Lu Kang, vocero de la Cancillería china

Ayer hubo elecciones presidenciales en Venezuela, en las cuales resultó reelecto el presidente Nicolás Maduro, y fueron bien distintas las reacciones de los gobiernos de China y de Argentina. Mientras el primero, a través de una rueda de prensa de su Cancillería, llamó a la no injerencia y al respeto por el resultado de las urnas (en elecciones con una participación del 46%, muy similar a las que hay normalmente en países con voto no obligatorio como Venezuela, por ejemplo Chile, Estados Unidos o Colombia, y donde la oposición al chavismo decidió por sí misma no participar), desde la Casa Rosada insistieron en no reconocerla y llamar a consultas al embajador en Caracas, igual que hicieron otros países del Grupo de Lima alineado con las directrices de Estados Unidos.

Notas en Telesur, El Universal y Clarín