Un repaso por la pintura durante el primer maoísmo
La obra de Ai Zhongxin sobre la Larga Marcha
Crítico de arte y curador de la Academia Nacional de Pintura de China, Chen Ming expuso ayer en la Universidad de Buenos Aires acerca de la historia de la pintura en su país durante el siglo XX, concentrándose en el período político maoísta pre Revolución Cultural. Es la primera vez que un experto en esa materia es becado por su país, a través del Ministerio de Cultura chino, para visitar e investigar en la Argentina. La actividad de la víspera fue organizada por el Centro de Estudios Argentina China y el Instituto Germani, ambos del ámbito de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, junto con el Museo Nacional de Arte Oriental.
Chen aludió en especial a cómo en las décadas de 1950 y 1960, los primeros tiempos de la República Popular China fundada en 1949, los pintores procesaron las tendencias modernistas que llegaban de Occidente ya desde 1920. “En la Nueva China -dijo- era obviamente importante la influencia de la Revolución y del marxismo y por eso se privilegiaban obras con imágenes de obreros o campesinos, o de campañas de higiene, con el arte como herramienta de propaganda política, tanto en la pintura tradicional como en afiches del Año Nuevo o en otras expresiones artísticas. Tenía algunas particularidades nacionales pero también tomaba de Occidente, más que nada de Francia, y de la Unión Soviética. Pero siempre buscando la nacionalización de ese arte”.
Chen fue presentado en un aula del Germani por el director del Centro, Ignacio Villagrán, y su coordinadora académica y experta en arte del mismo período, Verónica Flores. El expositor habló de los conceptos de “inversión” y “trascendencia” en cuanto a esa asimilación del modernismo en China. El primero, porque los artistas del período “habían estado en Europa en los años ’20 pero resignificaron esa escuela para que fuera más entendible por el pueblo”, citando como ejemplos los casos de Wang Shikou, Ling Gang, Jim Meisheng o Xu Jiping, entre otros. Y el segundo, porque se trascendió ese modernismo a través de lo que se llamó “las dos combinaciones”, una suerte de corrección del realismo socialista basado en una teoría poética del líder Mao (también poeta) que llamaba a combinar romanticismo revolucionario con realismo revolucionario. Un ejemplo que mostró fue una famosa pintura de Ai Zhongxin con una escena del Ejército comunista en su Larga Marcha de mediados del ’30, u otra de Liu Qing con mujeres también marchando.
Una pintura de Xu Jiping
Fuera de eso, informó, “también hubo lugar en ese período, siempre antes de la Revolución Cultural 1966/76, para expresiones diferentes al mainstream, por ejemplo de pintura abstracta, desnudos o cuadros con influencias de pintores como Van Gogh o Kandinsky“.
Pero, expresó, “en definitiva el modernismo en China fue una reformulación o reposición, si bien tomándola como base, del que provenía de Occidente o de la URSS, que también era occidental; o sea, siempre buscando un significado independiente”.
El período de la Revolución Cultural cambió las cosas, giró hacia un arte más de izquierda y de propaganda y “muchos pintores debieron romper sus obras anteriores, o alguno hasta se suicidó o se exilió”. En la década de 1980 se destacó el Nuevo Movimiento o Nueva Ola 85, disruptiva y de vanguardia. Y actualmente Chen dijo que hay un “gran pluralismo” con tres grandes corrientes pictóricas: oficial, no oficial y la de mercado para subastas donde concurren los coleccionistas adinerados”.
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