Los sábados a las 21horas, en El Estepario Teatro, Av. Medrano 484, CABA, se presenta Intento de Mar. La obra cuenta las vidas de Eva y Clara, empleadas en una fábrica de conservas de pescado cuyos dueños son de origen chino. La dirige Luciana Luján Caruso y actúan Paula Diaz Romero, Victoria Suweini Zhong y Maria Florencia Tenaglia.

Serán ocho funciones hasta el 23 de junio. En Facebook, aquí, y reservas, aquí

Eva es empleada administrativa y Clara, filetera, encargada de remover vísceras, escamas y piel de la materia prima. Son dos compañeras de trabajo que se hacen amigas compartiendo los ratos libres fumando en el patio de la fábrica. La obra muestra la sucesión de sus encuentros en los momentos de receso, revelando su relación, su intimidad y viéndolas cómo se conectan con todo lo que las rodea.

Dice la sinópsis de la presentación: La fábrica se pensó como espacio urbano condicionante desde lo laboral y lo social. El horario extendido de trabajo, la rutina de las actividades, el trabajo manual, las escalas jerárquicas. Funciona como un atasco en la vida cotidiana de las protagonistas. El patio es el espacio hacia donde fugan, donde abren sus mundos personales pequeños, solitarios, que van tomando diferentes contrastes en su devenir.

Clara y Eva conviven con varios contrastes. Dentro de este espacio se impone la comparación entre el paisaje de la ciudad, con unos edificios pegados a otros, vecinos que se les vienen encima en oposición a un lugar en su imaginario que pertenece al orden de lo natural, como vía hacia dónde hay que fluir, el mar. ¿El mundo es esa cuadrícula que les toca habitar, tan clara en sus límites o hay algo más? Otro contraste que se les presenta es entre el pescado, utilizado para las conservas, que asocian a lo muerto, lo que ya no tiene movimiento ni pulso.y una planta, a la que llamarán Irma, que cayó desde algún balcón vecino y deciden adoptar para su cuidado.La planta para ellas se transforma en pulmón, una pulsión de vida, de lo que hay que aprender, a lo que hay que aferrarse.

La cotidianeidad de estos dos personajes se roza con el mundo de “lo chino”. Éste les plantea desconocimiento y extranjería, cierta otredad, con la que conviven y a la que naturalizan, el idioma, la comida, algunos compañeros de trabajo. Mazu en la mitología china es la diosa del mar y protectora de los pescadores y marineros. Conservas Mazu contiene la idea de dos aspectos que podemos relacionar con la cultura china, lo espiritual y lo comercial.

A medida que avanzan las horas de trabajo se van sucediendo los encuentros. Las emociones se van acumulando. Mucho humo, mucha charla. Aparece un halo de pasado y de futuro, encontrados, en sueños, en fotos, en ideas vagas de lo que habría que hacer, en deseos, entre colillas de cigarrillos y horas extra. La obra recorre el tramo de un turno laboral de dos mujeres, condenadas por las circunstancias, entre lo místico y los desechos, del amor, de la cultura china, de la ciudad.