Los primeros pasos de las letras chinas en Chile
Pedro Pablo Guerrero escribe un informe para El Mercurio donde detalla que esos primeros pasos se dan “lenta y metódicamente, sin aspavientos, impulsada por programas gubernamentales de apoyo a la traducción que favorecen, sobre todo, a sellos locales de tamaño mediano y pequeño.” Estas iniciativas son reforzadas por la visita de escritores chinos, entre las que se destacan, para agosto, el premio Nobel Mo Yan.
La nota destaca el protagonismo en este proceso de Sun Xintang, consejero del Centro Regional de Institutos Confucio para América Latina (Crical) y de LOM Ediciones.
Sun explica que “existen varias instituciones chinas que financian la traducción y publicación de obras en el extranjero. Las principales son la Embajada, la Oficina Central del Instituto Confucio y el Ministerio de Cultura”.
En tanto, LOM Ediciones es el sello chileno que ha publicado más libros de autores chinos. El primero fue la antología Un país mental. Cien poemas chinos contemporáneos (2013), del argentino Miguel Ángel Petrecca.
Paulo Slachevsky, titular de la editora explicó las dificultades de su cometido: “la crítica ha sido casi nula. Es un camino lento. El lector chileno de literatura está muy acostumbrado a los libros que llegan traducidos de España y es difícil ir abriendo puertas, pero lo hemos estado haciendo. Es comprensible por la dificultad lingüística con el chino, pero es urgente dar un salto en ese nivel, porque de ambos lados hay mucho que aprender”.
LOM tiene programada para este año una nueva antología de Petrecca: La habitación de hierro, 22 textos breves en prosa escritos entre 1902 y 1944.
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