Mirada china a la pandemia en América Latina
Sun Xintang, promotor de la cultura china en América Latina, comenta el libro “Pandemia. Efectos en América Latina y la relación con China”.
La obra fue editada por Fernando Reyes Matta, ex embajador chileno en China y actual director del Centro de Estudios Latinoamericanos sobre China de la Universidad Andrés Bello, e incluye artículos de varios académicos latinoamericanos, incluidos argentinos, como se observa en la tapa que reproducimos. Será presentado próximamente por Simplemente Editores.
Residente en Chile desde hace varios años, el promotor de la cultura china en América Latina Sun Xintang, sostiene que “para nosotros en China el ‘nosotros’ es más importante que el ‘yo’” como parte de “una convicción asentada en miles de años, tal vez aprendida en la dura realidad de enfrentar a la naturaleza cuando ésta se ha convertido en enemiga o cuando las plagas han traído hambre para millones de habitantes.”
Partiendo de esa noción, explica que “en el mundo de hoy también cabe poner el nosotros antes que el yo, cuando nos enfrentamos a una pandemia como la que ha determinado este libro. El yo significa dar el predominio al ‘ego’ por encima de todo. Y de allí sólo hay un paso para la egolatría que niega la realidad, niega los datos de las víctimas y las muertes. En este continente americano hay más de un ejemplo de este tipo. Pero a la vez – y en los diversos trabajos de este libro queda en evidencia – también este tiempo ha sido espacio para la colaboración y China lo ha vivido con sus amigos latinoamericanos de manera concreta.”
Buenas lecciones que nos da la pandemia
Por Sun Xintang, Profesor y representante en Chile de Beijing Language and Culture University
Leer los trabajos que integran el libro Pandemia: Efectos en América Latina y su interacción con China (Edición de Fernando Reyes Matta, Simplemente Editores y Universidad Andrés Bello, Santiago de Chile, 2020) me ha dado el privilegio de tener una mirada muy actual de lo que ocurre en América Latina con el impacto de la pandemia. De una u otra forma el Covid-19 puso en evidencia en la mayoría de los países de la región ciertas realidades sociales y económicas que estaban semi ocultas, a la espera de políticas públicas para abordarlas con urgencia. Tanto en salud como en las áreas de educación y en los campos del trabajo la agenda de demandas se ha expandido y la tarea que viene para los países de esta región es grande. Celebro al embajador Fernando Reyes Matta, director del Centro de Estudios Latinoamericano sobre China de la Universidad Andrés Bello y editor de la obra, por su gran labor que ha hecho posible tan importante y oportuno libro.
La pandemia, como la crisis del cambio climático o las migraciones, ha barrido al mundo con severos daños a la economía mundial, amenazando la seguridad de la vida humana y causando pánico internacional. El impacto del Covid-19 es múltiple: el aumento del desempleo, el resurgimiento del racismo y el deterioro de la seguridad pública pondrán a prueba las capacidades de gobernanza de los gobiernos. En fin, es un típico tema de carácter universal que sólo puede ser enfrentado de manera eficiente con la colaboración de todos los gobiernos.
Es un ejemplo de aquella realidad global que, por encima de la diversidad cultural o de modelos políticos, convoca a pensar juntos y a decidir juntos las acciones a seguir. Para nosotros en China el “nosotros” es más importante que el “yo”. Es una convicción asentada en miles de años, tal vez aprendida en la dura realidad de enfrentar a la naturaleza cuando ésta se ha convertido en enemiga o cuando las plagas han traído hambre para millones de habitantes.
En el mundo de hoy también cabe poner el nosotros antes que el yo, cuando nos enfrentamos a una pandemia como la que ha determinado este libro. El yo significa dar el predominio al “ego” por encima de todo. Y de allí sólo hay un paso para la egolatría que niega la realidad, niega los datos de las víctimas y las muertes. En este continente americano hay más de un ejemplo de este tipo. Pero a la vez – y en los diversos trabajos de este libro queda en evidencia – también este tiempo ha sido espacio para la colaboración y China lo ha vivido con sus amigos latinoamericanos de manera concreta.
