Un análisis de la BRI
La Fundación ICBC organizó ayer un webinar sobre las posibilidades argentinas y globales frente a la Iniciativa La Franja y la Ruta que impulsa China. El académico Mariano Turzi dijo que “no hay una plan de dominación global chino”, sino que “intereses globales le exigen” ajustar su estrategia en el siglo XXI.
Socio gerente de GM Consulting y profesor en la UCEMA y la Universidad Austral, Turzi historió el proceso de la BRI (sigla en inglés de la Iniciativa), que como marco explicativo vinculó a las estrategias chinas de la Antigua Ruta de la Seda; destacó la multiplicidad de actores que involucra en todo el mundo, analizó los cambios en la gobernanza del comercio global y, finalmente, exploró los posibles impactos.
A la BRI por tierra y por mar “ya adhirieron más de cien países”, casi todos los de Eurasia y los de África y varios latinoamericanos, en especial del Pacífico y el Caribe, según se observó en uno de los mapas que mostró el expositor.
También detalló aspectos sectoriales como el energético, la ruta “verde”, de la “salud” (muy activa con la pandemia), la “inteligente” (nuevas tecnologías y reclutamiento de recursos humanos) y de “paz” (que atraviesa los territorios más complejos del mundo actual).
Sobre la gobernanza comercial global, Turzi habló de varios ejes, conectividad, reducción de barreras arancelarias, los vínculos intra-personales y la cooperación financiera, con parámetros, dijo, diferentes a los practicados por Occidente en estas décadas.
Respecto de los impactos de la BRI en nuestro país, se preguntó sobre “qué coalición de economía política y alineamiento público privado es mejor para sumarse o rechazar la iniciativa”. En definitiva, invitó a reflexionar sobre “cómo entra China como variable para el desarrollo de la Argentina y la región”. En el caso argentino, identificó a la energía y los agroalimentos como los dos sectores más fuertes en la relación bilateral, pero también el de conectividad digital y tecnológico, tensionado por las tirantes relaciones entre China y EE.UU.
Varias preguntas posteriores tuvieron que ver con si Argentina debe firmar el Mermorándum de Entendimiento a la BRI, más allá de que tanto los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner como los de Mauricio Macri y de Alberto Fernández dieron varias muestras de acompañar el proyecto. En ese sentido, Turzi señaló que una adhesión formal al MOU es más mandataria, y que los costos y beneficios dependen del “consenso estratégico” de las fuerzas políticas argentina, así como de los eventuales cambios de gobierno.
“Es importante definir primero qué quiere Argentina, con qué recursos propios cuenta, nacionales y regionales, qué niveles de autonomía, ver el marco estratégico…. Es decir, no se puede hacer cálculo costo y beneficio sin tener en claro de qué plazos hablamos, si es a 4 años o a 10 años, por ejemplo. Debemos delinear la estrategia. Y fijar un horizonte de consenso y de temporalidad”, expresó.
También se refirió al debate de primarización y escala de valor en el vínculo comercial con China.
PUBLICAR COMENTARIOS