerciales directos a futuro entre Santiago o Buenos Aires y Shanghai? Pregunta abierta, dónde los vuelos generados por la pandemia ya dejan una experiencia sembradora.
La otra realidad que también impulsó experiencias inéditas pasa por el uso de las redes digitales y la Nube. Nunca como en estos meses de 2020 se habían producido tantas conferencias y diálogos directos entre América Latina y China. Ya mencionamos las conferencias médicas y la del Foro-CELAC china a nivel ministerial. Pero los ejemplos son mucho más amplios y es válido afirmar que con el Coronavirus China abrió la Ruta Digital en su relación con los países latinoamericanos. En la actualidad, el uso de internet para comunicarse entre China y América Latina y el Caribe está siendo usado en diferentes niveles y actores y para distintos propósitos. La más clara forma de comunicación digital que hoy está a disposición entre ambos lados del mundo son los webinar, o conferencia web, que tiene como objetivo la interacción en línea entre participantes, mediante el uso de aplicaciones instaladas en dispositivos móviles o computadoras.
Las barreras del idioma se han superado con traducciones simultáneas o haciendo mutuo uso del inglés. Las diferencias horarias se han acomodado asumiendo que a las 9.00 de la mañana son las 21.00 horas en otro país y allí, con ese marco, se han hecho las coordinaciones respectivas. Un ejemplo de cómo se ha llevado la interacción fue la conferencia con Yu Di Hua, ingeniero jefe de la Compañía General de Contratación del Grupo China Construction Third Engineering Bureau (CCTEB) Co, LTD quien “fue el responsable general de la gestión del diseño y la administración técnica del Hospital Huo Shen Shan, recinto hospitalario de campaña que se montó en tan solo 10 días para dar respuesta clínica a los pacientes afectados por COVID-19 en Wuhan, China”. Todos los que querían saber detalles de ese trabajo excepcional en la construcción tuvieron explicaciones, imágenes y respuestas directas de un actor principal en esa obra. La cita fue organizada por la Corporación de Desarrollo Tecnológico de la Cámara Chilena de la Construcción, CChC, junto con el Consejo Chino para la Promoción del Comercio Internacional de la Provincia de Hubei (CCPIT – HUBEI). Más de 150 expertos de la construcción estuvieron en ese encuentro.
Las universidades también han pasado a otra etapa de relaciones por esta vía. No sólo con China, por cierto. Pero en el eje de la interacción entre el país asiático y los centros académicos latinoamericanos han pasado hechos novedosos. Por ejemplo la conversación de Tsinghua University con tres embajadores, de Argentina, Brasil y Chile, para conocer opiniones sobre la mirada respecto a la China actual, las formas de confrontar el covid-19, como las perspectivas de China en el escenario internacional. La organizadora fue Taotao Chen, directora del Center Latin America Tsinghua University y los entrevistados Marcos Caramuru de Paiva, de Brasil, Diego Ramirez Guelar, de Argentina, y quien escribe este texto por parte de Chile. Lo interesante es que tales entrevistas fueron hechas para un importante contingente de estudiantes que diversos países del mundo estaban participando, también vía zoom, en el Summer Programme de Tsinghua.
En China a esta nueva forma de diálogo, ya muy asumida allá, la llaman “comunicación en la Nube”. En nota especial, Pueblo en Línea, dijo: “Bajo el trasfondo especial de la epidemia, el presidente Xi Jinping, como timón del país y líder del pueblo, ha mantenido un estrecho contacto y comunicación con los líderes de muchos países de América Latina, incluidos Brasil, Argentina, Cuba, México, Chile y Venezuela entre otros, lo que ha consolidado la piedra angular fundamental para el desarrollo de las relaciones entre China y América Latina bajo la nueva situación y ha iluminado el camino hacia las relaciones futuras”.