En la primera etapa, cuando China sufrió el impacto de la pandemia en sus primeras manifestaciones, fueron varios los mandatarios de países amigos que llamaron al presidente Xi Jinping y expresaron su solidaridad y apoyo en aquellos difíciles momentos. Pasó el tiempo y ya a mediados de año es América Latina la región del mundo donde la pandemia ha atacado con especial vehemencia. Y en ese marco, China ha expresado su cercanía y apoyo en muy diversas formas, con un alto nivel de compromiso con el mundo y responsabilidad y solidaridad, como lo ejemplifican diversas informaciones registradas en estos trabajos sobre la colaboración entre el continente latinoamericano y el país asiático.
Todos sabemos que en medio de procesos como éste lo más importante es compartir experiencias. China, porque lo vivió primero, ha tratado de transferir sus experiencias a los países latinoamericanos. Y cuando los médicos de allá y acá han hablado en directo en diversas videoconferencias, o cuando los ministros de Relaciones Exteriores de China y de CELAC han compartido visiones y compromisos comunes a futuro usando también los recursos digitales modernos, todo ello ha dado forma a un “nosotros” para abordar este desafío.
En la víspera de que el libro vea la luz, superar la epidemia y lograr la recuperación económica aún son las tareas más urgentes para los países latinoamericanos. Para completar esta tarea, es bien necesario fortalecer la cooperación en la lucha contra la epidemia y unir los esfuerzos en el desarrollo conjunto. Sin embargo, nieblas de incertidumbre pueden venir de la compleja situación internacional actual llamada a vivir grandes cambios. Lo que hoy sobran son los prejuicios políticos. No cabe hacer el uso de la pandemia como una herramienta para contener el desarrollo de China o impulsar situaciones con los ojos puestos en una pasada Guerra Fría. El mundo de hoy reclama otra actitud porque para el virus no existe ideología, no hay distinción de países ni razas, y será pérdida de tiempo el calumniar, atacar y culpar a otros. Un proverbio chino dice: Los verdaderos amigos se conocen en la adversidad. Y eso sólo ocurre a través de la cooperación y solidaridad.
Como señalan varios autores en este libro, vienen tiempos de cambio en muchos sentidos. No sólo en las relaciones comerciales globales o en las inversiones capaces de cruzar fronteras. También vienen cambios en la relación de la tecnología con áreas como la salud y la educación, cambios en las formas de trabajar y producir. Hay quienes piensan que todo eso hay que ligarlo al poder para construir hegemonías dominantes y excluyentes. Son los discípulos del proteccionismo duro. Para los chinos lo esencial es compartir los avances y construir un mundo donde las grandes metas comunes configuren lo que hemos llamado destino común de la humanidad.
China no siempre encuentra la comprensión que quisiera a lo que ha sido, lo que es y lo que desea ser. Pero buscaremos e insistiremos en marcar lo que somos: nunca hemos practicado la invasión de otros países ni hemos practicado el colonialismo a lo largo de nuestra historia. Lo que buscamos es demostrar cuan fuerte es en nosotros la sabiduría yin yang, esto es entender que en toda realidad hay un sí y un no, un día y una noche, un blanco y un negro. Y eso significa que, junto con tener nuestras propias visiones sobre la vida y el ser humano, también busquemos entender las visiones del otro para definir lo que podemos llamar nuestro espacio común.
Cuando el escritor Mo Yan, nuestro Premio Nobel, estuvo en Chile, dijo que en su texto “Agua de otoño” apareció por primera vez el nombre de su pueblo literario, “Dongbei de Gaomi”. Y agregó que ese pueblo era para él como el “Macondo” de García Márquez o el condado “York Napatafa” de William Faulkner. Y dijo Mo Yan: “Faulkner influyó en García Márquez y yo reconozco la influencia de los dos”. Ese relato me dice mucho a mí en lo que ahora estamos buscando, un mundo donde la imaginación de un norteamericano, de un colombiano y de un chino pueden navegar juntos en la tarea de alimentar los sueños del ser humano.
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