La deconstrucción
Al analizar el plan del presidente Jair Bolsonaron en Brasil en una entrevista con Página 12, Mónica Bruckmann, profesora de la Universidad Federal de Río de Janeiro, avanza en su análisis sobre la relación regional con China y señala que “con la salida de Brasil de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) la región entera pierde mucho peso en este espacio de coordinación global”. Se refiere también a la licuación de Unasur y otros espacios integracionistas por acción de los gobiernos de Bolsonaro y del argentino Mauricio Macri. Espacios que eran posibles articuladores de alianzas latinoamericanas con China y Eurasia en general.
“Los BRICS están conduciendo este proceso de grandes transformaciones, no solo de tipo económico sino también de capacidades locales de producción científica y tecnológica y de disputa por las tecnologías de punta en sectores estratégicos. En este momento, China es el país que más invierte en energías renovables a nivel mundial y está avanzando en la producción de nuevos materiales importantísimos para un cambio de matriz energética”, dijo.
También afirmó que “con los BRICS Brasil participaba de igual a igual con las otras potencias emergentes en la definición de la nueva dinámica de la economía mundial y en una redefinición financiera. Un instrumento importante era el Banco de los BRICS, apoyado en el Banco de Desarrollo Asiático, que inicia operaciones con 100 mil millones de dólares de capital directo y un monto similar para inversiones en proyectos específicos. Mientras que el Banco Asiático de Desarrollo inicia con 200 mil millones de dólares de capital permanente. La participación de Brasil en este foro era fundamental dado que China propuso la nueva ruta de la seda. Ese puente terrestre redefine geopolíticamente el continente euroasiático, ya que une los puertos del Pacífico, en el Lejano Oriente ruso y chino, y los puertos marítimos en Europa, y ahora se incluye la ruta marítima hacia África. Comprende seis ejes estratégicos de producción que elevarán el consumo del 60 por ciento de la población del mundo. La participación de Brasil es muy importante porque cuando esta estrategia se encuentre en pleno desarrollo habrá demanda de recursos naturales estratégicos.”
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