El embajador chino en Buenos Aires, Yang Wanming, escribe en La Nación que el conflicto comercial entre EE.UU. y su país no fue buscado por Beijing, pero que tampoco le teme. “A raíz de las fricciones comerciales provocadas unilateralmente por los Estados Unidos, la parte china siempre ha dejado bien clara su voluntad de dialogar y zanjar las diferencias comerciales por esta vía”, señala. Y habla del potencial bilateral económico de la asociación estratégica sino-argentina. Por su parte, José Siaba Serrate escribe en Clarín sobre el impacto negativo de esa lucha comercial para Argentina (además de para el mundo en general). “En el corto plazo –dice para nuestro país-, sin acceso a los mercados de capitales, y con la urgencia por achicar el déficit de cuenta corriente, nada más inoportuno que una refriega que detenga la locomotora del comercio. Si estuviera en manos de la Argentina, evitarlo sería prioridad”. A largo plazo, la escalada del conflicto sería calamitoso, afirma. Ver también en Página 12 nota de Ulises Noyola Rodríguez sobre el daño que puede hacer a sí mismo EE.UU. en Asia, en SinPermiso otra de Alejandro Nadal.y en Infobaires24 el análisis de Eduardo J. Vior