Crece la oferta de las escuelas secundarias para enseñar mandarín
Numerosas escuelas secundarias argentinas, públicas y privadas, ya ofrecen el idioma chino mandarín a sus alumnos, en diferentes formatos: en la curricula, como talleres, como optativos. Esta nota de Marcela Fernández Vidal , publicada en la edición impresa 23 de nuestra revista DangDai, repasa las experiencias de los colegios San Andrés, ORT y San Martín de Tours, más un listado de algunos otros que también llevan adelante la experiencia.
–Por Marcela Fernández Vidal
La mayoría de los especialistas en educación coinciden en que las instituciones educativas, creadas para propiciar una interacción fructífera entre los individuos de una sociedad y una amplia gama de conocimientos que se pone a su disposición, no pueden dejar de ser permeable a los cambios que esas mismas sociedades transitan. Por otra parte, las instituciones tienen en claro que para fortalecer la continuidad de su tarea deben marchar a tono con los temas, las inquietudes y las realidades que el mundo exterior en el que están insertas proponen en su devenir, signado ,hoy más que nunca, por un ritmo vertiginoso y una abrumadora interconectividad.
La Argentina asiste a un contundente ejemplo de la dinámica señalada, la cual no está exenta de dificultades y desafíos, pero, más que nada, goza de un poder motivador que envuelve con pasión a todos los partícipes. Nos referimos a que año tras año aumenta la cantidad de instituciones educativas que enseñan chino mandarín. Este fenómeno se verifica tanto en ámbitos privados como públicos, y en escuelas pertenecientes al sistema de enseñanza formal como en institutos educativos no formales.
Todo fenómeno social puede explicarse por múltiples causas del orden de lo macro y lo micro; en el caso del creciente interés en aprender el idioma chino, el afianzamiento indudable de China como potencia mundial, sumado a haberse constituido en el principal socio comercial de Argentina, y, por supuesto, el aumento, en los últimos años, del flujo migratorio desde el país asiático. Todas estas son razones de peso para que florezca la genuina necesidad por una mayor integración que se propicia básicamente a través del idioma como un instrumento para cimentar lazos entre los grandes protagonistas de la historia, es decir, los individuos.
En marzo de 2015 se creó la primera escuela pública porteña bilingüe Chino-Español, en el barrio de Parque Patricio. La Escuela Primaria 28 D.E. 5 es pionera en nuestro país y en la región debido a su modalidad que los expertos en educación denominan escuela bilingüe por inmersión dual o recíproca, en ese caso, de español-chino mandarín. Además no hay que pasar por alto que se trata de una escuela de gestión estatal. La especialista Evelia Romano se ha referido a esta singular experiencia en artículos ya publicados por DangDai. También de órbita pública, el Lenguas Vivas o el Normal 10 tienen programas de extensión para chino mandarín. Y se suma la experiencia del Normal 1 en el Barrio Chino.
La lista crece cada año. Colegio Lincoln, St. Catherine’s Moorland School, Belgrano Day School, Nuevo Sol, Colegio San Martín de Tours, ORT, son algunos de los más prestigiosos colegios privados de la Ciudad de Buenos Aires que han incorporado la enseñanza del idioma chino y, en provincia de Buenos Aires, se destaca el Colegio San Andrés.
“En 2014 comenzamos con las clases de idioma chino, entonces era para sala de 4 y 5 años y primer grado como obligatorio y talleres hasta 2 años. Hoy, lo tenemos desde sala de 4 hasta segundo año de la secundaria, de carácter obligatoria, con una cursada de una vez por semana y formando parte de las actividades extra-programáticas que ofrece la escuela”, señala la profesora Viviana Codino, directora de idioma del San Martín de Tours. La idea surgió por parte de las autoridades de la escuela buscando un segundo idioma y como una posibilidad de abrirse a otro mundo, a otra cultura hacia la cual sentían un gran entusiasmo. Los docentes a cargo de estos cursos provienen de la Asociación Cultural Chino Argentina (ACCA), que además les brinda asesoramiento académico y colabora en la confección de los programas de estudio. La formación está orientada a darles a los alumnos la capacitación necesaria para participar en exámenes internacionales. “Un tema clave es contar con docentes que sepan dar las clases, es decir, que manejen una didáctica de la enseñanza del idioma. En este aspecto hemos ido haciendo cambios positivos a los largo de los años y hoy tenemos profesores que son hablantes nativos y también profesores argentinos que aprendieron el idioma”.