Además de los foros organizados con la participación del Ministro Wang Yi en términos regionales, se han dado con fluidez los intercambios bilaterales a través de internet. Eventos como la 17ª Reunión de Consultas Políticas entre los Ministerios de Asuntos Exteriores de China y México, la 3ª Reunión de la Comisión Intergubernamental Permanente entre China y Argentina, y la 2 ª Reunión de Consultas Políticas entre los Ministerios de Asuntos Exteriores de China y Panamá se realizaron con éxito en formato virtual.
Ambas experiencias – “puentes aéreos” y videoconferencias digitales – son fundamentos de una nueva forma de interacción entre China y los países latinoamericanos. El camino quedó abierto a encuentros en estos formatos entre distintas instituciones de la sociedad civil, entre organismos de provincia o entre partidos políticos. Ante la propagación de la epidemia en América Latina, China ha coordinado activamente provincias y ciudades del país con más de 10 países latinoamericanos, incluidos Argentina, Chile, Panamá, Costa Rica, El Salvador, llevando a cabo videoconferencias de expertos “uno a uno”. Ha celebrado reuniones especiales en respuesta de la pandemia con viceministros de Asuntos Exteriores de países del Caribe que tienen relaciones diplomáticas con China y ha organizado reuniones virtuales de intercambios sobre las experiencias en el control y la prevención de epidemias con los países andinos.
La 127ª Feria de Cantón ha pasado de clausurar su modelo clásico a celebrarse en “nube”, atrayendo a un gran número de visitantes de América Latina. Las compañías chinas han desarrollado planes de transmisión en vivo para las zonas horarias del continente americano y han exhibido sus productos en las salas de exposiciones de manera integral. Los compradores latinoamericanos pueden hacer negocios sin salir de casa. Una compañía china de dispositivos médicos que ha participado en la exposición por primera vez obtuvo un pedido por valor de 80.000 dólares de Ecuador en solo 10 minutos después de la transmisión en vivo. El Consejo de China para la Promoción del Comercio Internacional celebró la Exposición Digital de Comercio Internacional China-América Latina (México), invitando a más de 2.000 empresas chinas y más de 5.000 compradores latinoamericanos a la exposición y utilizando macrodatos para proporcionar una correspondencia precisa y servicios de negociación en línea.
Con todo este escenario de transformaciones y acciones sobre la marcha surgió la posibilidad para el Centro de Estudios Latinoamericanos sobre China de la Universidad Andrés Bello, en Chile, de convocar a académicos de diversos países de la región a entregarnos sus propias reflexiones, enriquecidas con datos a la mano ligados al impacto de la pandemia en su entorno. Ello debía tener en cuenta las tendencias económicas y sociales que se venían dando ya antes del Covid-19, las desigualdades que habían generado protestas sociales en países como Chile y Colombia, pero sobretodo tomar con mucho realismo lo vivido y las proyecciones – que es de nuestro interés – de lo que ha ocurrido ahora con China y las proyecciones que ello podría tener para esta región. De esa reflexión amplia, diversas y plural, surgen los trabajos que hemos aglutinado en este libro. Al leerlo en su conjunto se ratifica aquel axioma a veces muy cierto: hay veces en que el todo es mayor que la suma de las partes.
Notas:
[1] https://www.voanoticias.com/america-latina/eeuu-china-latinoamerica-comercio-covid-coronavirus
[2] https://www.infobae.com/america/mexico/2020/07/23/china-prestara-usd-1000-millones-a-mexico-america-latina-y-el-caribe-para-la-compra-de-vacunas-contra-el-covid-19/
[3] http://mx.china-embassy.org/esp/xw/t1800569.htm
[4] https://www.subrei.gob.cl/2020/07/declaracion-conjunta-para-fortalecer-la-cooperacion-en-el-marco-del-tlc-y-combatir-el-covid-19-entre-el-ministerio-de-comercio-de-china-y-el-ministerio-de-relaciones-exteriores-de-chile/
[5] https://asialink.americaeconomia.com/sociedad/latam-realiza-puente-aereo-por-covid-19-entre-latinoamerica-y-china.
