Fortaleza del vínculo

27 enero, 2020

En su edición de ayer, Tiempo Argentino publica dos artículos sobre China, en el primero de los cuales el especialista Gustavo Ng da cuenta de la “ruta de la política” que comenzó Néstor Kirchner y continuó Cristina Fernández de Kirchner (cuyo libro con discursos de política exterior está en proceso de traducción por la Academia de Ciencias Sociales china), ahora vicepresidenta y en un momento donde el actual mandatario Alberto Fernández plantea su la profundización de la relación bilateral.


Cristina, recuerda el autor, destacaba la necesidad de generar un “salto cualitativo” entre ambos países, es decir, superar lo meramente comercial para llegar a instaurar una cooperación, en principio, en los campos de la energía, logística, alimentación y ciencia y tecnología. “El mundo de compradores y vendedores se va a ir diluyendo con el tiempo, porque van a surgir las necesidades estratégico-políticas de asociación”, sostuvo.

También destacaba CFK que el contexto de la relación entre los dos países “no sólo es una cuestión de relaciones bilaterales, sino también de relaciones de China y Argentina con el mundo”, al que “debemos integrarnos desde nuestros propios intereses”.

Y sobre Fernández, Ng recuerda que sintonizó con los planteos realizados hasta 2015. Así, sostuvo que Argentina debe “integrarse a la globalización con inteligencia, preservando la producción y el trabajo nacional”, y anunció que “nuestra Cancillería estará concentrada en generar una activa promoción productiva de inversiones extranjeras directas, que contribuyan a modificar procesos tecnológicos y a generar empleo”.

Por su parte, el economista Gustavo Girado escribe en la misma edición de Tiempo sobre las disputas comerciales y tecnológicas entre China y Estados Unidos. Y señala, al preguntarse “si no hay fase dos”: “el comercio no es el único campo donde se produce ese desacople (planteado por Trump). Si bien todavía no hay patrones de un cambio en el comportamiento de los inversores estadounidenses en China, hay signos de un cambio en el comportamiento de las inversiones chinas con respecto a la IED que, de hecho, tienden a desviarse a Europa.” China busca su desarrollo tecnológico no sólo como “un medio para ganar capacidades económicas y militares, sino también un fin ideológico en sí mismo, que ofrece la prueba final de la restauración de China como una gran potencia”.

Categorías: Política

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