Académicos de China y América Latina repasaron en Sociales los logros y desafíos de sus relaciones
En un acto inaugurado por la decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Carolina Mera; la decana de la Facultad de Estudios Europeos y Latinoamericanos de la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghai (SISU), Man Yu, y la coordinadora del Programa de Asia y África de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Alicia Girón, ayer hubo en Sociales una de las actividades de la 8va Conferencia del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO, en este caso referida a China. Intelectuales y sinólogos debatieron la relación bilateral, los desafíos que enfrenta la cooperación entre Argentina y China, las lecturas que pueden hacerse de los dos “libros blanco” de China sobre nuestra región, los déficit en general del lado latinoamericano en fijar objetivos claros y, entre tantos asuntos, las consecuencias económicas de los vínculos con China así como la presión de Estados Unidos en la materia.
La jornada, en el marco de CLACSO y del 1r Foro Mundial del Pensamiento Crítico y con mucho público presente se dividió en dos paneles (el primero sobre traducciones y diálogos en clave intercultural, ver esta misma página) y en el de políticas de desarrollo y perspectivas de cooperación participaron el diputado nacional y ex ministro de Educación, Daniel Filmus (firmante de algunos de los acuerdos con China rubricados durante el kirchnerismo), el director del Centro de Estudios Argentinos en el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia de Ciencias Sociales de China, Guo Cunhai; el director del CIMI (Centro de estudios mixto del Conicet y la Universidad de Shanghai, SHU) y ex decano de Sociales de la UBA, Fortunato Mallimacci; la vicepresidenta de SISU, Qian Ling; la directora del Centro de Estudios de China de la Universidad Nacional de La Plata, Francesca Staiano; el secretario académico y profesor de la Especialización en Asia del Pacífico e India de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), Sergio Cesarín; el profesor de la Universidad de Changzhou y presidente de la Asociación de Argentinos en China, Esteban Zottele, y los profesores de la Universidad de Buenos Aires Maya Alvisa y Mario Toer.
Filmus recordó los avances en acuerdos científicos y de idiomas firmados cuando Néstor Kirchner primero y Cristina Fernández de Kirchner luego avanzaron en la Asociación Estratégica y más tarde Integral entre Argentina y la República Popular China, valoró el apoyo de esta última a la causa Malvinas y llamó a recuperar el Mercosur para renegociar desde ahí un vínculo con China que no primarice las economías, algo que en 2003/15, dijo, “sucedió en todos los países de nuestra región pero no en Argentina, donde la industria mejoró algo su participación en el PBI”. También recordó más en tono anecdótico el afán de los interlocutores chinos de precisar las diferencias, si las había, entre “Peronismo y Frente para la Victoria. Ellos tienen un mapa preciso de todos los partidos latinoamericanos y siempre el peronismo es difícil de descifrar”, dijo, algo en lo que coinciden siempre todos los observadores.
El problema de la primarización y del desequilibrio comercial estuvo presente en varios panelistas aunque en general no cuestionaron las políticas chinas en su búsqueda de recursos naturales sino que criticaron la falta de estrategias de parte del Cono Sur. Por ejemplo, Alvisa cuestionó que “nuestros países reaccionan a la estrategia china, en vez de tener una acción propositiva y que parta primero de tener en claro qué queremos, para poder negociar de igual a igual”. Dijo que la academia tiene la obligación de preparar el escenario para la llegada de China que ya ha ocurrido y preparar un “diálogo intelectual” que “nos interpele a fijar claramente nuestros propios objetivos”.
En ese sentido, Cesarín puso el eje en la cuestión del desarrollo, “abandonada hace años de los debates en América Latina”, en tanto China los mantiene y avanza y, “es más, nos dice en sus dos libros blancos para la región, de 2008 y 2016, que quiere debatir eso con nosotros, que nos habla de desarrollo social, de erradicar la pobreza, de formar líderes del futuro. Lamentablemente somos nosotros los que no incorporamos esos debates”.
Staiano coincidió con Cesarín aunque marcó que prefería, antes que la palabra desarrollo, “que presupone que hay subdesarrollo, como señalaba en Italia el comunista Pier Paolo Pasolini, hablar de progreso humano”. China “nos propone una nueva dialéctica y el concepto de ´pueblo-centrismo’, acuñado por el presidente Xi Jinping cuando habla de socialismo con características chinas en esta nueva era”, pero lamentablemente señaló que en esta hora América Latina “parece ir desagregándose”.
Guo dio cuenta de la cantidad de investigaciones sobre América Latina que se han hecho en la academia china desde 1978, año del lanzamiento del proceso de Reforma y Apertura, del que se cumplen 40 años. “China y América Latina se necesitan mutuamente y tenemos muchos desafíos por delante, por ejemplo capacitar a nuestros jóvenes investigadores”. Y Qian llamó en ese sentido a “construir una comunidad académica sino-latinoamericana” en torno a ejes como la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Ejemplificó con que SISU ya tiene convenios de cooperación con la Universidad Católica de Perú, con la Real Academia Española y con la Universidad de Congreso de Mendoza, Argentina.
Zottele propuso incorporar a las investigaciones conjuntas temas como cadenas de valor y rol de las minipymes, el impacto de las relaciones bilaterales en el empleo y el medio ambiente y en la articulación del Estado, las empresas privadas y el campo intelectual. Residente en China desde hace muchos años, él viene trabajando en una red tanto en México como en Argentina y China para avanzar en acuerdos de cooperación concretos, como el que impulsó en China con varias embajadas latinoamericanas y dio lugar a la Comunidad de Estudios Sino-Latinoamericana para La Franja y la Ruta (CESLAF), que también integra la revista DangDai.
Toer habló de su experiencia en China y de la diversidad que, a diferencia de lo que comúnmente se cree en Argentina, hay entre los intelectuales chinos, desde los más inclinados al neoliberalismo hasta los marxistas.
Finalmente, Mallimaci llamó a compartir enseñanzas, a “deconstruir qué decimos cuando decimos nosotros y ellos”, a distinguir las distintas voces del pensamiento tanto argentino como chino (“me preguntan en Shanghai, ‘ustedes…’ y yo respondo, ‘¿ustedes quién?; hay mucha diversidad tanto allá como acá”) y a superar las restricciones que las corrientes, y las políticas, norteamericanas y europeas intentan imponer entre el acercamiento de los países latinoamericanos con otras concepciones del mundo como las orientales.
Los paneles fueron moderados por Santiago Ruggero, de la UBA; Nicolás Damín, de la Universidad Nacional de Lanús, y Néstor Restivo, de DangDai/Universidad de Congreso.
Al cierre de la jornada se presentaron dos libros: Pensamiento social chino sobre América Latina, editado por CLACSO y la CASS, con comentarios de Alicia Girón, y La Nueva Ruta de la Seda y América Latina, editadopor China Intercontinental Press, comentado por Carolina Mera, Lou Yu y Guo Cunhai.
PUBLICAR COMENTARIOS