Índice del volumen:
A.- Presentación.- Fabiola Novoa, directora de Relaciones Internacionales, Universidad Andrés Bello, Chile.
1.- Introducción. Chile-China: cambió la percepción de la distancia
Fernando Reyes Matta.
2.- Perú y Latinoamérica frente a la pandemia del COVID-19: ¿Que se puede aprender de la experiencia china?
Carlos Aquino, Coordinador del CEAS, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú,
3.- La pandemia del Covid-19: impacto en las relaciones sino-latinoamericanas. El caso argentino
Dr. Jorge E. Malena. Programa Ejecutivo sobre China contemporánea. Facultad de Ciencias Sociales – Universidad Católica Argentina/Grupo de Trabajo sobre China, Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales.
4.- La experiencia brasileña para combatir el Covid-19, sus impactos sociales y económicos
Marcos Cordeiro Pires, Luís Antonio Paulino, Profesores Asociados – Universidad Estadual Paulista – Unesp, Brasil.
5.- ¿Por qué la gente no respeta el distanciamiento social? Reflexiones sobre el Covid-19 en el Estado de Amazonas, Brasil
Frederick Fagundes Alves, Lucas Vitor de Carvalho Sousa, Silvia Regina de Souza Rojas Departamento de Economía y Análisis, Universidad Federal de Amazonas.
6.- Centroamérica y El Salvador en tiempos del COVID-19: Impactos esperados y propuestas de políticas públicas
Oscar Ovidio Cabrera Melgar. Presidente de la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (FUDECEN).
7.- COVID-19 en Ecuador: La pandemia que evidencia inequidades
Sara A. Wong. Directora, Centro de Estudios Asia Pacífico. Profesora, Escuela de Postgrado en Administración de Empresas. Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL)
8.- Experiencias de Cuba en el combate de la pandemia covid-19
M.A. Embajador Pedro Monzón Barata, Investigador del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI), Cuba.
9.- Chile-China en los tiempos de pandemia
Ricardo Santana Friedli, Master Relaciones Internacionales. Investigador Adjunto CELC-UNAB
10.- La crisis que se suma a las crisis: COVID-19 en Bolivia y América Latina
Nicole Jordán Prudencio. Cientista Política, docente en Universidad Católica Boliviana; Coordinadora de Proyectos sobre Desarrollo Sostenible, FES-Bolivia.
11.- Los efectos del neoliberalismo en México y su relación con China. El caso del Covid19.
Eduardo Tzili-Apango. Profesor-investigador del Departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma Metropolitana. Miembro del Grupo de Estudios Sobre Eurasia (GESE).
12.- China – Sudamérica: Pandemia, Crisis y escenarios para la recuperación
Milton Reyes Herrera. Instituto de Altos Estudios Nacionales, IAEN/ Pontificia Universidad Católica del Ecuador PUCE.
13. Colombia. Las dimensiones biopsicosociales de la pandemia: actores, momentos y procesos implicados.
Wilson López-López Pontificia Universidad Javeriana
14.- COVID-19 como desafío a la globalización y el posicionamiento chino: revisión teórica transversal y el caso México.
Raquel Isamara León de la Rosa. Facultad de Administración. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México.
15.- La epidemia actual de COVID-19. Su desarrollo y contención en China y en Argentina.
Gustavo E. Santillán. Hernán A. Morero . Investigadores CIECS (CONICET y UNC).
16.- Interdependencias comerciales con China en un nuevo escenario global: el caso de Uruguay.
Ignacio Bartesaghi , Decano, y Natalia De María de . Facultad de Ciencias Empresariales, Universidad Católica del Uruguay.
17.- Pandemia: América Latina entre Estados Unidos y la República Popular China.
José Luis Valenzuela. Investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos sobre China, CELC, Universidad Andrés Bello.
Fernando Reyes Matta es Director del Centro de Estudios Latinoamericanos sobre China, Universidad Andrés Bello, Chile.
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