Qingdao en la antípoda
Varias ciudades del mundo tienen otra en su antípoda, es decir, otra ciudad en el extremo opuesto de la Tierra, dice el artista y arquitecto urbanista Valentino Tignanelli, por ejemplo Christchurch (Nueva Zelanda) y La Coruña (España) o Bucaramanga (Colombia) y Yakarta (Indonesia). Buenos Aires la tiene en Qingdao (China). “Sus coordenadas son: Buenos aires. Latitud: 34,60° S y Longitud: 58,37° W. Y Qingdao. Latitud: 36,63° N y Longitud: 120,27°. Una vez que pensamos el proyecto, empezamos visitando Qingdao”, señala. Resultado de su proyecto, inaugurado el primer viernes de este mes (ver noticia en Dang Dai). A través del recorrido de su regió), la obra siguió dos semanas en Espacio Cavallero, una galería de Palermo, y recibió la visita de numerosos alumnos de escuelas porteñas, que siguieron el trabajo de conexión que hicieron sus pares de Qingdao.
“Ciudades Antípodas? es el título del proyecto interdisciplinario que busca conectar las ciudades geográficamente más distantes de la Tierra en una plataforma donde convergen acciones artísticas y académicas con foco en el espacio urbano. Situándose cada una en el extremo opuesto del globo terráqueo, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires? (en Argentina) y Qingdao ?(en China) comparten ese vínculo antipódico, es decir, una línea recta que partiese desde el corazón de Buenos Aires emergería en el centro de Qingdao”, contó Valentino.
Con el apoyo de diferentes organizaciones chinas y argentinas se concretó la visita a Qingdao donde se efectuaron actividades con eje en la forma e identidad de lo urbano, confrontando la forma urbana de las dos ciudades a través de dibujos y mapas. Una de estas actividades fue realizada con la galería/escuela de arte JIA MU y consistió en realizar una cartografía colaborativa con los niños, en tanto ayudaron familias del vecindario y visitantes espontáneos. En Buenos Aires, los alumnos hicieron una tarea en espejo.
La cartografía buscó evidenciar los espacios, edificios y sensaciones icónicas que determinan la concepción urbana de sus habitantes y la manera en cómo son representadas. Esta actividad duró dos semanas donde surgieron valiosas lecciones que nos ayudan a analizar y procesar las sutiles interacciones que permiten reconocer una espacialidad urbana de otra. Finalmente, el trabajo sentó las bases para su replicación en la ciudad de Buenos Aires, de modo de cerrar el proceso antipódico buscado, tarea que actualmente está en curso.
“Qingdao, como otredad de Buenos Aires, ordena y evidencia procesos de transformación urbana: señalando lecturas inéditas en el análisis morfológico de una y otra ciudad. Construyendo colectivamente la práctica cartográfica el proyecto exhibe en su concreción una mecánica participativa y lúdica”, dijo el autor del proyecto
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