El vicepresidente Mike Pence acusó a China de intentar entromerse en la política estadounidense para lograr un cambio de presidente y de sembrar divisiones entre sus aliados, utilizando a América Latina como un ejemplo claro de los planes de Beijing. El Nuevo Herald asegura que, enfocado en Venezuela, “Pence se refirió directamente a la crisis económica y humanitaria en Venezuela, donde dijo que Pekín les ha dado un “salvavidas” a los líderes de esa nación a través de 5,000 millones de dólares en préstamos cuestionables. Acusó a China, el mayor acreedor de Venezuela, de cargar al pueblo venezolano con una deuda de más de 50,000 millones de dólares que tendrán que seguirán pagando mucho después que termine el gobierno de Nicolás Maduro.” Hubo dura respuesta de China.

La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, dijo que el discurso “hizo acusaciones injustificadas contra las políticas internas y externas” de su país, al que calumnió al afirmar que “se entromete en los asuntos internos y las elecciones de Estados Unidos. Esto no es más que hablar en base a rumores, confundir lo correcto y lo incorrecto y crear algo de la nada”.

Según la agencia Xinhua, la funcionaria sostuvo también que “es muy ridículo que la parte estadounidense estigmatice sus intercambios y cooperación normales con China, aduciendo que China interfiere en sus asuntos internos y elecciones”, dado que el país asiático siempre sigue el principio de no interferencia en los asuntos internos de otros y no tiene interés en entrometerse en los asuntos internos de Estados Unidos.