“Como en otros países de América Latina, en los últimos años China es un inversor que pisa fuerte en la Argentina. El impacto ambiental y los beneficios sobre la economía de este desembarco, sin embargo, son objeto de discusión entre actores locales”, dice esta nota de IPS. Uno de los terrenos clave es el energético, donde un estudio de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales afirma que el financiamiento chino sostiene fundamentalmente proyectos hidroeléctricos, nucleares o de hidrocarburos y apenas 4% de ello va para energías renovables.