La geopolítica china
Las investigadoras Francesca Staiano y Laura Bogado Bordazar, del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata, presentaron ayer en la Universidad Nacional de Tres de Febrero el libro China y la gobernanza global: una nueva estrategia geopolítica global, acompañadas por Carlos Moneta y Sergio Cesarín.
La exposición, parte del ciclo de Actividades Extra Curriculares del Programa Asia de la Untref, analizó el libro del IRI-UNLP recientemente publicado, del que ambas autoras fueron también compiladoras, y las derivaciones que surgen de la estrategia exterior china, en especial a partir de su iniciativa Una Franja una Ruta (IBR).
Las expositoras resumieron los aportes del libro, donde escriben numerosos académicos jóvenes sobre diversas temáticas. Allí, hay artículos sobre el impacto de esa iniciativa en América Latina, las tensiones que se han generado y las respuestas dadas por el gobierno chino, las bases teóricas de la política exterior de Beijing y aspectos menos frecuentados del tema como el turismo cultural o la conectividad digital. Moneta destacó que “es el primer libro que en Argentina, por ejemplo, ofrece la mirada sobre cómo se dio la cuestión en Europa, nos da contexto y una dimensión original”.
Justamente Staiano explicó cómo la llegada de las inversiones chinas a Europa y los proyectos de la IBR alteraron la lógica integracionista de la UE. Por ejemplo con sus cumbres 16+1 (ahora son 17 con la inclusión de Grecia), de la que participan países miembros de la UE y otros extracomunitarios del centro europeo. “China tiene prácticas bilaterales de negociación, pero cuanto entra a regiones se generan otras dinámicas, como allí o en el Mercosur”, dijo.
En Europa, al principio, “veían a China como peligro y como competencia del proceso integracionista, se ingresaba a una dinámica donde China desplazaba a otros interlocutores. Ahora las cumbres se ven más como complementarias y son más aceptadas”, pero aun así surgieron proyectos antagónicas como por ejemplo el llamado Berlin Process. “Hay en todo caso un aprendizaje mutuo”, dijo la coordinadora del Centro de Estudios Chinos del IRI.
Bogado habló del caso latinoamericano y en especial del Mercosur, que vive “un proceso de muchas dificultades y dispersión, igual el Unasur. China ofrece cooperación y nosotros todavía no tenemos claras nuestra propia estrategia por la crisis de nuestras instituciones. Por eso se privilegia más lo bilateral”.
Frente a una pregunta de DangDai, sobre las estrategia de Beijing frente a esas dinámicas o las que China encontró en África o ASEAN (el espacio de integración del sudeste asiático), dijeron que China no busca potenciar debilidades o contradicciones del socio, sino que ante problemas en tal caso espera o negocia bilateralmente, pero que plantea un esquema cooperativo y de complementariedad. “Cuando se habla de cooperación hay que detenerse en el ‘co’ del principio de la palabra. Hay algo que se espera del otro, no es sólo China, no creo que haya ambición hegemónica”, dijo Staiano.
Igual, coincidieron en que es temprano para evaluar impactos de una política relativamente reciente como IBR.
También indicaron que deben analizarse más estas ideas propias de China, u otras como Comunidad de Destino Compartido, o Nueva Normalidad en lo económico, o mismo el de armonía, en base a los teóricos que la crearon, es decir los propios chinos, y estudiar más profundamente –para entender de raíz esos procesos- a quienes las conceptualizan, como por ejemplo los investigadores de la Escuela de Simbiosis de la Universidad de Fudan, entre otros.
PUBLICAR COMENTARIOS