Sun Xintang, profesor de la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing, estuvo en Buenos Aires invitado por El Programa Gestión del Conocimiento, del Área Estado y Políticas Públicas de FLACSO, para brindar la conferencia “La ciberliteratura china: Perspectivas de un fenómeno”.

Sun Xintang, también directivo del CRICAL, Centro Regional de los Institutos Confucio en América Latina, trazó una historia de la poesía y la narrativa china, y explicó que la ciberliteratura nació al final del siglo en que, al cabo de milenios, el habla y la escritura se unificaron. Explicó que luego de sus inicios en los últimos años de la década de los 90, entre 2002 y 2008 se produjo la eclosión de este género, con empresas que comercializaron las novelas por entregas a bajo costo, que tuvieron una demanda gigante por parte de un público compuesto por trabajadores que llenaban las industrias urbanas con rutinas en que la lectura cuadró perfectamente.

En esa fase los autores no cobraban, pero hoy los autores más populares, como Tang Jia San Shao, que han llegado a ganar más de 17 millones de dólares anuales.

El período actual surgió con la aparición de los smartphones y la ciberliteratura se consolidó como industria potente, fenómeno cultural y comercial y con una creciente calidad literaria.

Sun detalló que en 2018 se registran más de 432 millones de lectores y más de 17 millones de autores, con 680 mil contratos firmados. “No registramos esos contratos fuera de China. Como industria, la ciberliteratura es exclusivamente china”, dijo.

También especificó que “el 43% de los autores son mujeres, y el 50% son menores de 30 años. Hubo 203 novelas adaptadas al cine, 239 a la televisión y 1.193 tuvieron una versión impresa”.

Caracterizó la ciberliteratura como un género en que prima “la rapidez, el ocio, la libertad y un bajo umbral de exigencia”, en el que funcionan como inspiradores la imaginación, la historia y la realidad.

Otro factor determinante del género es que el desarrollo de las obras integra el diálogo con el público. “A medida que avanzan las entregas, los lectores comentan, exigen, participan, y el autor va respondiendo a esas reacciones”.