Presentaron Ida, novela con perfume de mujer
Se presentó ayer en la Casa de la Cultura China – Universidad de Congreso, en la ciudad de Buenos Aires, el libro Ida, la primera novela escrita en Argentina por una inmigrante china, como definieron los presentadores. Ida fue escrita por Lu Xia, cuyo nombre en español es Eva Blanco, y tanto sus comentarios como las lecturas y actings que del libro hicieron varias de sus amigas, profesores y presentadores constituyó un pequeño gran acto de alegría y comunión entre personas de diversos orígenes y un ladrillo más en el puente de contacto entre comunidades, como señaló la prologuista Verónica Flores.
Inmigrante china que vive hace varios años en Argentina, Eva ya había publicado la traducción de la biografía de Cristina Fernández de Kirchner (La Presidenta. Historia de una vida), de Sandra Russo, y ahora escribió esta novela sobre la vida de una mujer nacida en la China de los años de 1980, Chun Hua.
Camilo Sánchez, editor con su sello El Bien del Sauce, abrió el acto destacando el hecho de ser la primera novela escrita por una inmigrante china en nuestro país y las características personales de la autora, “su garra, su empuje, su talento y su creatividad”. Sánchez es él mismo escritor y periodista y uno de los fundadores de la revista Dang Dai que también patrocinó la presentación.
Claudia Fares, escritora y docente, incluso de Eva, también elogió la tesón de la autora y recordó las varias carreras y estudios que con gran éxito hizo y sigue haciendo, para capacitarse, desde su llegada de Zhejiang a Buenos Aires en 2011, y habló de su polifacética actividad: escritora, intérprete, actriz, empresaria exportadora de vinos argentinos a China.
Eva, con mucha simpatía y soltura, reivindicó el rol de la mujer (la novela es una mirada muy propia del feminismo y del proceso de liberación de las mujeres en la China de los últimos años, aunque ella enfatizó que no representaba a nadie más que a sí misma) y habló de cómo fue construyendo su personaje y como trabajó la lengua, a veces escribiendo en mandarín y luego traduciendo, otros capítulos (los situados en Argentina) en español y con ayuda de amigos editores. Habló de su amor por Borges y por Piglia (“leer a Piglia es leer a un chino, por alguna razón que no logro entender nos resulta familiar”, dijo).
Rubén Pose y Ania Lu (hermana de la autora) leyeron un poema de San Mao, en español y en chino, incluido en Ida, y las docentes Evelia Romano, Ángeles Ascasubi, Florencia Sartori y Laura Riera interpretaron diálogos del libro, acerca de las aventuras románticas de la inmigrante china en Buenos Aires y de las tradiciones familiares chinas, muy simpático todo y a la vez muy profundo. Y al final Eva, antes de decir que la imagen de tapa de la Antártida representaba, en su maravilla, la soledad y las dificultades que una mujer encuentra a su paso para avanzar, (“el futuro del mundo es feminista, de todos y de todas”, dijo) Eva retomó la conversación con Claudia y con Verónica para cerrar una tarde amable y de encuentro cultural en un contexto -como señaló la prologuista- de crisis argentina pero “donde muchos siguen apostando a la creatividad y a la construcción de puentes entre las personas”.
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