Entender a América Latina

25 abril, 2019

“Hace diez años, las relaciones entre China y América Latina comenzaron a hacerse más cercanas. Desafortunadamente, la comprensión china de la región no siguió los mismos pasos, a pesar de que China parece haber hecho algunos esfuerzos específicos para lograr este objetivo”, escribe en Americas Quarterly Guo Cunhai, fundador y director de la Comunidad de Estudios Chinos y Latinoamericanos y director del Departmento de Estudios Sociales y Culturales del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia China de Ciencias Sociales en Beijing.


¿Realmente China entiende a América Latina?

Por Guo Cunhai

Hace poco terminé de traducir El alma de América Latina: la tradición cultural y política. Este libro me fascina desde sus primeras líneas: “Los estadounidenses tienen dificultades para entender a América Latina”. Y continúa: “Estados Unidos hará cualquier cosa por América Latina, excepto leer sobre ella”. Esas palabras podrían aplicarse igual si uno reemplazara “Estados Unidos” con “China”, y quizás serían aún más certeras.

El profesor Howard J. Wiarda, autor de El alma de América Latina, dijo que escribió el libro para “ayudar a los norteamericanos a entender a América Latina”. Yo lo traduje para ayudar a los chinos con la misma tarea. En las últimas dos décadas, China se ha acercado mucho a América Latina. Sin embargo, existe una gran brecha psicológica porque “con respecto a América Latina, los chinos aún tienen conceptos abstractos más que conocimientos específicos, impresiones más vagas que experiencias concretas”, como ha dicho Li Shenzhi, ex vicepresidente de la Academia China de Ciencias Sociales.

Hace diez años, las relaciones entre China y América Latina comenzaron a hacerse más cercanas. Desafortunadamente, la comprensión china de la región no siguió los mismos pasos, a pesar de que China parece haber hecho algunos esfuerzos específicos para lograr este objetivo.

El comienzo del siglo XXI fue testigo de la rápida expansión de los cursos de español y portugués en China. A partir de 2018, en la parte continental del país había más de 100 universidades que ofrecían español como una especialización, ocho veces más que en 1999. El número de universidades que ofrecían portugués aumentó de dos a más de 40 durante el mismo período. Además, los centros de investigación centrados en América Latina florecieron. En 2010, el Ministerio de Educación de China lanzó el programa Bases de Estudios de Área y País; lo que es más importante, el ministerio estableció las Medidas Provisionales para la Construcción de Bases de Estudios de Áreas y Países en 2015. Como resultado, los centros dedicados a América Latina prosperaron en China. Para 2018, China tenía 60 centros que estudiaban América Latina o sus países, de los cuales el 70 por ciento se fundó en los últimos cinco años.

El nuevo boom, sin embargo, carece de bases sólidas. Los cursos de español y portugués que se ofrecen en China se centran demasiado en la literatura o el idioma en sí, pero no proporcionan el contexto social, histórico y cultural como parte integral del aprendizaje de idiomas. Podemos culpar de este resultado insatisfactorio a los métodos tradicionales de enseñanza de idiomas extranjeros, pero lo que es más importante, estos cursos a menudo no tienen maestros que tengan una comprensión integral de los países de habla española y portuguesa. Por lo tanto, los graduados en estos cursos a menudo carecen de un conocimiento profundo de los países latinoamericanos.

Los programas de estudios latinoamericanos en China se enfocan casi exclusivamente en tres campos: política, economía y diplomacia. Esto ocurre porque la mayoría de los centros de estudio se esfuerzan por convertirse en centros de investigación que sean relevantes para los gestores chinos. Existe la creencia de que estas áreas prácticas de estudio son más relevantes y urgentes para esta audiencia que los temas “más suaves” como historia, cultura, derecho, sociedad, raza y comunidades, así como el medio ambiente y el trabajo, cuyo estudio ayudaría a generar una visión más profunda de por qué la política y la economía latinoamericanas funcionan de la manera que lo hacen. De hecho, este desbalance en la investigación es tanto la causa como el síntoma del déficit de China en la comprensión de la región.

China debe ser extremadamente consciente de que necesita una comprensión profunda de América Latina y, lo que es más importante, un camino para canalizar rápidamente esa conciencia hacia la acción. No hay duda de que las relaciones entre China y América Latina continuarán su rápido desarrollo a partir de la última década, pero si ambas partes no aprecian el código de conducta del otro, corren el riesgo de que surjan fricciones o conflictos cuanto más se acerquen. En los últimos años, China ha enfrentado cada vez más desafíos en América Latina que involucran el medio ambiente, temas laborales y comunidades indígenas, entre otros.

Estos desafíos son cada vez más apremiantes, y aunque pueden estar causados por factores externos y objetivos, demuestran que China tiene una gran carencia de comprensión de la historia, las ideas, las leyes y las tradiciones culturales y políticas de América Latina. Estos déficits han impedido que China se forme una comprensión profunda de la región, lo que dificulta aclarar la lógica histórica y las leyes que dan forma a la dinámica y las tendencias de América Latina en la actualidad. Por lo tanto, la falta de entendimiento cultural limitará la sostenibilidad de las relaciones entre China y América Latina y planteará un gran desafío para la presencia continua y estable de China en esta región.

Además, las implicaciones de un entendimiento cultural van más allá de las consideraciones prácticas. Es más importante para los chinos generar empatía conscientemente, entender a América Latina en sus propios términos y articular los valores en un destino común. Se nos pide a los académicos que nos liberemos de la investigación “pragmática”. En lugar de centrarnos en estudiar los fracasos de América Latina y así ayudar a China a evitar la “latinoamericanización” y las trampas de ingresos medios, debemos analizar objetivamente y trabajar para comprender las diversidades dentro de la región. Nuestro marco de colaboración ya no debe basarse en estereotipos imaginarios del otro lado, sino en un consenso alcanzado a través de un entendimiento profundo.

Categorías: Latinoamérica

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