Codino destaca que la propuesta no es sólo que aprendan el idioma, sino que también conozcan aspectos de la cultura china y realicen actividades que conecten con las otras materias. El gran desafío, según la docente, es pensar actividades nuevas para motivar a los alumnos en su ardua tarea de aprendizaje.
La escuela ORT incorporó la enseñanza del chino en 2012 como una de las numerosas y variadas ofertas extra-programáticas de lo que denominan O.F.C.: Oportunidades de Formación Complementaria. Actualmente se ofrece a alumnos de séptimo grado, primero y segundo año, bajo la modalidad de taller optativo, y se cursa una vez por semana. “El objetivo fundamental es que tengan un primer contacto con la lengua y que les despierte la curiosidad por conocer más en el futuro. Debo destacar que estos alumnos tienen la mente muy abierta para recibir diferentes culturas pues además estudian obligatoriamente inglés y hebreo”, señala la profesora a cargo de los cursos, Roxana Huang. La escuela cuenta además con un campus virtual que les provee a los estudiantes herramientas tecnológicas para continuar con su aprendizaje y reforzar sus conocimientos. Además suelen recurrir a aspectos culturales para hacer más amena la enseñanza, como, por ejemplo, ver en clase fragmentos de una película o conocer algunas comidas típicas. “Son chicos muy inteligentes y con inquietudes. Algunos dicen que el hebreo es mucho más difícil que el chino, pero para otros es al revés. Claramente, ellos tienen un punto de referencia importante para evaluar y pensar la complejidad de una lengua”, resalta.
Cada escuela ha incorporado el chino mandarín con diferentes modalidades de acuerdo a sus objetivos pedagógicos. El Colegio San Andrés, un tradicional colegio bilingüe en inglés de Olivos, determinó desde 2008 que a partir de séptimo grado los alumnos tienen que elegir un idioma extra como materia obligatoria, y la novedad fue que se coló el chino entre los “tradicionales” francés y portugués: deben cursarlo hasta noveno grado. Después, en el grado 11 y 12, en la orientación Bachillerato Internacional, pueden optar por seguir el chino. “Hay dos aspectos fundamentales en la enseñanza: la realización de un viaje de estudios cada tres años a China y la preparación necesaria para participar en las competencias internacionales. En 2016 mis alumnos estuvieron entre los diez mejores del mundo y los segundos mejores del continente americano. En cuanto a los viajes, han ido a Beijing, Xi’an y Shanghai, experiencias enriquecedoras pues les dieron otra perspectiva, mejoraron la recepción del idioma y los sensibilizó hacia la diversidad cultural”, señala Victoria Hsu, profesora a cargo de la enseñanza del idioma chino desde 2012. Por supuesto, también apelan al uso de los recursos tecnológicos y la incorporación de actividades amenas y recreativas para limar, de alguna manera, las asperezas del aprendizaje que, sobre todo, exige dedicación y tiempo.
Los docentes concuerdan en que gran parte de la motivación de los chicos para anotarse en estos cursos proviene de la valoración positiva que hacen sus padres al considerar la adquisición de este idioma una llave para abrirse a un mejor futuro profesional y laboral. No cabe duda de que, en general, es fuerte la percepción en nuestra sociedad de que en un mundo que está cada vez más integrado y donde China se ha plantado como un fuerte jugador en el teje y maneje de la economía mundial, mejorar la comunicación -de eso se trata- es a todas luces una apuesta inteligente para una proyección de vida con presente y futuro.
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