En noviembre se hará en Shanghai una mega feria de importaciones organizada por China y una de las pocas empresas argentinas que estará presente con un stand propio es Antonio González SA Bodegas y Viñedos, con base en Mendoza y que comercializa vinos Galán, entre otros, en el mercado local, así como marcas especialmente diseñadas para China hace varios años. Danila Blanco Travnicek, del Departamento de Relaciones Internacionales, escribió especialmente para Dang Dai contando por qué lo hacen y cómo afrontan el mercado chino.

–Por Danila Blanco Travnicek

De locos a estrategas: China, el mercado reinante

“¿Exportan a China? Están locos”. ¿Cuántas veces he escuchado esa frase? Muchas. Sobre todo hace 20 años, cuando China era una sociedad rural que no conocía lo que era un vehículo a motor ni tampoco lo que era un tenedor o cuchillo. Hoy, en el 2018, si bien siguen sin entender la funcionalidad del tenedor, la reacción a la misma pregunta, es otra: “¿Exportan a China? ¿Cómo hacen?”

¿Qué tiene el gigante asiático que hoy por hoy está dando vuelta las reglas del juego? Para empezar, una población de 1.379 miles de millones de habitantes en una superficie de 9.597 millones km². En segundo lugar, una revolución cultural e histórica que pudo revertir el destino del país: apostando a la educación y formación en oficios, creando fuentes de trabajo estatales, reordenando las prioridades para poder convertirse en el largo plazo en la potencia que tuviera la fuerza para hacer temblar a los históricos líderes mundiales. Sin embargo, para hablar de China, debemos empezar preguntándonos cuánto sabemos realmente, cuánto creemos de todo lo que se dice y cuántos mitos hay por esclarecer.

Aunque lejano geográfica y culturalmente, el gobierno Chino frecuentemente facilita momentos de reunión entre importadores y comerciantes, dándole la chance al mundo entero, especialmente a los países en vías de desarrollo como Europa del Este, África, Asia occidental y América Latina, de poder izar sus banderas en el mercado mundial. En el marco del programa de la “franja y la ruta”, China se propone retomar los caminos ancestrales por los que se comercializaba el producto más preciado: la seda. Hoy en día, busca ampliar este camino para incluir a quienes necesitan de la fuerza de una potencia para desarrollarse, y así beneficiarse mutuamente.

Cuando el gobierno Chino anunció la creación de la CIIE, la nueva y monstruosa China International Import Expo, no dudamos en inscribirnos. ¿Fue un acto reflejo? Tal vez, pero después de tantos años de relación con comerciantes, agentes e importadores Chinos, uno empieza a adaptarse a las reglas que proponen, comienza a perder el miedo y a simpatizar con el respeto que este país impone. Algo que curiosamente nos enseñó la experiencia es que China sueña en grande y construyó la capacidad para lograr esos sueños… a nosotros nos resta acoplarnos a esa locura para inspirarnos en el diseño de una estrategia que podamos llevar a cabo para ser parte de ese mercado que poco a poco está siendo el más enriquecedor. La CIIE propone un espacio de más de 270.000 m², 2.800 empresas de más de 130 países del mundo que asistirán como expositores, foros de discusión, actividades de encuentro y rondas de negocios. Todo perfectamente calculado para que el empresario que se siente en la mesa sea el que quiere comprar vinos argentinos y no quesos franceses. Todo lo que llamaríamos “un gran trabajo Chino” está presente en el diseño y articulación de la expo: una delicadeza y concentración para armar pares entre quienes pueden concretar negocios tangibles.

Como argentinos, no podemos perder la oportunidad de participar de estos eventos donde el lenguaje común es el interés por el progreso mutuo y la consolidación de vínculos comerciales de largo plazo. Como bodega, vemos un mercado que crece a tasas aceleradísimas, una oportunidad de locación de productos como ninguna otra, y sobre todo una curiosidad creciente acerca del vino argentino. Como Antonio Gonzalez S.A vemos que ésta será una experiencia china y a lo chino pero estamos felices de vivenciar el desarrollo de una cultura vitivinícola en este país tan interesante y misterioso, una cultura del vino que vimos como crecía y ahora ayudamos a desarrollar.