China y una visión inocente

6 enero, 2020

En Clarín, Felipe Frydman cuestiona que el Gobierno “tomó la decisión de asignarle prioridad a la relación con China”, lo que fundamenta en la designación de Carola Berjano, del Grupo China del CARI (Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales), “y el posible nombramiento de Santiago (sic) Vaca Narvaja o Sergio Spadone, también especialistas en ese país, como Embajador”.


 

La nota, donde el autor equivoca los nombres del presidente chino Xi Jinping (escribe “Xinping”)  y de Vaca Narvaja (el correcto es Sabino), habla de una política hacia China marcada por “un sesgo ideológico que elude la importancia de los intereses concretos cuando los países encaran sus intercambios económicos”, al recordar que la gestión de Cristina Fernández de Kirchner “ya había dado señales con los múltiples acuerdos firmados en febrero 2015 estableciendo una Relación Estratégica Integral entre ambos países. Los acuerdos incluyeron la cesión de 200 hectáreas para una Base de Seguimiento Satelital, la adjudicación directa a empresas chinas de obras de infraestructura y el compromiso de inversiones para exportar a China.”

“La ideología encubre una dosis de inocencia”, sentencia Frydman. “La intención de buscar en China un contrapeso a la influencia de los Estados Unidos y generar un flujo de inversiones que no tome en cuenta la situación financiera de la Argentina está destinada a chocar con la realidad.”

El autor opina que en “el objetivo de facilitar la internacionalización de las empresas chinas en obras de infraestructura proveyendo financiamiento estatal”, las empresas chinas “exigen adjudicación directa” y señala que tal “forma de operar” es “similar a la que se implementaba con créditos de los Bancos de Exportación en los 60 y 70, desplaza la competencia de terceros impidiendo evaluar costos por falta de ofertas alternativas.”

Categorías: Economía Negocios

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